Kenia Inés Hernández Montalván es una mujer indígena que desde el año 2020 está privada de su libertad por delitos que jamás cometió. Ayer, fue agredida físicamente por una interna. Actualmente sus familiares no saben cuál es su estado de salud y exigen a las autoridades que cuiden a la activista y la liberen, pues su único delito fue protestar en un país machista.
De acuerdo con la organización Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ProDESC), Kenia nació en el municipio de Xochistlahuaca, Guerrero. Es activista y defensora de los derechos humanos, principalmente a favor de los pueblos indígenas, las mujeres y la tierra.
Era dirigente del Colectivo Libertario Zapata Vive y del Movimiento Nacional por la Libertad de los Presos Políticos. Desde 2019, integrantes del colectivo y Kenia habían sido víctimas de hostigamiento y amenazas por parte de autoridades.
En junio de 2020, la activista estaba protestando de forma pacífica para liberar a presos políticos y unas horas más tarde, fue detenida junto a tres activistas más en la carretera Toluca - Valle de Bravo.
Cabe mencionar que Kenia había protestado en varias ocasiones por la desaparición del abogado Arnulfo Cerón, la violencia de género en la Costa Chica de Guerrero y por la liberación de otras personas inocentes.
Estuvo en prisión preventiva en una cárcel de Chiconautla, Ecatepec y fue liberada cinco días después. Sin embargo, el 18 de octubre del mismo año, en Amozoc, Puebla, 22 elementos de la policía la arrestaron sin una orden judicial y sin explicaciones. La acusaron de robar con el uso de un arma de fuego y fue vinculada a proceso.
Días después, fue trasladada al Centro de Justicia Penal Federal en Acapulco, Guerrero, según información de ProDesc. Posteriormente fue trasladada al Centro Federal de Readaptación Social Femenil (CEFERESO) No. 16, en Coatlán del Río, Morelos.
Ahí estuvo tres años hasta que en febrero de 2024 fue trasladada al penal Sergio García Ramírez de Ecatepec en el Estado de México. Entre tanto, Kenia fue condenada a 22 años y tres meses de prisión por los delitos de robo con violencia, ataques a las vías de comunicación y siete cargos más.
Durante su estancia en centros penales, Kenia ha sido víctima de violaciones a sus derechos humanos, restringen sus visitas, ha sufrido las condiciones precarias de las cárceles y violencia desmedida por parte de trabajadores y autoridades, según han documentado el movimiento Libertad para Kenia.
“Kenia, congruente siempre con su papel de defensora de derechos humanos, ha buscado mejoras en las condiciones de la situación penitenciaria de sus compañeras del Penal de Ecatepec, lo cual ha incomodado a grupos de poder quienes ven con preocupación la labor de Kenia, tanto en libertad como privada de ella”, señalan activistas en un comunicado oficial.
Ayer, el Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero denunció que Kenia fue víctima de violencia por parte de una interna del penal de Ecatepec y hasta ahora no hay actualizaciones sobre su estado de salud, solo se sabe que la llevaron a la enfermería para realizarle curaciones.
Diversas organizaciones y defensores de derechos humanos exigen que informen sobre la salud de Kenia y revisen los cargos que injustamente tiene por ser una mujer que incomodaba a figuras de poder en México y luchaba por grupos vulnerables.