A tres años de su llegada en el mes de agosto de 2021, el régimen talibán endureció la represión de las mujeres. Una de las prohibiciones más duras fue que las mujeres afganas no podían realizar ningún sonido en espacios públicos.
Tras este decreto emitido el pasado 23 de agosto, organismos internacionales como la ONU se pronunciaron ante la situación. Roza Otunbayeva, representante especial del Secretario General de la ONU para Afganistán y directora de la Misión de Asistencia de la ONU en el país, UNAMA (por sus siglas en inglés), mostró su preocupación por la promulgación por parte de las autoridades de facto de Afganistán de la ley moral.
"(Esto) amplía las ya intolerables restricciones a los derechos de las mujeres y niñas afganas, e incluso el sonido de una voz femenina fuera del hogar aparentemente se considera una violación moral", afirmó.
Dos meses después, diez asociaciones recolectaron 15 mil firmas en una denuncia que fue enviada al Ejecutivo español y a la Comisión Europea, donde señalan que lo que sucede con las mujeres afganas es un crimen de lesa humanidad.
Además, solicitaron al gobierno español que lidere la tipificación del “apartheid” por motivos de género porque hasta ahora solo está por motivos raciales, de acuerdo con Tanía García, presidenta Asociación Pro Derechos Humanos (APDHE), en su comunicado.
Asociaciones denuncian la represión
La Asociación Pro Derechos Humanos (APDHE) envió a la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional una carta de denuncia en la que señala al Gobierno de Afganistán por crímenes de lesa humanidad por sus leyes y prácticas contra las mujeres y las niñas de ese país.
Una situación que se agravó en agosto de este año, cuando el régimen talibán promulgó 35 artículos más, que prohíben el sonido en público de la voz de las mujeres; mirar a hombres que no sean sus parientes; usar cosméticos o perfume, entre otros.
Entre las asociaciones firmantes se encuentran, el Colegio de la Abogacía de Madrid, la Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE), la Fundación Mujeres y Más democracia, las cuales denuncian que es responsabilidad de todos los Estados de poner fin a cualquier conflicto que esté relacionado con la violencia sexual y contra las mujeres y niñas.
“La situación de las mujeres y niñas afganas es cada vez más alarmante, y la impunidad crea riesgos que la comunidad internacional aún no acaba de captar en su totalidad. Esa situación puede tener consecuencias de gran alcance fuera del Afganistán, que pueden derivar en un debilitamiento más general de las normas a nivel mundial”, se lee en la denuncia.
¿Qué es un “apartheid’ de género?
En la denuncia enviada por las diez asociaciones, también hicieron un llamado al Gobierno español a liderar a nivel internacional la tipificación del "apartheid" por motivos de género, porque actualmente solo el "apartheid" está tipificado por motivos raciales.
“Nadie suponía que el género iba a ser un motivo de segregación”, señaló Tanía García, presidenta de APDHE, en entrevista con El País.
En 2023, la Organización de Naciones Unidas (ONU) había señalado que la persecución de mujeres y niñas en Afganistán podría constituir un “apartheid” de género, es decir, un sistema de discriminación social y económica contra personas de un género o sexo específico como en este caso a las mujeres, que es lo que viven las afganas desde el 2021.
Sin embargo, no se logró la tipificación del “apartheid” de género, porque de acuerdo con Tanía García, empezaron otros conflictos como la guerra a Ucrania y posteriormente lo de Gaza.
En este sentido, Amnistía Internacional aboga por el reconocimiento legal del “apartheid” de género como un crimen de derecho internacional.
“El apartheid de género debe ser reconocido como crimen de derecho internacional a fin de intensificar los esfuerzos para combatir los regímenes institucionalizados de opresión y dominación sistemáticas impuestas por motivos de género”, ha afirmado Amnistía Internacional.
Mujeres afganas son su propio refugio
Las crecientes restricciones impuestas por los talibanes a mujeres y niñas, han pasado factura en la salud mental de ellas, ante eso, las afganas han logrado unirse entre ellas para combatir las afectaciones.
Por ejemplo, en el mes de agosto, decenas de mujeres afganas se unieron para cantar en protesta por la prohibición impuesta por el régimen talibán, que restringe el sonido de la voz de las mujeres en los lugares públicos.
Además, las mujeres asisten a la terapia grupal para enfrentar temas de salud mental que son consecuencias de las actuales condiciones en las que viven. Estos servicios de apoyo social psicosocial, son las contribuciones de la ONU.
Aunque hay escasos servicios de salud mental en todo el país, y el estigma sobre este tema sigue en Afganistán, la demanda de este servicio aumentó en este año.
A principios del 2024, Farzana Amini, la psicóloga de la organización del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) HealthNet TPO, ha observado un aumento de entre el 40% y el 50% en el número de pacientes que se acercan para buscar ayuda.
Tan solo hasta octubre, a dos meses de terminar el año, más de 35 mil personas han participado en actividades individuales y grupales de salud mental y psicosocial, de acuerdo con el ACNUR.