Luigi Mangione, el presunto asesino del CEO del Grupo United Health, Brian Thompson, que fue detenido en un McDonalds en Pensilvania, se está convirtiendo en un símbolo para aquellas personas que abogan por la emancipación de un sistema capitalista. La popular oración “eat the rich” cobra sentido en este caso.
¿Por qué están heroizando a Luigi Mangione? Ante la crisis social que se vive en Estados Unidos, el conservadurismo y la inequitativa distribución de la riqueza, Luigi Mangione, de 26 años, se ha convertido en un estandarte en contra de la opulencia y el régimen hegemónico que beneficia a las personas más ricas del mundo.
Personas jóvenes han expresado en redes sociales simpatía por las acciones de Luigi Mangione, y es que, todo lo que se conoce de él, representa los valores afines de la gen Z. Frases como “Icono bisexual, italiano, con buen gusto musical y asesino de un billonario” y “Frat boy, anti capitalista que gusta de pokemón”, se lee en redes sociales.
En redes sociales se debate si los actos de Luigi Mangione son heroicos o perpetúan la violencia, aunque la discusión implica dilemas éticos y morales, lo cierto es que, a expensas de la mayor parte de la población mundial, los billonarios continúan acumulando riquezas.
Supuestamente, cuando Mangione fue detenido, la policía encontró un manifiesto en el que señalaba que el asesinato de Brian Thompson “era necesario”. Reconocía que sus acciones eran brutales, pero que era la única forma ante un problema que prevalece.
Brian Thompson era el director ejecutivo de una de las aseguradoras más grandes de servicios de salud en Estados Unidos, UnitedHealthcare desde 2021. El grupo UnitedHealth está valorado en 550 mil millones de dólares.
“Francamente, estos parásitos la tenían cerca. Un recordatorio: Estados Unidos es el país con el sistema de salud más caro en el mundo, aunque en el ranking de esperanza de vida apenas estamos en el número 42 ”, escribió. Mangione explicó que mientras las corporaciones más grandes en ese país continúan creciendo, sólo unos cuantos obtienen poder a expensas del público general, quienes también lo han permitido.
Como contexto, Luigi Mangone nació en una familia adinerada de Maryland, y sufría de una lesión en la espalda que le impedía realizar acciones de la vida cotidiana sin dolor.
El sistema de salud estadounidense carece de eficiencia y garantía en cuanto a costos, acceso y calidad; las tasas de mortalidad son elevadas, la esperanza de vida es baja, y las barreras financieras impiden que muchas personas puedan costear tratamientos y consultas dignas.
Las mujeres y el sistema de salud estadounidense
Las mujeres sufren las consecuencias más agudas del deficiente sistema de salud estadounidense, según el Foro Económico Mundial, la mujer trabajadora promedio estadounidense gasta aproximadamente 18% más en comparación con los hombres, esto debido a que son usuarias frecuentes y atienden con regularidad los servicios de salud.
La empresa de consultoría y asesoría Deloitte estima que los hombres estadounidenses asisten con menos frecuencia a consultas con un profesional de la salud. Los hombres asisten una vez cada dos años; por cada año 46% de los hombres declaran gastar menos de mil dólares en servicios de salud, lo que representa poco más de 20 mil pesos mexicanos, mientras que el porcentaje de mujeres es de 35%.
Las mujeres gastan 15 mil millones más en servicios médicos, lo que acrecienta la brecha de género en el acceso a la salud, excluyendo los gastos por maternidad. Entre los gastos más comunes para las mujeres, más allá de la maternidad, están servicios en laboratorios médicos, de radiología, salud mental, sala de urgencias, terapia física u ocupacional, consultas y servicios quiroprácticos.
Las mujeres estadounidenses tienen menos beneficios en cuanto a salud, a pesar de que la inversión es similar a la de países como Reino Unido, en donde los servicios de salud son laicos para todos los ciudadanos. Y es que las mujeres estadounidenses tienen un índice de mortalidad alto, en comparación con países de ingresos similares a los Estados Unidos, de acuerdo con Deloitte.
Otro de los problemas que enfrentan es la prescripción constante de medicamentos para salud mental; el costo de los medicamentos es elevado, por lo que muchas mujeres no pueden acceder a tratamientos completos.
Las asimetrías se hacen más evidentes en mujeres racializadas, ya que muchas de ellas no cuentan con acceso a un seguro médico; según una investigación de The Commonwealth Fund, las mujeres negras estadounidenses frecuentan más consultorías médicas al año en un 37%, una diferencia de 11 puntos en comparación con las mujeres blancas.
El 26% de las mujeres hispanas no cuentan con seguro médico, el 45% acude a un servicio privado y sólo el 27% es parte del sistema de salud público. En general, sólo el 22% de mujeres en Estados Unidos tiene acceso al servicio de salud público, el 61% paga por un servicio privado y el 61% no tiene seguro médico.