¿Has visto o escuchado hablar de las micro o baby bangs? Ese flequillo recto sobre las cejas que muchas personas asocian cada vez más con feminismo.
Esto no es casualidad, y es que los micro flecos se han convertido en un sello particular para las personas que militan desde espacios feministas y de derechos humanos. Más que moda, los micro flecos son una declaración estética que desafía los cánones de belleza tradicionales impuestos por el patriarcado.
Hace un par de semanas me corté, por primera vez, el flequillo sobre las cejas. Durante años había querido tener micro bangs, pero siempre me detuvo la pregunta que muchas veces encarcela y detiene a las mujeres: “¿qué pensarán de mí los demás?”.
Este miedo abandonó mi cabeza cuando, un jueves por la noche, decidí tomar las tijeras y cortar mi propio fleco: chueco, corto (muy corto) y liberador. No pensé en nadie más, no lo planeé. Simplemente lo hice.
Sin embargo, después de cortar mi fleco noté un nuevo comportamiento en extraños y conocidos, algo que no había experimentado antes: miradas fugaces que gritaban extrañeza, y tal vez uno que otro prejuicio estético.
Esto no sólo pasa conmigo, en redes sociales, las mujeres con micro o baby bangs han hablado de este fenómeno: cuando una mujer con micro bangs tienen una plataforma, de alguna u otra manera, se termina hablando de su corte de cabello.
Algo que también pasa con las bleach browns o cejas decoloradas. Lo que no es tradicionalmente femenino, automáticamente representa una amenaza para el patriarcado, que por siglos ha controlado los estándares estéticos en los cuerpos de las mujeres.
Micro bangs, una pequeña revolución
A pesar de que en la actualidad decenas de celebridades han transitado por las micro bangs, utilizándolas como una declaración de moda subversiva que desafía la belleza occidental, desde Lady Gaga hasta Hayley Williams, las micro bangs no son sólo una tendencia estética, sino que están profundamente entrelazada con un sentido de rebeldía antipatriarcal.
Las creadoras de contenido, Mar Benassai y Loli de San Telmo hablaron de este fenómeno en la publicación Alerta de flequillo. Entre lo estético y lo ideológico, en donde trazaron la asociación entre el flequillo y el progresismo en Argentina. Aquí, la tesis es clara (y contrahegemónica): el flequillo representa un modelo de mujer alternativo al mainstream, es decir, al hegemónico, sumiso y pasivo.
Y es que, además, las micro bangs actúan como una declaración política que las personas notan. En un modelo saturado de símbolos e imágenes, un flequillo no sólo es expresión, también puede relacionarse directamente con una postura ideológica.
En The Empire of Fashion: Dressing Modern Democracy, el sociólogo francés, Gilles Lipovetsy, explica que la moda es inherentemente política porque es un “código de vestimenta” clave para la democracia moderna, que refleja y refuerza valores como la elección individual y la igualdad efímera. Esta descripción se puede ampliar a otros elementos de expresión en la moda, como los cambios de look en el cabello.
“Tiene flequillo, debe ser feminista”
Aunque no lo parezca, la decisión de llevar micro bangs por parte de mujeres, especialmente aquellas identificadas con el feminismo, está profundamente cargada de implicaciones sociales y políticas. Resulta revelador pensar en mujeres que encarnan estereotipos occidentales de belleza, a la par de mujeres que rompen el molde y exploran nuevos horizontes corporales estéticos, pero ¿qué implica ser percibida y relacionada con el feminismo, los movimientos sociales e incluso el liberalismo?
Laura Pavia (@lachicaquehabita) creadora de contenido feminista y Community Manager de La Cadera de Eva, ha tenido micro bangs desde hace más de dos años y, en ese tiempo, ha identificado un par de “secretos patriarcales” que ha develado a raíz de cortarse el flequillo.
El cambio en el trato masculino una de las actitudes más notables. Cuando tenía el cabello largo, lacio y sin fleco, sentía que se ajustaba más al "canon de belleza" y recibía muchos más cumplidos de los hombres, mientras que cuando su cabello se tornó más rizado y con el flequillo corto, notó un cambio en la dinámica. Ahora los hombres la tratan “con más cuidado” y, solo por el corte, no se acercan o se acercan con cautela, incluso si no dice que es feminista.
Esa reacción revela con claridad que el cuerpo y la apariencia de las mujeres siguen siendo leídos como mensajes políticos, incluso cuando no se pronuncia palabra. Un simple corte de cabello puede desafiar la mirada masculina y cuestionar la idea de que el cuerpo femenino está hecho para agradar.