*Aranzazú Alonso, directora de Pacto por la Primera Infancia.
Ha concluido el proceso electoral y por fin sabemos quién será la próxima presidenta de México. Esto ha generado muchísimas expectativas en los colectivos feministas y también en aquellos que trabajamos a favor de los derechos de niñas, niños y adolescentes.
En particular, desde el Pacto por la primera infancia tenemos una agenda muy puntual de 12 puntos en los que creemos que la nueva presidenta debe concentrarse para avanzar en la garantía de los derechos de niñas y niños en primera infancia, es decir las niñas niños menores de seis años.
En el ámbito de salud y nutrición es indispensable, primero, trabajar fuertemente en revitalizar el programa de vacunación para asegurar que todo niño de uno o dos años tenga completos su esquema de vacunación y esté protegido frente a enfermedades discapacitantes.
Segundo, apoyar, promover y proteger la lactancia materna desde el primer momento, en la primera hora de vida, de manera exclusiva, los primeros seis meses y hasta los dos años de vida. Esto le traerá muchisimos beneficios tanto a la mamá como al bebé, pero tenemos que generar las condiciones para que las mades puedan amamantar.
Tercero. Tamizajes ampliados, desde el primer momento, los primeros días del nacimiento ¿Porqué? Porque necesitamos detectar de manera oportuna enfermedades potencialmente discapacitantes para que las niñas y niños entren a un tratamiento de manera inmediata y mejoremos su calidad de vida en el futuro.
En el ámbito de la educación hay tres cosas muy importantes. Primero, programas de habilidades parentales, mamás papas y cuidadores necesitamos desarrollar mejores habilidades para el cuidado de nuestros hijos. Segundo, educación preescolar. Después de la pandemia no hemos logrado recuperar las tasas de asistencia al preescolar y esto es algo fundamental para el éxito de etapas posteriores de la vida. Y educación inicial, que ya logramos que sea un derecho reconocido por la Constitución, y son aquellos programas que permiten a mamás, papás, pero también a sus hijos pequeños acceder a oportunidades de aprendizaje que van a mejorar sus resultados en un montón de ámbitos de su vida, a lo largo del tiempo.
En el ámbito de la protección ¿Qué requerimos? Uno, registros oportunos de todas las niñas y niños, crear condiciones para que podamos registrarlos inmediatamente al nacer. Segundo, disminuir violencia contra las infancias, particularmente las que ocurren al interior del hogar.
Y en el ámbito del bienestar ¿Qué podemos hacer? Primero, generar condiciones para que madres, padres y cuidadores puedan jugar más con sus hijos. El juego parece algo trivial, pero no lo es, es fundamental para la construcción de habilidades y del bienestar de las niñas y niños. Segundo, espacios de juego dignos, accesibles, pensados para la primera infancia. Y el tercero y más importante: Trabajar fuertemente y focalizar recursos en aquellas familias con niñas y niños menores de 6 años en condición de pobreza.
Esta es una agenda mínima, pero se la cumplimos haremos referencia.