Seguramente has leído la palabra extractivismo en múltiples noticias y artículos, normalmente asociada al medio ambiente y a la explotación de los bienes naturales; sin embargo, este término también se aplica en fenómenos sociales. De esto deviene que se hable del extractivismo de cuerpos y territorios, por ello, cuando se usa esta palabra, tenemos que señalarla en plural: extractivismos

Esto último lo explica la ingeniera en desarrollo sustentable Valentina Martín en “Mujeres y extractivismos”, donde acota que los extractivismos son dinámicos, dependen del lugar, del proceso y de quiénes están involucrados. De manera concreta, se habla de un sistema que perpetúa el modelo de acumulación y refuerza la posición de los hombres sobre las mujeres, pero también sobre la tierra. 

En este artículo te explicamos tres escenarios que serán un primer acercamiento a los extractivismos en los territorios. Eso sí, es importante señalar que cuando se habla de “territorios” no se refiere a una extensión de tierra, ni tiene un sentido estrictamente geográfico y mucho menos está orientado únicamente a un contexto rural, por el contrario, se usa en referencia a que los extractivismos también atraviesan las grandes urbes, pasan por los cuerpos de las mujeres e incluso, por las actividades de cuidado que realizamos diariamente. 

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El extractivismo y la explotación del medio ambiente 

Minería a gran escala, monocultivos, control de la tierra, obras hidráulicas, extracción de hidrocarburos y un intenso proceso de globalización han convertido a la tierra en un privilegio, algo que Blanca Rubios acota en su obra “Territorio y globalización en México: ¿un nuevo paradigma rural?”. A este proceso de transformaciones económicas se le unen las disputas de grupos delictivos y empresas transnacionales que intentan apropiarse de los espacios, de manera conjunta, estos fenómenos se resumen a un término:  el extractivismo

Existe una íntima relación entre el extractivismo, la violencia, el patriarcado y también el género, sin embargo, para desmenuzarlo el primer paso es entender que son las mujeres quienes se involucran de manera más activa en la defensa del territorio, entonces, ¿quién coloca a la mujer como principal defensora y cuidadora?: el patriarcado mismo, explica la maestra en Ciencias de la Sustentabilidad, Verónica Solares en entrevista con La Cadera de Eva. 

Cuando se habla del patriarcado podemos citar a Alda Facio, escritora y jurista feminista que sostiene que este sistema perpetua la dominación, la explotación y subordinación de las mujeres, pero, paradójicamente, las deja con "el encargo" de mantenerlo de pie a través de sus trabajos de cuidado.

Lee más de ¿qué es el patriarcado? y resuelve tus dudas aquí. 

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Volviendo al extractivismo en el medio ambiente, no se puede perder de vista otro concepto valioso: los roles de géneros. Estos mandatoscoloca a la mujer en la punta de la pirámide cuando se trata de defender y proteger sus tierras, pero al mismo tiempo, la mantiene en la base social, todo esto deviene de una feminización del trabajo de cuidado que perpetúa que las mujeres tienen "cualidades" más sensibles con el medio ambiente, que son habilidosas y poseen un instinto nato para cuidar; una mentira patriarcal que exime a los hombres de tomar parte de sus responsabilidades, acota Verónica Solares.

El año 2022 fue uno de los más violentos para las personas defensoras del medio ambiente y territorio, contabilizando un total de 82 homicidios, de acuerdo con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental. En este tenor, cuando un hombre vive una desaparición al interior de una comunidad, son las mujeres quienes se enfrentan mayoritariamente a los procesos legales y amedrentamientos para lograr la libertad de sus hijos/esposos, explica Mina Navarro en su investigación “Mujeres en defensa de la vida contra la violencia extractivista en México”. 

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El extractivismo de los recursos propician que existan organizaciones civiles rurales que defienden los territorios, siendo las mujeres quienes viven mayores situaciones de vulnerabilidad, no sólo por el crimen organizado, sino por el mismo Estado, el sector privado (empresas) y fuerzas castrenses quienes ejercen una gran opresión, sucesos que Juana Inés Ramírez integrante de la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (UCIZONI) compartió en la presentación del informe CEMDA 2023. 

“El acoso y la agresión verbal hacia las mujeres se da más porque las Fuerzas Armadas nos consideran el sexo débil, que no podemos defendernos o alzar las voces, especialmente en el Istmo donde las mujeres hemos encabezado la lucha, pero aun con el paso del tiempo, somos más vulnerables”, explica.

Este tipo de extractivismo daña la calidad de vida y el bienestar de las comunidades, amenaza, oprime, modifica la dinámica familiar de las personas y debilita los roles de cuidado comunitario, daña la soberanía alimentaria, aumenta la violencia física, sexual, patrimonial y económica de las mujeres, explica Valentina Martín. 

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El sistema de cuidados se sostiene en el extractivismo

¿Qué se piensa cuando se dice que los cuidados sostienen la vida?, Margarita Velázquez del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM explica en “La reproducción social y el cuidado en contextos de desigualdad” que los cuidados son algo que nos ha acompañado desde siempre, puesto que desde los orígenes de de la humanidad se han adoptado pactos sociales con el fin de estructurar y dar viabilidad a diversos modos de vida. 

Estos pactos sociales se sostienen en relaciones de poder y privilegio, así, la humanidad ha adoptado complejas redes de actividades que se llevan a cabo de manera cotidiana y que nos han configurado para creer que existen personas que tienen la "responsabilidad" de desempeñar los cuidados y asegurar la vida de los otros, ¿quiénes ejercen estas actividades?: las mujeres. 

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Sandra Lorenzano, académica de la unidad de Investigación sobre Representaciones Culturales y Sociales resume esto último en una pregunta concreta: ¿por qué nos parece tan natural creer que existen personas que deben cuidar y otras que deben ser cuidadas?

La relación del cuidado con el extractivismo entra cuando se realiza la explotación de los cuerpos feminizados quienes llevan dobles o triples jornadas de trabajo dedicando el 67% de su tiempo a los cuidados de personas y de su hogar, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo 2019. 

“Vivir a través del sacrificio de otras personas” es uno de los postulados que sostiene Verónica Montes de Oca, académica del Instituto de Investigaciones Sociales y que condena como un síntoma del extractivismo; un extractivismo que no debería existir y mucho menos bajo el nombre del “sacrificio amoroso de las mujeres”, pues las mujeres son garantes de derechos, deberían tener las mismas oportunidades de crecer, desarrollarse y tener tiempo libre de autocuidado. Derechos que son obstaculizados por el extractivismo de sus cuerpos -y tiempo-. 

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Es así que el sistema ha sido instaurado y de manera divisoria (hombre/mujer) ha pactado una relación de poder que tiene por objetivo cubrir los sistemas socioeconómicos de las sociedades, explica Margarita Velazquez. 

Esto último nos lleva al último apartado: el capitalismo

Un sistema de acumulación 

Hablar de extractivismos y capitalismo es una discusión forzosa, si bien esta relación puede resultar medianamente confusa o abrumadora al escalar en distintos niveles y extenderse en muchos aspectos económicos, sociales e históricos, existe un hilo conductor muy simple que la feminista Silvia Federici resume en la siguiente frase:

“El cuerpo de la mujer es la última frontera del capitalismo

Esto hace alusión a que el sistema de acumulación se ha cimentado gracias al extractivismo del trabajo, del cuidado y del cuerpo de las mujeres. Si esto no ha quedado del todo claro, Silvia Federici lo dibuja de una manera más simple y es que el sistema controla y explota la fuerza de los trabajadores y detrás de esto, el cuerpo de la mujer es la primera fuente de riqueza

Este proceso extractivista del trabajo de las mujeres a lo largo de la historia se traduce en represión, negación política, violencias machistas, rechazo a su desarrollo, falta de oportunidades, brecha salarial y una serie de violencias que existen para perpetuar el sistema de acumulación, explica Manuel Bayón en “Cuerpos, territorios y feminismos”.

Ahora ya lo sabes, el extractivismo es una palabra que no puede salirse del mapa social y que se debe mantener siempre presente cuando pensamos en las personas que defienden el territorio, en los cuidados que se ejercen diariamente, en el rol de género impuesto, en los sacrificios feminizados del “amor” que realizaron nuestras ancestras y en la manera en que las mujeres, históricamente, han puesto el cuerpo, su tiempo, sus ideales, sus luchas y su dedicación para que otras personas puedan vivir y desarrollarse en plenitud. 

“A las mujeres, por un mandato impuesto socialmente, se nos ha dado la tarea de cuidar de las demás personas en la sociedad, de reparar los daños que el mismo sistema capitalista y patriarcal genera en los cuerpos humanos” (Verónica Montes de Oca de la IIS UNAM en entrevista con La Cadera de Eva)

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Se concluye que los extractivismos son coloniales e imperialistas porque busca el control de los recursos naturales en el mundo capitalista; ya que mantiene un modelo de acumulación y producción; y finalmente, patriarcal porque jerarquiza la posición de los hombres sobre las mujeres y la tierra, acota Valentina Martín del Campo.