Con más de cuatro mil 600 casos, la violencia sexual vinculada a conflictos armados internacionales, guerras civiles y otras situaciones de violencia armada prolongada, alcanzó un nivel sin precedentes en 2024, con un aumento del 25% respecto a 2023, de acuerdo con un informe reciente de la ONU.
El reciente Informe Anual del Secretario General de las Naciones Unidas (S/2025/389) señala que el 92% de los casos verificados afectaron a mujeres y niñas, con edades que oscilan entre uno y 75 años.
Sin embargo, la violencia también se extiende a hombres y niños, personas con diversas orientaciones sexuales, identidades de género, discapacidades y minorías raciales y étnicas. Se ha observado un preocupante aumento del 35% en la violencia contra los niños, con víctimas de tan solo un año de edad.
Además, el informe destaca tendencias alarmantes:
- Las mujeres y niñas refugiadas y desplazadas enfrentan riesgos exacerbados.
- La inseguridad alimentaria y la amplia disponibilidad de armas pequeñas incrementan su vulnerabilidad a la violencia sexual.
- Los grupos armados usan la violencia sexual para controlar territorios, recursos e imponer ideologías extremistas.
- El trauma para las sobrevivientes no termina con el acto violento; el estigma social nocivo provoca su exclusión socioeconómica y empobrecimiento, así como el de sus hijas e hijos, muchas veces nacidos de estas violaciones.
- La violencia sexual es utilizada sistemáticamente como herramienta de guerra, tortura, represión política y terrorismo por actores estatales y no estatales.
Contextos y preocupaciones geográficas
Los casos documentados abarcan 21 países, siendo la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Haití, Somalia y Sudán del Sur los que presentan la mayor prevalencia de violencia sexual.
Un aspecto inquietante es el uso de esta violencia en centros de detención formales e informales, donde es utilizada como instrumento de tortura y humillación, afectando especialmente a hombres y niños, aunque mujeres y niñas también son blanco.
Crisis de apoyo: la brecha entre gasto militar y ayuda humanitaria
Pramila Patten, la representante Especial del Secretario General sobre la Violencia Sexual en los Conflictos, ha enfatizado el impacto devastador de la falta de atención médica, apoyo legal, y asistencia psicosocial y económica para las sobrevivientes.
"Los servicios son menos disponibles justo cuando las supervivientes más los necesitan" (Pramila Patten)
La ONU subraya una crítica situación de fondos: el gasto militar global en solo 24 horas supera los fondos anuales destinados a abordar esta violencia. Esta desproporción ha llevado a recortes presupuestarios que han cerrado refugios, agotado suministros médicos y clínicas, forzando a las organizaciones a "hacer más con menos" en lugares como Sudán, Ucrania, Etiopía y Gaza.
"Si nos tomamos en serio la paz, debemos financiar a las instituciones que la hacen posible" (Pramila Patten)
Rendición de cuentas y nuevos señalamientos
El informe incluye un anexo con 63 partes señaladas por presunta responsabilidad en patrones de violencia sexual en conflictos armados. Por primera vez, se han incluido nuevos actores en esta lista, como el grupo Resistencia por un Estado de Derecho y actores estatales y no estatales en Libia.
En relación con el conflicto en Gaza e Israel, se documenta información verificada sobre violencia sexual ocurrida durante y tras los ataques del 7 de octubre de 2023, incluyendo casos atribuidos a Hamás, que ha sido incluido en la lista.
Además, el informe advierte a las fuerzas armadas de Israel y Rusia, así como a sus grupos afiliados, sobre su posible inclusión futura en la lista debido a preocupaciones por patrones de violencia sexual perpetrados en centros de detención bajo su control.
El Secretario General de la ONU y Pramila Patten reiteran un llamado urgente a todas las partes en conflicto para implementar medidas preventivas, garantizar la rendición de cuentas y facilitar el acceso humanitario sin restricciones.
"Les debemos a los sobrevivientes más que solidaridad; les debemos una vida digna y medidas eficaces y decisivas para prevenir y erradicar estos crímenes" (Pramila Patten)