El "Día Internacional para Poner Fin a la Violencia contra las Trabajadoras Sexuales" se conmemora cada 17 de diciembre desde el año 2003. Esta fecha busca visibilizar y exigir el fin de los crímenes y la violencia sistemática que enfrentan las trabajadoras sexuales.
Este día nos recuerda que el trabajo sexual es trabajo y que reconocerlo como tal debe ser un derecho inalienable para quienes lo ejercen. Es urgente eliminar la discriminación, la violencia, los feminicidios y transfeminicidios, así como las prácticas de justicia punitiva que revictimizan a las mujeres y personas trabajadoras sexuales en México.
Brigada Callejera comparte un informe para recordarnos en dónde estamos y qué queda por hacer para garantizar los derechos de las personas que ejercen el trabajo sexual. Te contamos.
La lucha por el trabajo sexual en México
El ejercicio del trabajo sexual es complejo; homologar las condiciones en que se da, ya sea forzado o por decisión libre, llena de reduccionismos su complejidad, promueve la recriminación, falta de protección jurídica y no reconocer los derechos humanos de las trabajadoras sexuales. No reconocer al trabajo sexual como tal promueve estigmas.
El 31 de mayo de 2019, diversas organizaciones de la sociedad civil lograron que las y los legisladores de la Ciudad de México derogaran una ley que imponía multas a las trabajadoras sexuales y a sus clientes. Aunque esta demanda llevaba años exigiéndose y representó un avance significativo, el reconocimiento pleno de los derechos de las trabajadoras sexuales sigue siendo un desafío, según señala la Red de Trabajadoras Sexuales en su sitio web.
De acuerdo con la "Segunda Encuesta. Trabajo Sexual, Derechos y No Discriminación", elaborada por el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED), seis de cada 10 trabajadoras sexuales han enfrentado algún tipo de violencia o discriminación en el ejercicio de su trabajo. El estudio también revela que las mujeres trans reportan niveles más altos de violencia y vulnerabilidad en comparación con las mujeres cisgénero.
En 2023, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) emitió un pronunciamiento en el que destacó la urgente necesidad de garantizar los derechos de las personas trabajadoras sexuales. Asimismo, subrayó la importancia de despenalizar el trabajo sexual y regularlo como empleo formal mediante políticas públicas que aseguren su protección y bienestar.
El COPRED también alertó que 3 de cada 5 personas que ejercen el trabajo sexual en situación de calle carecen de documentos de identificación oficiales, lo que limita su acceso a derechos básicos y afecta directamente su autonomía y seguridad.
Brigada Callejera y los desafíos de la actualidad
En México, la lucha por el reconocimiento del trabajo sexual cobró visibilidad desde la década de 1990, impulsada por asociaciones y redes como la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer "Elisa Martínez", una organización con más de 30 años de trayectoria en la defensa de los derechos de las trabajadoras sexuales.
Por su parte, el informe “Indicadores de violencia de género en el mundo laboral de las trabajadoras sexuales en México”, elaborado por la Brigada Callejera, revela que las trabajadoras sexuales en el país enfrentan altos niveles de violencia, lo que pone en evidencia la vulnerabilidad y las condiciones adversas en las que desempeñan su labor:
Violencia física: golpes y empujones por parte de policías en operativos de detención.
Violencia psicológica: maltrato verbal, menosprecio, minimización del ejercicio de su maternidad por ser trabajadoras sexuales, negligencias médicas, aplicación de pruebas rápidas sin medidas sanitarias, y amenazas por parte del cuerpo policiaco.
Amenazas: generalmente hechas con el propósito de obligar a las mujeres a tener relaciones sexuales con las autoridades, o para obligarlas a pagar “derecho de piso”.
Complicaciones específicas por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH): el acceso a servicios de salud dignos, salubres e higiénicos es otro tipo de violencia que enfrentan las trabajadoras sexuales, especialmente por la falta de atención sin discriminación en servicios públicos.
El dato más preocupante es que, según el informe, el 73% de esta violencia proviene de funcionarios públicos, incluyendo agentes de justicia y personal del sector salud, que por el contrario, terminan revictimizandolas.
El análisis, basado en entrevistas a más de 45 trabajadoras sexuales en 14 estados de México y Ciudad de México, documenta las percepciones de las trabajadoras sexuales sobre las condiciones laborales que fomentan la violencia de género, identificando como a estos servidores públicos como principales violentadores.
Brigada Callejera también enfatiza la necesidad de una organización autónoma de las trabajadoras sexuales, junto con el apoyo de sectores sociales solidarios, para combatir esta problemática.
Asimismo, aboga por la abolición de tres pilares que perpetúan la violencia:
El control sanitario relacionado con VIH/Sida y ITS.
La pérdida de la patria potestad de hijos menores de 12 años.
La prohibición del trabajo sexual.
La Brigada Callejera tiene presencia en materia de prevención de enfermedades y transmisión sexual; tan sólo en 2024 realizaron aproximadamente 7 mil 200 pruebas rápidas de VIH y detectaron al menos 50 nuevos casos.
Además, lograron que casi en 1 millón de relaciones sexuales se utilizara el condón como método anticonceptivo. Con estas acciones logran sumar recursos a esta fecha tan importante y garantizaron más de 8 mil 500 consultas médicas para mujeres cisgénero y mujeres trans.