Iniciamos este 2025 con el lanzamiento de “Debí tirar más fotos”, el sexto álbum de estudio de Bad Bunny, un proyecto en el que explora la mezcla entre los sonidos tradicionales de la isla de Puerto Rico con su característico estilo de reggaeton.

Entre el amor, los corazones rotos y los tragos de medianoche, Bad Bunny rinde homenaje a su herencia puertorriqueña, a la magia cultural que sólo se conoce gracias a las ancestras y ancestros que a través de la oralidad y tradición continúan resistiendo ante el imperialismo y la colonización de occidente.

A través de su música, Bad Bunny aborda temas universales como el amor, el desamor y la resistencia frente al colonialismo, trazando un paralelo con la figura de Juan Gabriel, un ícono de la música mexicana cuya voz ha trascendido generaciones, quien por cierto nació un 7 de enero.

Pero, ¿qué tienen en común Debí tirar más fotos de Bad Bunny y Juan Gabriel? No sólo son gemelos zodiacales capricornianos, sino que detrás de cada acorde de guitarra, falsete y sintetizador reside, explícita o tácitamente, la sublevación y resistencia. 

A pesar de pertenecer a contextos y géneros musicales muy diferentes, ambos han utilizado sus plataformas para resistir el control cultural impuesto por occidente, haciendo de su música un acto de subversión.

Con canciones como La muerte del palomo, Canción 187 y Yo no nací para amar, entre muchas otras, Juan Gabriel conecta con las personas y constituye una identidad comunitaria más allá del mito de la mexicanidad, en primera, porque las experiencias que a tonos alegres relata son humanas, y por lo tanto universales, y segunda, por que señala el discurso imperialista de la hegemonía, tanto externa como interna del país.

En Canción 187, se escucha al final Adiós gringos peleoneros, Buenos pa’ las guerras son, Ellos creen que dios es blanco, Y es más moreno que yo.

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Foto: Cuartoscuro

Y es que la música le habla a los jóvenes, a las personas periféricas, al barrio, a todas aquellas y aquellos que resisten a una cultura que promueve la estandarización de los valores de occidente, pero que al mismo tiempo discrimina y somete.

Cuántas veces no se ha escuchado que la música hecha por lo grupos más vulnerados por el imperialismo es música sin valor ni mérito artístico, y como consecuencia, las personas que la escuchan son aquellas que supuestamente no tienen acceso a la cultura ni a una esfera de capital cultural aceptada por la hegemonía.

Por décadas, los estudios de la cultura han teorizado sobre estratificaciones en las que los grupos con menos recursos tienen menos acceso al arte, a la educación, al capital social y económico, por lo que “consumen” las “sobras”, es decir, todo aquello que está a su alcance. 

En un espacio dominado por valores occidentales las obras culturales y artísticas de la alteridad como Debí tirar más fotos, que reúne la historia de Puerto Rico en un formato asequible para las personas es tanto un acto de resistencia como un embudo que democratiza los anales de la isla por la lucha de su independencia.

El colonialismo, todo sistema de dominación que promueve estructuras de discriminación, muchas veces se piensa como una etapa en la historia de la humanidad, un capítulo lejano que se menciona sobre la mesa, pero el colonialismo es un proyecto que está más vigente que nunca, no sólo en la imposición de estándares de vida inalcanzables que promueven el racismo, la xenofobia, el hiperconsumo, el individualismo y la estandarización de los valores conservadores, sino que aleja a las personas de la empatía que trae consigo vivir en colectividad.

Este sentimiento de colectividad es reforzado por la identidad, una identidad que ha sido arrebatada por el orden occidental. Es por eso que la música es resistencia, en ella se encuentran enraizadas la historia, herencia, de ahí que en La Mudanza, Bad Bunny relate Aquí mataron gente por sacar la bandera, Por eso es que ahora yo la llevo donde quiera.

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Foto: Cuartoscuro

Después de la pandemia el turismo en Puerto Rico aumentó en un 59% según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT) entre el 2019 y 2023. El incremento de turistas en la región cada vez despierta más preocupación entre la población, porque más allá de que, les falta sazón, batería y reggaeton, algunos turistas piensan en el territorio latinoamericano como un lugar del que pueden apropiarse mientras paguen en dólares. 

En Debí tirar más fotos, el cortometraje que acompaña el álbum, muestra los cambios a los que se enfrentan las personas de Puerto Rico tras la llegada de los estadounidenses al territorio caribeño. Las tiendas departamentales, la música electrónica en inglés, la apropiación de la comida tradicional de la isla  y la turistificación instaurada por los extranjeros dibujan el panorama amenazado por la colonización.

Narrar la historia de cada comunidad desde las voces quienes conocen la experiencia en carne propia hace frente a aquellas narrativas que dañan y borran la autonomía y la existencia de una larga cronología y constitución de conocimientos y colectividad, más allá del mito del descubrimiento de América.

Ya sea con el Noa Noa o con El Apagón, la música nos acompaña, tanto en luchas propias como colectivas.