Para Jacqueline Ángeles la lucha contra el cáncer de mama no fue rosa, cada día fue una batalla de muchos colores y emociones, a los 26 años recibió el diagnóstico que transformó su vida, a los 31, su corazón dejó de latir.

El 1 de mayo Jaqueline falleció, el conocer su caso y la fortaleza que impregnó en cada batalla contra el cáncer, me enseñó una lección de sensibilidad para abordar las historias de pacientes con un reconocimiento a cada batalla y no de resignación. Jaqueline, gracias por ese aprendizaje, por ello hoy comparto lo que en entrevista en algún momento me dijiste.

Una de las primeras batallas

¿Cómo despedir dignamente a una parte de tu cuerpo que van a mutilar? Esta fue la pregunta que se hizo Jacqueline Ángeles Bautista al saber que le iban a hacer una mastectomía (cirugía de extirpación del tejido mamario y pezón) en el seno derecho. Su respuesta fue hacer un performance.

En compañía de sus amigas, a sus 26 años, Jacqueline mostró sus senos de manera libre, cubriendo únicamente el pezón con flores moradas, a las afueras de la Fundación de Cáncer de Mama (FUCAM). Así dio vida a una campaña en Facebook para promover una cultura de prevención y visibilizar el cáncer de mama con su historia: Senos Guerreros.

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De las primeras batallas 

Jacqueline despidió su seno regalando unas tarjetas a los pacientes del FUCAM y sus familiares. En ellas se ilustraba la mastectomía, que es parte del tratamiento que una mujer recibe para combatir el cáncer de mama una vez que ha atacado el organismo.

Las tarjetas de Jacqueline tenían una peculiar leyenda: “el cáncer de mama no es rosa, es gris y difícil, es una enfermedad genética pero también social debido a los hábitos de consumo y la exposición de químicos cada vez más contenidos a nuestro alrededor. ¡Todos podemos hacer algo! Sororidad, solidaridad, alimentación sana y cultura de prevención”.

El cáncer de mama, como toda enfermedad de esta clase, empieza con el rápido y desordenado crecimiento de células anormales en los senos, principalmente en los conductos que llevan la leche hacia el pezón o en las glándulas que producen la leche. Aunque los hombres también tienen riesgo de desarrollarlo, se trata de un mal que afecta más a la mujer.

Haciendo ruido por la vida

Jacqueline recuerda que cuando recibió la noticia de su diagnóstico, los médicos tuvieron poco tacto para explicarle a lo que se iba a enfrentar. Como paciente no se sentía identificada con las campañas donde el color rosa representa la lucha contra el cáncer de mama, por ello decidió documentar el proceso de su enfermedad.

“En mi página trato de visibilizar a los pacientes y los duros efectos de los tratamientos, así como otras alternativas como el tratamiento cannábico que ayuda a paliar los efectos secundarios de las quimioterapias”, compartió Jaqueline. 

Días previos a su mastectomía, ella posó para una sesión fotográfica donde mostraba su largo, rizado y negro cabello, y sus dos senos. Subió las fotos a su página con un mensaje que leerlo deja un nudo en la garganta.

Mi hermoso seno de 26 años hoy me dice adiós. Ya no va a estar más conmigo y duele, es difícil desprenderse. El cáncer de mama, que cada vez ataca a más personas, llegó a mí también, no sé la razón, pero me tocó. Hoy me despido de ti mi lindo seno derecho, te voy a extrañar ( Jaqueline Ángeles)

Jacqueline fue antropóloga de formación académica y ejerció el periodismo. Durante su tratamiento recibió ocho quimioterapias.

Jaqueline me comentó cómo fue enfrentarse a la quimios: “la primera vez que entré (a la sala de infusión de quimioterapia) mi corazón palpitaba fuerte, tenía cabello, pestañas y cejas. En cuatro meses mi cuerpo, rostro y semblante cambiaron. Pinchazos en las venas, náuseas, mareos, malestar. ¡Nada sencillo! Cansancio extremo, con la quimioterapia he sentido que se me seca el alma, que se me va toda la energía”.

Al terminar las quimioterapias Jacqueline decidió hacer un nuevo performance. Esta vez tenía ánimo, alegría y la esperanza de haber librado una batalla más en su tratamiento, por eso título a su acto: el ruido por la vida

Haciendo sonar un silbato y regalando las tarjetas de su primer performance anunció a las afueras del FUCAM que era su última quimioterapia, las lágrimas esta vez fueron de felicidad. Los aplausos y abrazos de familiares y pacientes motivaron a Jacqueline.

“Los performance me han ayudado a conocerme y reconocer mi transformación corporal, dar más visibilidad y no ocultar lo que es esta enfermedad. Yo recomiendo que conozcan su cuerpo y que ante cualquier signo de alarma vayan al médico”, comentó Jaqueline a las afueras del FUCAM.

En el marco

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del día internacional de la mujer realicé un texto de una manifestación sobre las mujeres oncológicas, esa crónica la compartió Jaqueline en la página de Senos Guerreros, en privado me comentó que le hubiera encantado estar ahí, se hubiera sentido muy feliz pues el legado de visibilizar la lucha que realizan la mujeres con cáncer se está expandiendo. 

Por redes sociales Jaqueline y yo quedamos de platicar cuando regresara de Colombia, lamentablemente el 1 de mayo vía redes sociales me enteré de su muerte. Estoy convencida que no se podría decir que perdió la batalla debido a que dejó una profunda huella y aprendizaje en cada persona que la conoció, gracias por ser una guerrera en todo momento. 

Al buscar fotografía en las redes sociales de Jaqueline, encontré este texto, que compartió a inicios de su enfermedad. “Hoy soy ésta, mañana no sé” y agregó una cita de Marc Augé que dice: "el olvido es necesario para la sociedad y para el individuo. Hay que saber olvidar para saborear el gusto del presente, del instante, de la espera, pero la propia memoria necesita también el olvido: hay que olvidar el pasado reciente para recobrar el pasado remoto"

Jaqueline gracias por tu legado y por cada lección de fortaleza que dejaste a tu paso, buen camino en el trascender al infinito a la guerrera de Senos Guerreros.

En México cada día mueren 21 mujeres por cáncer de mama, esto de acuerdo con datos de la Organización Mundial de Salud (OMS). De mantenerse esta tendencia, para el año 2040 podría aumentar a 36 defunciones al día, aseguró la investigadora Leticia Rocha Zavaleta, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) en la Gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

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