Si has estado en TikTok, seguramente viste videos alarmantes diciendo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) "acaba de clasificar la píldora como carcinógeno de nivel 1", poniéndola al mismo nivel que el alcohol o las drogas.
¡Alto ahí! Te explicamos por qué esa afirmación es falsa y antigua.
Primero tienes que saber que existen tres tipos de píldoras anticonceptivas orales ampliamente recetadas: la píldora combinada de estrógeno y progesterona, la píldora de sólo progesterona y las píldoras de uso continuo o prolongado.
Segundo no es noticia: La agencia de la OMS contra el cáncer (CIIC) clasificó ciertos tipos de pastillas como potencialmente cancerígenas (Grupo 1) desde 2005 y 2008.
¿Cuál es la peligrosa? Esta clasificación aplica a la píldora combinada (la que lleva estrógeno y progestágeno). El CIIC encontró "evidencia suficiente" de que puede causar cáncer de mama, de cuello uterino y de hígado.
¿Y la minipíldora? La que solo lleva progestágeno (la "minipíldora") está en un grupo más bajo (2B), que significa "posiblemente cancerígena".
Clasificación de peligro vs. probabilidad de riesgo
Aquí está el truco de la desinformación: que una píldora esté en el Grupo 1 de la OMS solo significa que tiene la capacidad de causar cáncer, no que vaya a causártelo.
La OMS hace una identificación de peligros (¿puede este agente causar cáncer?), pero no una evaluación de riesgos (¿qué tan probable es que te dé cáncer si lo usas?).
Así que sí, la pastilla combinada está en el mismo grupo de "peligro" que el tabaco o el asbesto, pero eso no mide la probabilidad de que te enfermes.
En entrevista para La Cadera de Eva, el doctor Eduardo Ceh ginecólogo, obstetra y vocero de M de Mujer, una organización dedicada a ofrecer información confiable y gratuita sobre salud sexual y reproductiva en México y Centroamérica, señala que, aunque el uso continuo puede asociarse a un aumento de cáncer, el riesgo es muy bajo.
Para ponerlo en números simples (y esto es súper importante) el especialista nos lo explica así:
Si tomas a 100 mil mujeres que no usan hormonas, y sumas a ese grupo la pastilla anticonceptiva, solo verás unos 12 casos adicionales de cáncer en esas 100 mil.
El riesgo es tan pequeño que "el uso de cualquier método anticonceptivo es tan, tan seguro como... que se use un método no hormonal", siempre que la persona no tenga factores de riesgo elevados de cáncer (como antecedentes familiares o ciertas condiciones médicas).
El efecto desaparece: el riesgo aumenta un poco mientras la estás usando o inmediatamente después de suspenderla, pero este efecto tiende a disminuir conforme pasa el tiempo. Después de cinco años de dejar la pastilla hormonal, el riesgo se vuelve "prácticamente nulo".
Otras ventajas de la pastilla
Además de prevenir embarazos, no olvidemos que la pastilla tiene beneficios comprobados:
Reduce otros cánceres: Un estudio del Royal College of General Practitioners' Oral Antiception, que siguió a más de 45 mil mujeres durante 44 años, descubrió que "la mayoría de las mujeres que eligen usar anticonceptivos orales no se exponen a daños a largo plazo por cáncer; en cambio, con algunos tipos de cáncer, muchas mujeres se benefician de importantes reducciones del riesgo que persisten durante muchos años después de dejar de usarlos".
Otro estudio realizado por UK Biobank sobre más de 250 mil mujeres concluyó que los anticonceptivos orales "pueden reducir drásticamente el riesgo de cáncer de ovario y de endometrio en las mujeres, mientras que su efecto sobre el riesgo de cáncer de mama a lo largo de la vida es limitado".
Otros usos: los anticonceptivos orales combinados se toman para ayudar a prevenir el embarazo, impidiendo la ovulación y por otros medios, y también se pueden tomar en el tratamiento de la anemia al reducir el sangrado menstrual, evitar el dolor de la endometriosis y controlar el acné y otros problemas relacionados con las hormonas.
Dato extra: la pastilla de emergencia (levonorgestrel o ulipristal) que se toma de forma ocasional "no hay ninguna evidencia científica" que respalde que aumente el riesgo de cáncer, menciona el doctor Eduardo Ceh.
¿Y qué pasa en México?
En México, las personas sí conocen estos métodos: la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) realizada en 2023 por el INEGI señala que el 98.7% de las mujeres en edad fértil saben de algún anticonceptivo.
Sin embargo, el miedo es una barrera enorme. De las mujeres sexualmente activas que no usan anticonceptivos: el 9.6% teme a los efectos secundarios (incluido el riesgo de cáncer). A pesar de esto, el 4.2% de las mujeres sexualmente activas en México usan pastillas como método principal. Las usan principalmente para espaciar embarazos (6.4%) o por indicación de un doctor (4.2%).
Así que, si tienes dudas, no te autodiagnostiques con videos virales. La recomendación es clara: el uso de hormonas debe ir de la mano de la indicación de un médico especialista, como un ginecólogx.
Si tu doctora o doctor te estudia bien (revisa tu historial, te hace una mamografía o ultrasonido de mama si es necesario) y determina que no tienes factores de riesgo, el tratamiento hormonal será seguro.
Como señala el doctor Eduardo Ceh: “No hay que satanizar un tratamiento" que puede ser clave para la salud. La clave es el análisis individualizado.