El mundo enfrenta una crisis de fecundidad, ¿cuáles son los verdaderos motivos detrás de la baja tasa de natalidad? De acuerdo con el informe La verdadera crisis de la fecundidad: alcanzar la libertad reproductiva en un mundo de cambios, elaborado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), millones de personas en todo el mundo no pueden tener hijos por motivos económicos y sociales.

Las tasas de fecundidad disminuyen a nivel global. La encuesta realizada en 14 países reveló que casi el 20% de las personas adultas en edad reproductiva creen que no podrán tener el número de hijas e hijos que desean o no quieren tenerlos, por lo que se espera que la población demográfica mundial se reduzca

Datos de fecundidad en México y el mundo

Según datos del Banco Mundial, en 2023 la tasa de fecundidad en México fue de 1.6 hijos por mujer, mientras que en la década de 1960 la tasa de fecundidad era de 7.6.

En México, las personas encuestadas mencionaron que las principales dificultades a la hora de tener hijos son: restricciones económicas (35%), limitaciones relacionadas con la vivienda (23%), desempleo o precariedad laboral (21%), opciones de cuidado de los hijos insuficientes (14%).

A nivel mundial, las cifras revelan que la decisión de tener un hijo recae, mayoritariamente, en dificultades económicas, pues el 39% de las personas encuestadas mencionó que la principal restricción a la que se enfrentan es de índole económica, mientras que el factor de la salud, como la dificultad para concebir o infecundidad es tan sólo del 12%.

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“Estamos ante una crisis que parte de los entornos y las decisiones normativas que no están armonizados con los deseos de la población y que no han conseguido generar la seguridad económica ni el empoderamiento personal que la gente define como condiciones previas para hacer realidad sus metas en cuanto a formar una familia, ya sea una con muchos hijos, pocos o ninguno”, se lee en el informe.

El cambio demográfico tendrá repercusiones en las futuras generaciones, sin embargo, detrás la crisis se esconde la necesidad de repensar la fecundidad más allá de la implementación de políticas públicas que buscan acotar la baja tasa de fecundidad, pues implica pensar en fomentar la autonomía reproductiva con independencia de la tasa de fecundidad de los países y la capacidad de elección.

Desigualdad de género y la baja fecundidad

En los últimos años, las mujeres han sido señaladas como culpables de la baja tasa de fecundidad global, este fenómeno muchas veces se relaciona con el empoderamiento y la autonomía femenina, sin embargo, las mujeres experimentan la fecundidad de manera diferenciada. 

El informe señala que, desde el punto de vista de los hombres, la fecundidad es un símbolo de legado y prestigio social, mientras que para las mujeres, la fecundidad implica presión social, especialmente vinculada a las tareas de cuidado del hogar.  

Según datos del informe de la UNFPA, en promedio el 56% de los hombres señalaron que detrás de la motivación por tener hijos se encuentra el “dar continuidad al apellido y proteger los bienes”, mientras que el porcentaje de mujeres es del 45%.

Las tasas de fecundidad son más altas cuando las parejas reparten las tareas de cuidado de forma desigual; mientras una persona se encarga mayormente de las tareas del hogar, la otra es el sostén de la familia. En está dinámica, las mujeres son más propensas a dedicarse a la crianza y dejar su carrera profesional.