Piensa en un recuerdo que tengas de tu madre o abuela, ¿de qué manera se conducían por la vida? Probablemente, siempre presurosas, movidas entre exigencias, cuidados, trabajo, limpieza, mandados y sobre todo, en una profunda desvalorización de sus actividades. ¿Cuántas veces nuestras ancestras anhelaron el descanso y ser cuidadas?

Esta respuesta la aborda Marcela Lagarde cuando nos habla de los anhelos y la autoestima. Primero, volteemos a ver a las mujeres de nuestra vida y esta pobreza de tiempo que casi no les ha permitido parar para cuidar de su cuerpo y su salud mental; y paralelamente, apliquemos esta visión en nosotras. Nuestro ritmo de vida nos demanda a las mujeres una carga altamente opresiva, ¿cuándo fue la última vez que te sentiste cuidada?, ¿cuántas horas te dedicas a ti misma en tu día a día?

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Entre los conceptos capitalistas de “éxito”, “progreso”, “modernidad”, las mujeres han quedado en medio, pues mientras tienen un ojo enfocado en esta realidad utópica moderna, también continúan con un pie en lo privado: el cuidado del hogar, la resolución de pendientes, el cuidado de otras personas, el insomnio por ansiedad (según la Fundación Nacional del Sueño), y por supuesto, el cumplimiento de roles de género: sacrificarse por otras personas y encarar el trabajo sin queja alguna. ¿Y entonces, cuándo se comienza a vivir en libertad? ¿Qué significa el autocuidado bajo este contexto? El feminismo nos habla de esta herramienta que se antepone al extractivismo del cuerpo de las mujeres.

“El bienestar es imaginado por las mujeres como la superación de los obstáculos vitales y el logro de metas personales concordantes con la época en que vivimos. Eliminar la injusticia y los conflictos desgastantes, gozar y disfrutar de la vida, vivir en libertad, son los más caros anhelos de la mujer” (Marcela Lagarde).

 

¿Qué es el autocuidado?

El significado del autocuidado se esconde en las cosas más pequeñas de nuestro día a día, por ejemplo, cuando decidimos compartir con amigas o agendamos una sesión de terapia. Definir a qué se refiere el autocuidado no es sencillo, pues radica en experiencias individuales que nos hacen sentir cuidadas y amadas. 

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Eso sí, podríamos dar un primer acercamiento a la definición del autocuidado de la siguiente manera: sé protagonista del cuerpo que habitas, priorízalo y protégelo porque es tuyo, es tu territorio

“El autocuidado es una invitación a ser una persona consciente y hacerse cargo de sí misma, ejercer las libertades fundamentales con responsabilidad, conocerse, reconocer sus sentimientos, emociones, deseos, aspiraciones y descubrir las motivaciones e intereses que le impulsan a actuar mediante habilidades comunicativas para la vida”. Estrategias de autocuidado en el personal de un centro de protección simple. Psicología y Salud, escrito por María Teresa Muñoz)

A estas alturas, debemos despojar esta feminización del cuidado donde las culpas nos inundan y se confunde el autocuidado con egoísmo; porque cuando las mujeres se priorizan deviene un inmenso poder político y social, pues se actúa desde la amabilidad y la ternura hacia nosotras mismas, de depositar el amor en nosotras, en atender el cuidado de nuestro cuerpo, nuestra salud mental y sus necesidades. ¿Qué hay más revolucionario que esto? Si no nos crees, continúa con la siguiente parte de este glosario feminista

Deconstruye el amor y constrúyete a ti misma

Las mujeres y los hombres son enseñados a amar desde la infancia de manera distinta y es en esta diferencia que se esconde una importante brecha que perpetúa la creencia de que existen personas que tienen el "don nato de amar / cuidar" y otras que deben recibirlo.  

La activista feminista y escritora bell hooks señala en su obra que “la confusión que tenemos del amor” está en su origen, exponiendo que, además de esta distinción aprendida del amor, se le deben sumar las ideas patriarcales, los roles de género y la cultura. 

“A ellos se les hace creer que siempre habrá una mujer cuidándolos, primero mamá, luego la esposa. Y a nosotras, nos hacen creer que nacimos para cuidar (….) el papel de ellos es recibir cuidados y ser amados, el nuestro darlos.” (Coral Herrera en Hombres, Masculinidad(es) e Igualdad)

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Entonces, el primer paso para cuestionar nuestra relación con el amor es reflexionar: ¿en dónde y en quiénes depositamos nuestro tiempo y nuestro cariño? Hablemos de cómo practicar autocuidado.

Me cuido y entonces, entiendo a las otras

Una vez que comienzas a cuidar de ti misma -no sólo como actos aislados, sino como un estilo de vida-, entonces, algo increíble ocurre y es que el autocuidado también transforma la manera en que nos relacionamos con otras mujeres y con el mundo. 

Para entender mejor esto, La Cadera de Eva entrevistó a Margarita Mantilla, socióloga feminista y especialista en teoría feminista que explica que una vez que se toma consciencia de la relación que tienes contigo misma y la conviertes en algo satisfactorio, entonces se modifica todo a tu alrededor, rompes con el odio que oprime y entiendes el amor desde la reciprocidad y el cuidado

“Una vez que modificas la relación que tienes contigo misma sucede… modificas tu relación con las otras, rompes este ciclo de automisoginia y comportamientos patriarcales. El patriarcado desde el discurso dominante se alimenta de la misoginia del hombre, pero también, de las mismas mujeres hacia ellas mismas” (Margarita Mantilla).

¿Aún no sabes cómo practicar el autocuidado?

Aquí te damos algunas ideas que 3 integrantes de nuestra equipa de La Cadera de Eva realizan en su día a día:

Raque 

  • Este año comencé a dedicar tiempo a actividades que me gustan, como el twerk, pues me ayuda a despejarme de mi día a día y además es un gran ejercicio.
  • Destino un ratito de mi día para hablar con mis amigas.
  • Cuando termino de trabajar ya no respondo mensajes del trabajo para que a la larga no me estrese.

Ire

  • Cuando algo me agobia llamo a mi mamá, a mis hermanas o a mis amigas para platicarles. De esta manera no me guardo el problema, me desahogo y muchas veces me doy cuenta de que la situación no era tan grave como la imaginaba.
  • Después de trabajar salgo a caminar y escucho un podcast, así puedo desconectarme de los pendientes que hayan quedado del trabajo.
  • Durante la semana acuerdo algún plan con amigues para el fin de semana, así no me gana la pereza de último momento y puedo ver a personas que quiero mucho.

Ara

  • Los fines de semana los dedico a visitar a mi abuela, platicar con ella y contarle mis preocupaciones. Escucharla y aconsejarla es mi manera preferida de autocuidarme.
  • Evito postergar mis citas médicas y por el contrario, priorizo los síntomas que me aquejan y trato de atenderlos lo antes posible.
  • A las 19:00 horas me desconecto de todas mis redes y dedico tiempo para hacer mi rutina de skincare, ver series con mi mamá y pautar un horario de sueño saludable.