El desamor y las violencias normalizadas que se viven en las relaciones de pareja siempre han permanecido como problemáticas del ámbito privado, como cuestiones banales que nada tienen que ver con la vida pública, sin embargo, los vínculos amorosos resultan ser un factor clave en la vida y las oportunidades que tienen las mujeres.

Conozco a mujeres increíbles que terminan pausando su vida por el desamor, que derrumban su carrera profesional por su pareja, que lloran días y noches por una persona mutilada emocionalmente. 

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Amigas que cambian sus planes por una cita, que anteponen su bienestar ante los caprichos de otro, que dejan colonizar sus mentes y cuerpos, que pierden su empleo por el abandono de un mal amor, que construyen sueños de alguien más sobre las ruinas de los suyos. Mujeres que migran en nombre del “amor” y se silencian emocionalmente para caber en los ideales del ser amado. Todo con el objetivo de ser amadas.

Estamos acostumbradas y dispuestas a amar, pero también hemos normalizado sentirnos insatisfechas del amor que recibimos. 

En diversas reuniones con amigas hemos abordado nuestra vida sentimental como parte de la orden del día, cada una va desmenuzando sus historias de amor y desamor, en ese momento es cuando te das cuenta que no es un problema individual, es colectivo, el desamor es un problema público, los afectos son políticos.

Marcela Lagarde, antropóloga feminista, menciona que: “Para amar hay que tener conocimientos”, me costó algunos años entender que una no puede inicar un vínculo amoroso sin conocerse y conocer las problemáticas que enfrentan las mujeres en el día a día. 

Es fundamental vernos a través de nuestras amigas, hermanas, incluso nuestra propia madre. Hay que entender que los problemas “del corazón” de las mujeres están permeados de violencias, patriarcado e injusticia social.

¿Si las mujeres dejáramos de sufrir por amor tendríamos tiempo para filosofar, escalar en los espacios laborales y luchar por la igualdad? Para mi la respuesta es afirmativa, si logramos construir de manera colectiva vínculos amorosos basados en el cuidado, la libertad, ternura, la no dependencia e igualdad, la vida de las mujeres tendría un cambio radical.

Es importante reconocer y visibilizar que el amor también se puede ver reflejado en nuestras causas, en otras mujeres, nuestras mascotas, nuestros hobbies. En nosotras mismas.

Aunque el panorama parezca desalentador, es importante destacar que las mujeres hemos estado trabajando desde la colectividad para construir otro tipo de vínculos, pero es necesario que TODAS y TODOS desaprendemos las formas violentas de relacionarnos. Enterremos los mitos del amor que tanto daño le han hecho a las mujeres y que incluso les han arrebatado la vida.