Amix, esta semana la discusión alrededor de la nueva película de la consagrada directora, Celine Song, Materialists, ha generado debate en redes sociales por su enfoque del amor y su relación con el dinero y estatus, una conversación que a menudo se torna problemática en los vínculos contemporáneos.
Materialists narra la historia de Lucy Manson, interpretada por Dakota Johnson, una exitosa casamentera de Nueva York especializada en emparejar a personas según su estilo de vida; la trama da un giro cuando se ve envuelta en un trío amoroso con su exnovio, John Fitch (Chris Evans), y Harry Castillo, un millonario (Pedro Pascal) que parece ser el hombre perfecto para sus estándares.
Desde su estreno, la película ha sido criticada por “romantizar la pobreza”, y es que (spoiler), la película termina con Lucy y John reconstruyendo su vínculo romántico. Algunas mujeres señalaron en redes sociales que “debía escoger” al personaje interpretado por Pedro Pascal, pues él cumplía con sus estándares y prometía darle una vida acomodada, contrario a lo que John podía “ofrecer”, pero, ¿por qué queríamos que se quedara con el rico? ¿a caso las mujeres son materialistas?
¿"Materialists" romantiza la pobreza?
No amix, no sólo es porque Pedro Pascal haya capturado los corazones de muchas y se haya convertido en el daddy del internet, sino que simbólicamente su personaje cumple con el estereotipo de “hombre proveedor”, exitoso, realizado y dispuesto a asumir gastos económicos y financieros. Básicamente, el estereotipo de lo que se supone debe “ser” un hombre según los roles de género.
Y es que la película también explora la pregunta “qué es ser un hombre en la actualidad” a través del personaje de Chris Evans, que vive persiguiendo un sueño que no puede cumplir como resultado de asimetrías estructurales y económicas. Características que son menos atractivas en la búsqueda de una "pareja ideal" que mejore la condición de vida de las mujeres, como se señala en redes sociales (aunque la película crítica que en la actualidad el amor es una transacción económica y estatus, bajo una mirada distinta esto también podría caer en la romanización del amor romántico que "todo lo puede").
Para la antropóloga feminista Marcela Lagarde, la autonomía económica de las mujeres es una clave para la transformación social. En su libro, Claves feministas para el poderío de las mujeres, la autonomía es un elemento transformador de la cultura, por lo que no puede haber autonomía económica sin autonomía cultural, es decir, si Lucy escogía sostener un vínculo con Harry, sustentado en el intercambio recíproco de estatus, como se propone en la película, no reafirmaría, como tal, su autonomía económica.
¿Hipergamia o romance?
Pero aclaremos algo, buscar una pareja que no sólo ofrezca seguridad económica, sino que también movilidad social o estatus, no es “hipergamia”, un término que, como te contamos en esta nota, históricamente está cargado de misoginia y que reduce las relaciones afectivas de las mujeres a un supuesto interés “materialista”.
Esta narrativa ignora las desigualdades estructurales que han condicionado la autonomía económica de las mujeres por siglos.
En un contexto donde las oportunidades laborales y de acceso a la riqueza han sido sistemáticamente inaccesibles para las mujeres, y que persisten hoy en día con México alcanzado una máxima en paridad de género con el 77.6% este año, según el último Índice Global de Brecha de Género (WEF, por sus siglas en inglés) realizado por el Foro Económico Mundial, las sin embargo, las mujeres continúan ganando alrededor del 15% menos que los hombres, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Elegir vínculos que contribuyan al bienestar integral y económico de las mujeres no debería verse como una “traición a la igualdad”, en muchas ocasiones es una estrategia frente a un sistema que históricamente ha precarizado la vida de las mujeres.
Si bien no se trata de normalizar la pobreza en las relaciones amorosa también es cierto que las mujeres ha recurrido a diferentes herramientas para diluir la brecha de género. Así que no te preocupes, ambas posturas deben debatirse desde una mirada crítica que ponga al frente la autonomía integral de las mujeres porque ni "se vive de amor", como tampoco se es una "interesada o materialista" por buscar una pareja sentimental con objetivos y propósitos afines.