Seguro viste en redes sociales la reciente noticia sobre el espéculo vaginal. Dos ingenieras de la Universidad de Delft en Países Bajos, Tamara Hoveling y Ariadna Izcara Gual, se propusieron rediseñar el espéculo vaginal para que fuera menos intimidante y doloroso. El resultado es Lilium, un prototipo que promete transformar la experiencia ginecológica.

Esta noticia despertó dudas y una conversación necesaria, ¿por qué el espéculo tradicional sigue siendo incómodo para muchas mujeres? ¿Es normal que duela? ¿Qué podemos hacer para tener una revisión ginecológica más respetuosa y menos invasiva?

Para resolver nuestras dudas, hablamos con la ginecóloga Mariana Morales, quien nos explica cómo debería ser una consulta centrada en nuestro bienestar. También exploramos qué es el espéculo vaginal, cómo funciona, qué lo hace incómodo y qué recomendaciones pueden ayudarte a vivir esta experiencia sin que sea traumática.

Primero, ¿qué es el espéculo vaginal?

El espéculo vaginal es un instrumento médico utilizado para examinar el interior de la vagina. Su propósito principal es ensanchar las paredes vaginales lo suficiente para que el personal de salud  pueda ver el canal vaginal y el cuello del útero con mayor claridad. 

Este dispositivo, comúnmente metálico y frío, es una herramienta fundamental en los consultorios ginecológicos de todo el mundo, utilizada para exámenes esenciales como el Papanicolaou y la detección del VPH. 

El espéculo más común en las  visitas ginecológicas tiene dos brazos que se unen en una bisagra y se asemejan al "pico de un pato". Estos brazos son la parte que se inserta en la vagina y se abren para ensancharla. Pueden ser de acero inoxidable o de plástico.

Los espéculos vienen en diferentes tamaños para adaptarse a las variaciones en el tamaño y la elasticidad de la vagina de cada mujer, que dependen de factores como la genética, la edad, la salud y la actividad sexual, según el tipo de examen y las preferencias  del consultorio.

¿Debe doler el espéculo?

La doctora Mariana Morales nos explica que si bien el espéculo vaginal puede ser incómodo, "no debe de ser doloroso". Su diseño está pensado para separar las paredes vaginales y permitir la visualización directa del cuello del útero, lo cual es esencial para procedimientos como las colposcopias y la toma de muestras.

La ginecóloga enfatiza que es fundamental preparar a la paciente y explicarle lo que va a sentir. Ella es tajante: "si llega a ser doloroso en ese momento paramos la exploración, o sea, no se trata de torturarlas". Destaca que el "dolor externo" y cualquier sensación dolorosa durante el procedimiento son señales de alerta, y el examen debe detenerse si es doloroso.

Entonces, ¿por qué puede haber incomodidad o incluso dolor?

El espéculo más común, conocido como espéculo de Cusco, es un dispositivo metálico con un diseño centrado en el personal médico, que al tener un mango, un pico y un tornillo para ajustar su apertura. Esta apariencia y sensación pueden ser intimidantes.

La incomodidad y el dolor pueden surgir por varias razones, más allá del diseño en sí:

Tensión muscular y ansiedad: la doctora Mariana Morales y especialistas de Cleveland Clinic, un centro médico académico de especialidades múltiples sin fines de lucro,  coinciden en que cuando una mujer se asusta o está ansiosa, "los músculos se contraen y eso dificulta aún más la relajación". Si el espéculo se abre empujando esos músculos tensos, puede ser más doloroso.

Condiciones médicas subyacentes: ciertas condiciones pueden hacer que la experiencia sea dolorosa si el profesional de la salud no las conoce de antemano. Estas incluyen el liquen escleroso (una afección de la piel que puede hacer que la piel sea menos elástica y más propensa a desgarros), la atrofia vaginal (adelgazamiento de las paredes vaginales debido a la disminución de estrógenos), el vaginismo (contracción de los músculos vaginales por miedo a la penetración) y la vulvodinia (dolor crónico en los genitales). 

Lilium: un diseño pensado por y para mujeres

En entrevista para la agencia AFP, Tamara Hoveling, una de las ingenieras que creó el famoso Lilium, confesó que su propia experiencia con el espéculo nunca fue placentera y siempre se preguntó por su aspecto. 

Al investigar, descubrió la "oscura historia" detrás de una de sus versiones, desarrollada hace 180 años por el médico James Marion Sims. Esta versión "fue probada en mujeres esclavas sin su permiso", un hecho que motivó aún más a las investigadoras a emprender este proyecto de rediseño.

El nombre "Lilium" proviene de la flor del lirio, una inspiración en las formas de los órganos reproductores que Ariadna Izcara Gual buscó para su diseño, comparando el espéculo tradicional con una "herramienta de taller". 

A diferencia del metal, Lilium está hecho de plástico blando e impreso en 3D, y su apariencia se asemeja a un tampón con aplicador, lo que lo hace más familiar y menos intimidante para las mujeres.

La clave de su innovación es que "fue diseñado pensando más en las pacientes que en los médicos". Al abrirse por tres lados, Lilium evita que las paredes vaginales se cierren, permitiendo una mejor visibilidad durante las exploraciones, a la vez que se enfoca en la comodidad en una zona tan sensible.

Consejos para una consulta ginecológica más cómoda

Mientras esperamos la llegada de innovaciones como Lilium en nuestra región, la doctora Mariana Morales y los especialistas de Cleveland Clinic nos ofrecen recomendaciones clave para que la experiencia sea más llevadera:

Comunícate abiertamente con tu profesional de la salud: es fundamental informar a tu proveedor de atención médica sobre tu historial sexual, si la penetración te causa dolor (incluso con tampones), o si has experimentado algún trauma sexual. Esto ayuda al personal de salud a elegir el espéculo adecuado y a tomar precauciones.

Haz preguntas y exige información: Mariana Morales enfatiza la importancia de "preguntar todo, exigir que se le informe de todo lo que se le va a realizar". Estar consciente de tu cuerpo y de lo que sucede es crucial. Saber qué esperar puede reducir la ansiedad. El personal de salud puede describir lo que está sucediendo y las sensaciones que podrías experimentar.

Reconoce las señales de alerta: como dijo la doctora Mariana Morales, "el espéculo nunca debe doler". Si sientes dolor, tus músculos pueden estar tensos o podrías tener una condición médica subyacente. ¡Comunícaselo al personal médico de inmediato! La exploración debe detenerse si es dolorosa.

Busca un espacio de entendimiento: la doctora Mariana Morales sugiere que una consulta con una ginecóloga mujer a veces puede facilitar la experiencia, ya que pueden entender el cuerpo femenino desde su propia vivencia. Sin embargo, la clave está en la comunicación y en la preparación del profesional.

En resumen, si bien la incomodidad puede ser común, el espéculo vaginal no debe ser doloroso. La comunicación abierta con el personal de salud, el conocimiento de tu cuerpo y la exigencia de un trato respetuoso son tus mejores herramientas para una experiencia ginecológica más cómoda.