“Marijose, Tojolabal de 39 años, mujer trans, “se le ha designado como la primeroa zapatista que desembarque, y con elloa, inicie la invasión… ok, la visita a Europa” (corriente alterna, Cultura UNAM)

En entrevista a Martha Mercado, la primera pregunta planteada es: ¿es el feminismo un movimiento amplio y diverso de mujeres?

Diría que es a partir de 2016 cuando el feminismo mexicano se pluraliza de una forma más evidente. Si bien, ya desde 1987 en el IV Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Taxco, Guerrero, se hizo evidente un movimiento amplio de mujeres, no fue sino hasta el #24A de 2016 cuando una nueva ola feminista irrumpió las calles de todo el país vistiéndolas de morado y después llenándolas de diamantina rosa y pintas que expresan la digna rabia de millones de mujeres de todas las edades. Desde ahí se ha sembrado una nueva semilla de un movimiento que es plural e imparable.

¿Qué caracteriza a los nuevos feminismos?

Los nuevos feminismos mexicanos se expresan en un sinfín de formas y se caracterizan más que nada por su origen popular representado por aguerridas mujeres jóvenes. Estos feminismos se enmarcarían en lo que Claudia Korol (2016) llama los feminismos populares en América Latina, muchos de ellos interactuando con movimientos de mujeres que no se designan precisamente como feministas y con los así llamados otros feminismos: los feminismos disidentes, aquellos que se van forjando desde comunidades indígenas, de afrodescendientes, de disidencias sexuales, de feminismos comunitarios y descoloniales, que leen sus contextos y nombran sus violencias.

Toda esta pluralidad de feminismos busca la despatriarcalización. Todas ubican al sistema patriarcal como el perpetrador de violencias, inequidades e injusticias que limitan la vida de las mujeres y les impide una vida libre de violencia, que se expresa en el feminicidio de ya ahora 10 mujeres por día.

¿Qué retos enfrenta actualmente el movimiento de mujeres feministas?

Hablo desde mi activismo feminista de más de 30 años en los que he conjugado largos períodos de estudio con otros de acción directa en los feminismos rurales y populares. Analizo, entonces que, si bien esta nueva ola feminista en México es alentadora por su poder movilizador, un poder que el feminismo mexicano no había visto en décadas pasadas; éste se ha topado con una gran problemática en su práctica política. La nueva ola está llena de miles de colectivas de mujeres que se mueven por todos los municipios del país y eso es muy enriquecedor, sin embargo, existe entre estas colectivas, sobre todo urbanas, un tipo de feminismo que se identifica con lo que se ha llamado el radfem (radical feminism,) una corriente que se ha caracterizado en el mundo entero por su fuerte carácter transfóbico. Por mi activismo y mi quehacer como docente en los últimos años en México, he podido constatar que estos grupos se autodesignan como pertenecientes a uno que llaman El Feminismo, sin admitir y, muchas veces ni siquiera imaginar, la existencia de otros feminismos. Para ellas el único y preponderante sujeto del feminismo es La Mujer. Una Mujer que no problematizan, que no diversifican. Su visón de pensamiento único las lleva a creer en el patriarcado como estructura universal, que no importando los contextos actúa lo mismo para todas. Aun cuando les invitas a leer, a discutir, a abrirse a la diversidad de feminismos disidentes, se aferran a su visión monolítica rayando en la soberbia de quien se cree con la verdad absoluta.

Aun cuando, a este tiempo, existen ya una buena variedad de estudios, artículos, videos y demás escritos que problematizan, desde una visión transdisciplinar, este feminismo de pensamiento único y monolítico, creo que, desde las distintas posturas feministas que no comparten en su totalidad este pensamiento monocromático nos haría muy bien entablar diálogos y debatir algunas diferencias conceptuales que orienten nuestras prácticas políticas. Y no por puro prurito académico, sino para enriquecer nuestras posturas, alejarnos de visiones pobres y monolíticas y con esto combatir loa discursos de odio que ya pululan por redes sociales y ciertos espacios de conferencias que antes fueron presenciales y ahora se dan en la virtualidad.

¿En el actual movimiento de mujeres feministas hay cabida para los hombres y otras disidencias sexuales?, ¿cómo se puede justificar su inclusión desde la perspectiva de género?

Por supuesto que hay cabida para los hombres y personas de la disidencia sexual en los feminismos. Toda persona que se interese por desmontar la trama socio-cultural-simbólica que es sistémica y que nos hace creer –porque naturaliza—que las mujeres y los hombres se definen por su sexo biológico, tiene cabida en los feminismos. Continuar diciendo que La Mujer –definida por su sexo biológico – es el Sujeto del feminismo no nos da lugar a transformaciones ni a entender que las identidades se crean y recrean performativamente; afirmar aquello, como lo hace el feminismo monolítico, es reificar la diferencia sexual, cuestión que nos mantiene en identidades ancladas, fijas, sin cambios y lo que es peor, sin salidas a la pluralidad y transformación de relaciones de poder.

Korol, C. 2016. Feminismos populares. Las brujas necesarias en los tiempos de cólera. Nueva Sociedad, 265: 142-152.

Edgar Iván Zazueta Luzanilla

Twitter: @Edgarivanzaz

Dr. Edgar Iván Zazueta Luzanilla, es Doctor en Ciencias, con especialidad en Desarrollo Regional por el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A. C., pertenece al Sistema Nacional de Investigadores y a la Red Conacyt "Género, Sociedad y Medio Ambiente (GESMA).