Cada tanto tiempo aparecen nuevas tendencias que se presumen novedosas, lo último en estilo y moda, pero no terminan siendo más que la repetición de patrones influenciados por el clima político.
Hace unos meses la tendencia era ser demure, “prudente”, considerada de los demás con tú forma de vestir. Hablar de cómo reconciliar tu “energía femenina” con la “masculina” era el tema de momento, y las tendencias como el maquillaje clean girl o el dark academia eran el clímax de lo que significa ser una fashion girly y una mujer de “alto valor”.
Ahora, lo popular es “no afectar tu energía espiritual” y no tener relaciones sexuales con múltiples parejas para ser una material wife. O demostrar al mundo que se es una mujer que se ha desarrollado por completo y que tiene las riendas de su vida únicamente porque utilizar tacones y sacar los crop tops del closet.
La última tendencia que nos hace decir, ya basta, es el “mustio hot core”, una tendencia que se caracteriza por el uso de la mezcla de prendas holgadas y ajustadas en tonos opacos que en conjunto sugieren sensualidad detrás de piezas más recatadas, como cuando las mujeres comenzaron a descubrirse parte de la pantorrilla y la pierna después del siglo XX.
Aunque atravesamos un periodo de recesión ideológica, es necesario recordar que tenemos la capacidad de discernir y resistir ante las tendencias conservadoras, es por eso que aquí te decimos cómo identificar discursos machistas disfrazados de empoderamiento.
Cuidado con los trends: cómo identificar discursos old fashion
En la búsqueda por la identidad a través de la ropa y del cuidado personal hay que cuestionar ¿realmente me gusta o estoy siguiendo la tendencia?, pero más allá de eso, hay que recordar que detrás del vestido y del cuidado hay herramientas políticas de sumisión, por lo que es necesario identificar los discursos hegemónicos, discriminatorios, clasistas, edadistas y colonialistas detrás de la “novedad”.
Para reflexionar sobre ellos, puedes hacerte las siguientes preguntas:
¿Replica roles y estereotipos de género?: si la tendencia alude a la sumisión de la mujer, ya sea en la forma de vestir o en la forma de actuar para ser “una mujer de alto valor”, replica roles y estereotipos de género.
¿Pone en riesgo mi salud?: la delgadez extrema nunca se fue y regresa más fuerte. Si para ser parte de la tendencia debes cambiar tu cuerpo para existir dentro del estándar, ésta está incentivada por el control de los cuerpos de las mujeres.
¿La tendencia ofende a sectores vulnerados? Las diversidades son utilizadas como referencia de cómo no se debe ser o lucir. Si la tendencia discrimina a las personas por su color de piel, por su estatus económico, o por su edad, huye del tren, sólo están replicando la segregación social de las personas.
¿Tokeniza culturas no hegemónicas? La única forma en que las culturas racializadas son aceptadas por las esferas hegemónicas es cuando se apropian de ellas, y si bien se presentan como tendencias diversas, despolitizan la vida de las personas originarias de tal comunidad.
¡La Gen Z, los nuevos boomers!
“De old money a need money” y “cosas que te hacen ver económica” son algunos de los comentarios que usuarios gen Z hacen en redes sociales que continúan replicando discursos de discriminación y segregación, donde sólo unos cuántos pueden seguir las tendencias sin recibir comentarios de acoso, mientras invitan a otras personas a reforzar tendendencias conservadoras.
“Vamos a terminar sosteniendo más el capitalismo con estos procesos del cuidado, las mujeres sostenemos el mundo y si ahora lo hacemos por estos trends, vamos a terminar conservando el capital por simplemente creer que tenemos más valor como mujeres al ser ama de casa y servir”, cuenta Valentina, socióloga gen Z de 22 años.
Los procesos de dominación patriarcal y conservadora están en las tendencias de redes sociales, y cada vez encuentran nuevas estrategias narrativas para endulzar la mirada crítica.
Cuestionar estas tendencias es resistir al orden hegemónico. “La ropa, bajo ninguna circunstancia, debería ser una forma de “amoldarnos”, al contrario. Mi hermana se convirtió en una old money gracias a su pareja, y sí noto un incremento en su consumo de fast fashion y de marcas costosas, todo porque querer entrar en las ‘tendencias’”, cuenta Melina, comunicóloga gen Z de 25 años.
“Siento que Tiktok repercute de manera negativa en nuestro pensamiento porque todo pasa demasiado rápido que no nos da para reflexionar lo que estamos consumiendo. Y eso, sumado con el aspiracionismo, el buscar ser lo que dicta la norma, desemboca en aceptar esas tendencias porque lo vemos como el ideal”. Paulina, comunicóloga gen Z de 24 años.