Cada primavera, las calles de la Ciudad de México se tiñen de lila con el florecimiento de cientos jacarandas, pero este año las jacarandas no solo robaron foco por su belleza sino porque algunas comenzaron a florecer a finales de enero, sí, así como lo lees, en pleno invierno. Esto encendió las alarmas entre los residentes y la comunidad científica de la capital del país pues no es común verlas durante esta época.

En entrevista para La Cadera de Eva, Ivonne Olalde, académica del Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM, explicó que en la Ciudad de México cada vez se tienen años con menos días de frío y temporadas de lluvias más cortas, lo que influye en las horas de luz que caracterizan a las estaciones del año y esto provoca que árboles como las jacarandas florezcan o saquen hojas en determinada época del año, pues las plantas responden a las condiciones del medio ambiente en el que crecen.

“Los días de frío en diciembre cada vez son menos. Entonces lo que ha pasado en la ciudad es que se ha extendido los días de calor. La jacaranda viene de zonas tropicales en Sudamérica, no es una planta mexicana, entonces la ciudad es cada vez más tropical y esto ha hecho que la jacaranda responda a que está haciendo el calor suficiente para que ella florezca” (Ivonne Olalde, académica del Jardín Bótanico de la UNAM)

Las jacarandas fueron traídas a México por el jardinero japonés Tatsugoro Matsumoto a inicios del siglo XX, suelen brotar días antes del equinoccio de primavera en marzo, su florecimiento temprano se debe al calentamiento global que altera los ciclos de la naturaleza, de acuerdo con la académica del Jardín Botánico de la UNAM.

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Foto:Cuartoscuro

Aunque este indicador es relevante, Ivonne Olalde señala que más allá de las jacarandas, lo que nos debe preocupar son las plantas nativas: mientras las jacarandas no dependen de las semillas que producen porque al ser una planta exótica son sembradas por los humanos, arbustos como el “palo loco” sí dependen de la cantidad de semillas que produzcan para mantener su población.

“En los últimos tres años yo no he podido recolectar semillas de palo loco porque la cantidad de lluvia no ha sido la suficiente. Los frutos no han alcanzado a madurar y producir semillas. Eso sí, me preocupa, porque esa es una población natural. La jacaranda, es una población artificial” (Ivonne Olalde)

Efectos de los inviernos cálidos

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó que 2023 fue el año más cálido jamás registrado, con temperaturas cercanas a 1.5° Celsius por encima de los niveles preindustriales (1850-1900). Inviernos cálidos, como el que vive la Ciudad de México, pueden tener consecuencias ecológicas devastadoras.

De acuerdo con la académica del Jardín Botánico de la UNAM, las flores que brotan prematuramente corren el riesgo de no coincidir con colibríes o abejas, resultando en la pérdida de néctar y fertilización. Esto implica que la polinización se ve afectada, resultando en menos semillas y frutos, especialmente en cultivos.

“Estas señales han confundido un poco a las plantas y entonces están reaccionando antes de tiempo, lo malo es que para la temporada de lluvias todavía faltan varios meses y si ahorita la planta empieza a responder a empezar a sacar flores y frutos y follaje, todavía falta tiempo para que haya lluvia, entonces las flores y los frutos que se produzcan ahorita, no van a alcanzar a madurar” (Ivonne Olalde)

¿Cómo cuidar los ecosistemas?

Para hacer frente a los efectos del calentamiento global en los ecosistemas, Ivonne Olalde explica que se debe atender el programa de agua en el país, pues en todas las grandes urbes la mayoría se va a tubería de agua negra, por lo que sería importante tener sitios de infiltración de agua hacia los mantos freáticos. Sobre el cuidado de la flora en la capital, la académica del Jardín Bótanico explica que se debe priorizar el cuidado y cultivo de las plantas nativas, pues actualmente en la Ciudad de México el 80% de las plantas son exóticas.  

“Los animales están relacionados con el tipo de plantas que son originarias del sitio, cuando tú quitas una planta nativa y pones una exótica, estás rompiendo esas redes que hay, estas alterando un ecosistema, debemos de migrar hacia las plantas nativas. Las jacarandas son muy bellas, pero no son de aquí. Siempre estamos con que México es un país megadiverso. Debemos de hacer conciencia que no nada más es una frase, sino todo lo que implica” (Ivonne Olalde)

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