Este 22 de abril se conmemora el Día Internacional de la Tierra, una fecha crucial para sensibilizar sobre la importancia del cuidado del medioambiente para el sustento de la humanidad. En México, esta conmemoración resalta una problemática latente y profundamente injusta: la desigualdad ambiental. 

Este concepto se refiere a la mayor vulnerabilidad de ciertos grupos sociales a los impactos ambientales negativos, como la contaminación y el cambio climático, en comparación con otros.

Esta disparidad tiene raíces en factores sociales y económicos, donde la falta de oportunidades y la marcada diferencia entre ricos y pobres exacerban la vulnerabilidad ambiental lo que a menudo resulta en la falta de acceso a recursos y la exclusión de la toma de decisiones ambientales.

¿Por qué se celebra el Día de la Tierra?

El Día de la Tierra nació como una respuesta a la creciente preocupación por el daño que la humanidad estaba causando al medio ambiente, particularmente durante las décadas de 1960 y 1970. Su origen se remonta al 22 de abril de 1970, cuando el senador estadounidense Gaylord Nelson, después de presenciar el impacto negativo de la contaminación y la falta de conciencia sobre el medio ambiente, organizó un evento nacional para crear conciencia sobre la crisis ecológica.

Aquel día, se movilizaron millones de personas en todo Estados Unidos, de diversas edades y orígenes, para participar en manifestaciones, protestas y actividades educativas.

La idea de Nelson fue inspirada por el éxito de los movimientos de derechos civiles y la creciente preocupación por la salud del planeta. El Día de la Tierra logró que temas como la contaminación del aire, del agua, y el uso excesivo de pesticidas fueran discutidos a nivel nacional e internacional.

En La Cadera de Eva te compartimos tres datos claves para comprender la desigualdad ambiental en México.

1. Impacto en la salud

Más del 99% de la población mexicana está expuesta a niveles de contaminación del aire que representan riesgos para la salud. Los contaminantes del aire más comunes son el monóxido de carbono, los compuestos orgánicos volátiles, los óxidos de nitrógeno y el bióxido de azufre. La Ciudad de México, junto con otras ciudades como Monterrey y Toluca, figuran entre las más contaminadas, según el informe Perspectivas Económicas de América Latina 2022.

En el caso específico de la Ciudad de México, de enero a agosto de 2023, la capital contó tan sólo con 55 días (casi 23%) de buena calidad del aire, lo que quiere decir que durante 77% de lo que va del año más de 20 millones de habitantes estuvieron expuestos a contaminantes como monóxido de carbono (CO), partículas finas (PM2.5 y PM10), dióxido de azufre (SO2), dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono (O3), según estimaciones del World Resources Institute (WRI).

Esta forma de contaminación afecta particularmente a la población que menos se beneficia del uso de vehículos particulares, causando desde irritación hasta enfermedades cardíacas, impactando principalmente a niños, adolescentes y adultos mayores.

En cuanto a los residuos sólidos se recolectaron en promedio 108 mil 146 toneladas de residuos sólidos diariamente en 2022, lo que equivale a 862 gramos por persona. Casi la mitad de la basura que se generó en todo el país se recolectó en los siguientes seis estados: Ciudad de México, estado de México, Jalisco, Veracruz, Nuevo León y Guanajuato, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Un dato relevante es que en 2022, 150 de los 2 mil 475 municipios del país no contaron con un servicio de recolección de basura. En estos, la principal práctica que realizó la población para desechar los residuos fue quemarlos.

2. Pérdida de biodiversidad

La deforestación, impulsada en parte por la industria ganadera, es otra problemática con impactos desiguales. La expansión de pastizales para la producción ganadera ha sido una causa importante de la destrucción de bosques en América Central y del Sur, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Esta forma de daño al medio ambiente afecta a los pueblos indígenas y campesinos. El informe del Panel Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) advirtió que 1 millón de especies están en peligro de extinción. Un ejemplo de esto es el jaguar, que en 2018 tenía una población de 4 mil 800 en México y está en peligro de extinción, siendo la deforestación uno de sus mayores riesgos.

A pesar de la gravedad de la situación, un estudio global de Kantar denominado Who Cares, Who Does? reveló que en México, el 78% de la población tiene poco o nulo interés por el medio ambiente y no toma acciones. Solo un 5% se considera ecoactivo. 

Aquellos que sí están dispuestos a tomar acciones a menudo se enfrentan a la falta de disponibilidad de productos ecológicos en sus tiendas locales. Los temas ambientales que más preocupan a las y los mexicanos son la contaminación, escasez y desperdicio de agua (44%), el cambio climático (16%) y la contaminación del aire por gases (12%).

3. Personas defensoras asesinadas

La defensa del medio ambiente en México es una actividad de alto riesgo. De acuerdo con la Organización No Gubernamental Global Witness, al menos 193 personas fueron asesinadas durante el 2023 en todo el mundo por defender la tierra y el medio ambiente, de las cuales 18 perdieron la vida en México, poniendo a nuestro país en el cuarto lugar de este tipo de asesinatos a nivel internacional. 

La mayoría de las víctimas eran indígenas y luchaban contra las industrias extractivas. Se observó una concentración de ataques en Jalisco, Colima y Michoacán, siendo Michoacán el más peligroso.

En México, Global Witness indicó que pudo relacionar más del 40% de los asesinatos ocurridos en 2023 con las operaciones mineras a las que se oponían los activistas. Además de los asesinatos, también se ha producido un número considerable de desapariciones forzadas de defensores ambientales.

Las últimas investigaciones han demostrado que, en todo México, desaparecieron 93 personas defensoras de la tierra y el medioambiente entre el 1 de diciembre de 2006 y el 1 de agosto de 2023.

En este Día de la Tierra, los datos revelan una cruda realidad de desigualdad ambiental en México. Abordar esta problemática requiere un esfuerzo conjunto que involucre políticas públicas efectivas, la participación de la sociedad civil y el reconocimiento de los derechos ambientales de todas las comunidades, especialmente de las más vulnerables. La protección del planeta debe ir de la mano de la justicia social para garantizar un futuro sostenible para todas y todos.