La participación de la boxeadora argelina Imane Khelif en los Juegos Olímpicos de París 2024 ha causado una gran controversia en redes sociales luego de que venció en 46 segundos a la italiana Angela Carini en los octavos de final de boxeo.
¿Pero por qué su triunfo generó controversia? La razón es la fuerza de la boxeadora argelina, quien ha sido señalada por distintos medios de comunicación de ser una mujer trans. Lo cual ha reavivado un polémico debate que se ha suscitado en el deporte. Sin embargo, Imane Khelif no es un atleta trans, es una mujer cisgénero y sufre hiperandrogenismo, una condición que aumenta los niveles de testosterona.
Te explicamos.
¿Quién es Imane Khelif?
Imane Khelif nació el 2 de mayo de 1999 en Tiaret, Argelia, empezó a boxear a los 19 años en 2018. En siete años de carrera ha participado sin problema en tres campeonatos mundiales de boxeo de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA, por sus siglas en inglés), en 2018, 2019, 2022, y en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde no ganó ninguna medalla.
Esta no es la primera vez que circula desinformación sobre la identidad de género de Imane Khelif, en 2023 ocurrió lo mismo luego de ganar una la final del torneo Golden Belt (organizado por la IBA), contra la mexicana Brianda Cruz.
A esto se suma que en 2023 fue descalificada antes de un combate por la medalla de oro en el Campeonato Mundial de Boxeo por incumplir las normas de elegibilidad de la IBA, las cuales impiden a las atletas con cromosomas XY competir en pruebas femeninas.
“Me dijeron que presentaba características que significaban que no puedo boxear con mujeres” (Imane Khelif, luego de ser descalificada por la IBA.)
La IBA realizó estudios genéticos a Khelif, quien presentó niveles de testosterona mayores a los establecidos en los criterios de elegibilidad, de acuerdo con su perfil en el sitio oficial de los Juegos Olímpicos.
Sin embargo, el análisis no probó que la boxeadora haya sido asignada al género masculino al nacer. Ni ofreció evidencia sobre una supuesta transición de género, en términos generales, Imanes Khelif nació mujer, pero tiene cromosomas XY.
¿Por qué participa en París si fue descalificada del Mundial?
La respuesta es simple, porque el Campeonato Mundial de Box lo organiza la IBA y el torneo de boxeo olímpico está a cargo del Comité Olímpico Internacional (COI), quien prohibió a la IBA llevar el control de la competencia por cuestiones relacionadas con la gobernanza y las finanzas.
El COI certificó la participación de Imane Khelif en París 2024 por presentar documentos en regla y pruebas médicas con menos de tres meses de antigüedad, además explicó que la IBA la descalificó de ese mundial sin un proceso adecuado:
"Toda persona tiene derecho a practicar el deporte sin discriminación. Todos los atletas que participan en el torneo de boxeo de los Juegos Olímpicos de París 2024 cumplen con las normas de elegibilidad y de inscripción de la competición” (Comité Olímpico Internacional)
Es importante mencionar que, ninguna de las boxeadoras que participan en las categorías femeninas de boxeo en París 2024 es una mujer trans, pues las personas trans tienen prohibido participar en peleas profesionales.
Transfobia y discriminación
La transfobia también afecta a las mujeres cisgénero. Toda mujer que no se adapta a los cánones estéticos heteronormativos, inmediatamente es calificada como masculina.
Como embajadora de UNICEF, Imane Khelif habló sobre su infancia, las prohibiciones de su padre de participar en boxeo y los ataques con los que tuvo que lidiar por su aspecto físico. De hecho, su interés en el box empezó porque sufría bullying: ser molestada por los niños de su comunidad la llevó a defenderse: aprendió a esquivar golpes y devolver golpes.
Sin embargo, dedicarse al boxeo resultó ser un obstáculo, trabajó con su madre para poder pagar sus entrenamientos en otro pueblo y los viajes a competencias, ya que pedirle dinero a su padre no era opción. Él vivía lejos trabajando como soldador en el desierto del Sahara, y se negaba a que su hija se dedicara al boxeo por ser para hombres.
Argelia es una nación musulmana regida por la sharía o ley islámica, que no permite la transición de género y tampoco apoyaría o defendería a una atleta transgénero a competir bajo su bandera, de hecho, criminaliza a la comunidad LGBTIQ+, incluso con prisión, lo que imposibilita el reconocimiento legal de las identidades trans.
Por eso sería impensable que Imane Khelif fuera respaldada por el Comité Olímpico de Argelia, si fuera una mujer trans, de hecho, la institución salió a defenderla de las críticas:
“El COA condena enérgicamente los ataques poco éticos y la difamación de nuestra estimada atleta, Imane Khelif, con propaganda infundada por parte de ciertos medios de comunicación extranjeros” (Comité Olímpico de Argelia)
La polémica de las pruebas de género
Imane Khelif no es la primera deportista en enfrentar polémicas por las pruebas de género, la velocista india Dutee Chand también lo ha vivido: estuvo a punto de perder su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 debido a los niveles atípicamente altos de testosterona que ocurren naturalmente en su cuerpo (hiperandrogenismo).
“A lo largo de la historia moderna de los Juegos Olímpicos, las reglas sobre quién cuenta como mujer han cambiado a medida que ha progresado la comprensión científica del sexo. Descalificar a los atletas sobre la base de los niveles naturales de testosterona es una de las últimas formas legales de discriminación en el deporte”, explica la investigadora Grace Huckins, candidata doctoral en Neurociencias por la Universidad de Stanford.
En su artículo “Los niveles hormonales se están utilizando para discriminar a las atletas femeninas”, Grace Huckins explica que todavía no está probada una asociación entre la testosterona producida naturalmente y el rendimiento deportivo, pues incluso “casi el 17% de los atletas masculinos de élite medidos en un estudio tenían niveles de testosterona por debajo del rango masculino típico”.
Además, menciona que numerosos estudios han demostrado que los niveles de testosterona de una persona aumentarán después de haber ganado una competencia o haber mostrado dominio, y un estudio de 2015 sugirió que este efecto podría ser más fuerte en las mujeres que en los hombres.
“El comportamiento, que se ve afectado por las normas sociales sobre hombres y mujeres, ejerce una influencia sobre los niveles hormonales, lo que demuestra una vez más los intrincados y quizás inextricables vínculos entre lo social y lo biológico” (Grace Huckins)