Mariela Vanessa Díaz Valverde desapareció después de salir de su casa en la colonia Fuego Nuevo, en Iztapalapa el 27 de abril de 2018. Era estudiante del segundo semestre de la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. A seis años de su desaparición, las autoridades aún no han dado con su paradero. Su madre, la buscadora Herminia Valverde, murió en mayo del año pasado a causa de cáncer y nunca pudo reencontrarse con su hija.
Pamela Gallardo, de 23 años, desapareció el 5 de noviembre de 2017 en la alcaldía de Tlalpan y hasta ahora no hay indicios de que las autoridades continúen con la búsqueda de su paradero. La última vez que se le vio fue en el kilómetro 13.5 de la carretera Picacho-Ajusco; en repetidas ocasiones, la familia se ha pronunciado en contra de las autoridades capitalinas por entorpecer y obstaculizar su búsqueda.
Hace dos semanas, colectivos de familiares de desaparecidos encontraron restos óseos a medio kilómetro del lugar donde desapareció Pamela y su madre, María del Carmen del Volante Velázquez exigió que investiguen y analicen si los restos son de su hija.
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Estos son solo algunos de los casos de desaparición que se han registrado en la Ciudad de México, la entidad que registra el mayor número de casos de mujeres desaparecidas en todo el país, en los últimos cinco años, con 2 mil 60 casos registrados entre 2019 y 2023. Le sigue el Estado de México con 1,620 y Jalisco con 1,075 mujeres desaparecidas del 2019 a 2023, de acuerdo con los datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO).
Esta cifra representa un aumento del 1,567%, respecto a la administración anterior, cuando se registraron 128 desapariciones de mujeres entre 2013 y 2017, de acuerdo con los datos oficiales.
Entre 2013 a 2017, el rango de edad que registró más mujeres desaparecidas fue de 15 a 19 años, con un total de 20 menores desaparecidas. Le siguió el de 20 a 24 con 17 jóvenes reportadas como desaparecidas. Y luego el de 25 a 29 años con 16 mujeres.
Mientras que de 2019 a 2023 fue el mismo, de 15 a 19 años pero con una cifra alarmante: 635 menores desaparecidas en cinco años. El segundo rango de edad que más presentó desaparecidas fue de 10 a 14 años, con un total de 277 niñas. El tercero, fue el de 20 a 24 años con 189 jóvenes.
En ambos periodos, la alcaldía Iztapalapa fue la zona en donde más se reportaron desapariciones según datos del RNPDNO. De 2013 a 2017, 18 mujeres desaparecieron; la segunda alcaldía fue Gustavo A. Madero con 17 y en Álvaro Obregón, 13. Por su parte, de 2019 a 2023 en Iztapalapa hubo 361 mujeres desaparecidas. En la Gustavo A. Madero, 312 y en la alcaldía Cuauhtémoc hubo 224 mujeres desaparecidas.
A nivel nacional, la Ciudad de México ocupa el segundo lugar en desapariciones, con un total de 5 mil 266 personas desaparecidas; de las cuales, 3,260 son hombres y 2,060, mujeres. Mientras que Jalisco, ocupa el primer lugar con 6 mil 525 personas: 5 mil 450 hombres y mil 75 mujeres.
Relacionan casos de desapariciones con multifeminicida de Iztacalco
Amairany Roblero Hernández desapareció el 1 de agosto de 2012 cuando tenía 18 años de edad en la colonia Ejército Constitucionalista, en la alcaldía Iztapalapa. Su madre, Cecilia González, en compañía de vecinos y amigos, se manifestaron antier en el domicilio de Miguel “N”, multifeminicida de Iztacalco.
Cecilia refirió que este sujeto es el principal sospechoso ya que fue la última persona Amairany llamó por teléfono antes de desaparecer. En su manifestación pidió a la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México que informe si su hija es una víctima más del multifeminicida.
Otro caso relacionado con Miguel “N” es el de Viviana Elizabeth Garrido Ibarra, quien desapareció el 30 de noviembre de 2018 en la colonia Miravalle en la alcaldía Benito Juárez. Fue vista por última vez la estación Hermita del metro de la CDMX. En ese entonces tenía 32 años de edad y es ingeniera bioquímica.
Recientemente se le relacionó con el multifeminicida de Iztacalco, ya que en redes sociales señalaron que ambos trabajaban en el mismo laboratorio, aunque no se tienen reportes oficiales de estos rumores.
De acuerdo con el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) lo que lleva que un feminicida cometa varios asesinatos es la impunidad. Pues en el caso de las desapariciones de mujeres no hay una búsqueda efectiva ni inmediata por parte de las autoridades y eso provoca que los agresores sigan cometiendo estos crímenes y que no se relacionen los casos de feminicidios.
“Lo único que hacen para buscar a las personas desaparecidas era publicar fichas de búsquedas, esa es su gran investigación. Hay nulo seguimiento en las desapariciones, muchos casos no cuentan con información suficiente como para seguir una línea de investigación relacionada con un sujeto como este”, explicó la abogada Anayeli Peréz Garrido, abogada feminista y asesora del OCNF.
Por otra parte, María Elena Esparza Guevara, presidenta de Ola Violeta A.C. (organización que se dedica a la prevención de la violencia de género) y consejera de género del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México; explicó que la violencia machista y estructural dio paso a que no se investigara correctamente el caso.
“De las víctimas del feminicida de Iztacalco, ¿cuánto tiempo estuvieron reportadas como desaparecidas? Eso no fue trata de personas, sino la relación con todo el sistema de violencia machista y estructural, de la cual somos víctimas las mujeres, no solo en nuestro país, sino en todo el mundo”, dijo la especialista.
Por lo que el delito de desaparición debe analizarse en relación con otros delitos: “Puede estar solo en la desaparición, pero a veces puede ser que esa mujer desapareció porque fue asesinada por su pareja, porque fue víctima de feminicidio, o desapareció porque estaba siendo explotada sexualmente como una de las modalidades de trata de personas”, explicó la consejera.
En el 10% de las desapariciones registradas no hay información de las víctimas
Diversas organizaciones y colectivos han reiterado que los datos publicados por el RNPDNO y el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED) no son precisos debido a que no hay datos personales de las personas, solo números.
Itxaro Arteta Monteagudo, líder de comunicación de Data Cívica explicó en entrevista con La Cadera de Eva que la organización hizo un análisis detallado de qué tan bien registraban o no variables de interés, de las características de la persona reportada como desaparecida.
“Podías ver por ejemplo, si era indígena, si era procedente, si pertenecía a un grupo vulnerable, ese tipo de cosas. La verdad es que eso está muy mal registrado. La mayoría no tiene el registro de eso. La fiscalía de la CDMX es la cuarta con el mejor nivel de registros de estas variables de interés”, dijo Ixtaro Arteta.
A pesar de esto, señaló que solo el 10% de las desapariciones reportadas en el registro cuentan con datos principales para su búsqueda y localización. “Es muy grave porque si alguien reportó una desaparición, pero luego dicen que no tienen cómo avisarles si la encontraste o no”, apuntó la especialista.
Además, refirió que la falta de claridad en cifras de personas desaparecidas aumenta o disminuye dependiendo del registro que se consulte. “En la búsqueda generalizada se borraron 40% de nombres de la Ciudad de México, pero si ahorita te metes al registro nacional de personas desaparecidas, en realidad hay el doble”, dijo.
Explicó que en agosto del año pasado, la Comisión Nacional de Búsqueda presentó una base de datos que sí tenía todos los nombres de personas desaparecidas. En la Ciudad de México reportaron 3 mil 731 nombres. Sin embargo, actualmente aparecen casi el doble de personas desaparecidas, casi 7 mil.
“Las familias de los desaparecidos también nos decían que a veces ya están cansadas de oír este tema de los registros y de las cifras, porque de repente hay tan poca claridad y no se está informando bien y no se está haciendo transparente”, concluyó.
Por su parte, María Elena Esparza Guevara coincidió en que las autoridades deben reportar las desapariciones con transparencia:
“Yo creo que la obligación de la autoridad debe ser reportar con total transparencia todas las carpetas que ocurren por todos los tipos de delitos y sí siempre con especial énfasis en los delitos que afectan a poblaciones vulnerables como son las infancias o las mujeres”.
Al preguntarle si deberían tener todos los registros de datos personales en los sitios web, expresó que no todos porque la delincuencia puede hacer mal uso de los nombres de personas desaparecidas; pero sí deben agregar datos segregados.
“Sería muy interesante saber cuántas de ellas, por ejemplo, tienen alguna otra intersección de vulnerabilidad, como la discapacidad, el origen indígena, como el ser menores de edad”, expresó la consejera.
María Elena Esparza habló sobre la importancia de que la desaparición de personas tiene que ser investigada con perspectiva de género. Y actualmente hay protocolos de búsqueda que implican y obligan a la autoridad a aplicar esta perspectiva de género.
“Si sabemos de una amiga, de una conocida, de una familiar, de una vecina que no aparece, parte de nuestro empoderamiento consiste en saber que cuando acudimos a la autoridad, tienen que levantar esa carpeta y tienen que investigar la desaparición o la no localización con perspectiva de género. No nos puede decir que nos vemos dentro de tres días”, detalló al hablar sobre el protocolo Alba.
¿Cuál es el protocolo de búsqueda para las mujeres desaparecidas?
En México existen dos principales herramientas y protocolos que ayudan a dar difusión y localizar a personas desaparecidas.
Alerta Amber:
Es una herramienta para dar seguimiento a búsqueda, localización y recuperación de niñas, niños y adolescentes que estén en peligro de sufrir daños debido a su no localización. Esta es independiente de la denuncia o proceso penal que llevan a cabo las autoridades locales o federales.
Funciona con la ayuda de la difusión masiva e inmediata en un Formato Único de Datos con fotografía, en todos los medios de comunicación disponibles. Según lo requiera el caso, puede difundirse una alerta a nivel estatal, regional, nacional o internacional, indica la página de la Fiscalía General de la República de México (FGR).
Protocolo Alba:
El protocolo Alba es un mecanismo para la búsqueda y localización de mujeres y niñas en México; comenzó a operar en Ciudad Juárez, Chihuahua en 2003, de acuerdo con la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (CONAVIM).
El objetivo del Protocolo Alba es proteger la vida de niñas y mujeres; su libertad personal e integridad, mediante un plan de atención y coordinación entre las autoridades de los tres órdenes de gobierno, que involucren a medios de comunicación, sociedad civil, organismos públicos y privados, en toda la República Mexicana.
“Establece que hay que abrir la carpeta de investigación en las primeras 24 horas de la desaparición, que se tiene que recolectar la información básica sobre la persona y los hechos y que se tiene que detonar la búsqueda a través de policías de investigación o grupos de búsqueda”, explicó María Elena Esparza.