"El interés y la hipergamia es la nueva pandemia", comentó un usuario en X (antes Twitter), refiriéndose a las mujeres que eligen parejas sentimentales de un nivel socioeconómico superior.
El auge de la ultraderecha contemporánea ha impulsado tendencias que refuerzan los roles de género tradicionales. En TikTok, se han viralizado videos de mujeres en relaciones heteronormativas que documentan las tareas domésticas que realizan a diario en sus hogares, visibilizando dinámicas que perpetúan desigualdades de género.
De esta manera, la idea de la hipergamia puede ser utilizada para reforzar las nociones conservadoras sobre el rol de la mujer en la sociedad, enfocándose en la dependencia económica y social de la mujer hacia el hombre.
Un claro ejemplo de esto es la tendencia del trad wife que ha ganado popularidad y aceptación sobre todo en redes sociales. En esta dinámica los hombres esperan que las mujeres asuman el trabajo doméstico como una obligación, algo casi innato y dado por sentado por el simple hecho de ser mujer. Este comportamiento y asignación de roles es una estructura de poder dentro de las relaciones heterosexuales que ha estado ganando popularidad.
Recientemente en redes sociales hombres de derecha han hablado sobre cómo las mujeres jóvenes suelen buscar relaciones sentimentales con hombres con capitales económicos, sociales y culturales más elevados, situación que, supuestamente, los pone en desventaja frente a sus homónimos con más poder de adquisición.
Cuando los hombres hablan de hipergamia en redes sociales lo hacen junto a discursos misóginos que estigmatizan a las mujeres. Frases como “Sólo está con él por dinero”, “No quieren trabajar” y “Es una cazafortunas” son recurrentes en estos vídeos.
Esta estructura de poder se llama hipergamia, pero ¿de qué va en realidad esta nueva tendencia?
¿Qué es la hipergamia?
La hipergamia es una estructura de poder dentro de las relaciones heterosexuales en las que los hombres tienen un estatus socioeconómico más alto que las mujeres.
Las relaciones hipergámicas reproducen la figura de la familia tradicional; en ellas el hombre es el proveedor de recursos económicos por ser más activo y tener un estatus más elevado, mientras que la mujer toma un papel pasivo, cumpliendo con el papel de la cuidadora del hogar.
Se asume que la mujer es menos inteligente y menos capaz que el hombre, por lo que en estas relaciones, la mujer no posee la capacidad de decidir, por el contrario, actúa en beneficio de las necesidades del hombre.
La hipergamia se manifiesta de diferentes niveles según el contexto en el que se desarrolle: en las manifestaciones más severas, las mujeres no trabajan o lo hacen pocas horas y el hombre es el único integrante que tiene una capacidad significativa de producción fuera del hogar, y si la mujer genera ingresos, no se consideran realmente sustantivos, sino como una fuente de apoyo extra.
Las relaciones gámicas
Según la doctora en Ciencias Sociales e Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Argentina en 2010, Alejandra Martinez Finzi, hay diferentes estructuras de poder al interior de las relaciones:
Relaciones homogámicas: Cuando las personas que conforman la relación heterosexual trabajan en espacios con estatus similares y aportan ingresos económicos en cantidades similares.
Relaciones hipogámica: Cuando la mujer tiene una posición económica y cultural mayor a la del hombre.
Relaciones hipergámicas: Cuando el hombre tiene una posición económica y cultural mayor a la de la mujer.
Aunque algunos hombres hablan de la hipergamia para “evidenciar” la superficialidad de las mujeres en relaciones sexoafectivas heterosexuales, muchos otros incentivan la práctica de esta dinámica para “salvaguardar” los valores tradicionales de la familia hegemónica.
Esta división discursiva difundida en redes sociales nos permite confirmar algo: los hombres de derecha (y muchos otros con posturas políticas distintas) promueven la sumisión de la mujer dentro de sus relaciones, pero sin abusar de lo que ellos consideran un exceso de privilegios económicos, sociales y culturales.
Términos como trophy wife, trophyworth y tradwife, perpetúan estereotipos y roles de género, pero también estas estructuras de poder dentro de las relaciones en donde lo valioso es la producción económica y los capitales sociales y culturales que refuerzan la disparidad en un sistema patriarcal.
¿Las mujeres buscan relaciones por interés?
La respuesta sencilla es que no, pero vamos a desglosar por qué la hipergamia no es una tendencia impulsada por el interés económico de las mujeres, como muchos hombres expresan en redes, si no una estructura diseñada por el patriarcado.
Según el sociólogo Göran Therborn, la idea inicial de la familia se constituye por el matrimonio/sexualidad, filiación y reproducción. Está forma de concebir la familia ha sido instaurada e institucionalizada por la cultura occidental desde antes de la aparición del capitalismo mercantil.
La exaltación de la figura del hombre como jefe de la casa es una idea forjada en el conservadurismo, por lo que su práctica está fundamentada en valores que refuerzan la idea de la familia tradicional.
La hipergamia no es una elección; las estructuras de poder son manifestaciones de los sistemas dominantes que actúan en pro de la superioridad de los hombres.