¿Recuerdan la primera vez que menstruaron? ¿Recuerdan cuando alguien conocida y/o amada les compartió esa experiencia? ¿Cuál fue el primer sentimiento alrededor del suceso? ¿Qué sintieron al compartirlo con alguien más? La menstruación es, y debe ser entendido como, un proceso completamente biológico que indica el inicio del desarrollo sexual de una persona gestante, pero esto no es ni significa que dicha persona ha cambiado, que es más mujer que antes, o que a partir de ese momento pertenece a un nuevo segmento de personas, eso es la idealización social de la menstruación.

Hace poco me pregunté cómo fue la última reacción parental que vi sobre la menarquia de una cría, y al recordarlo me inundó un temor molesto. La madre sacó el tequila, nos sirvió a todas las personas presentes, y dio un discurso alrededor del status de “mujer” que la niña, cercana a las 12 años, acababa de adquirir. Se brindó, y abrazó. ¿Un primer sangrado es sinónimo de mujer? ¿12 años de existencia puede significar madurez? Pero lo más penoso es que nadie de las presentes reparó en preguntar si la niña en cuestión se sentía cómoda con la escena, con lo público de la exposición de un proceso natural, pero muy personal.

La menstruación en nuestras sociedades heteropatriarcales y capitalistas es un fenómeno biopsicosocial, en vez de limitativamente biológico. Es decir, la concepción primaria es de una naturaleza biológica, el aparato reproductor llega al inicio de su vida fértil; pero cuya significancia social radica en la capacidad gestante de la persona, en la posibilidad de entablar una relación sexual, en la captura del rol central de la mujer como madre, por el simple hecho de poder gestar. Psicológicamente es la condena a una persona gestante a procrear, a una mujer a asumir el papel primario que el patriarcado definió como tal.

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En un país en donde el 45% de las mexicanas ha sufrido algún tipo de violencia por razón de género[1], es decir, 1 de cada 2 mujeres ha sido víctima de un acto violento por ser mujer; en un país en donde los feminicidios de niñas y adolescentes representan el 10% del total, es decir, de 10 mujeres asesinadas por razón de género 1 de ellas es una persona de entre 0 y 17 años de edad[2], colocar a la menarquia como un símbolo de “madurez”, del paso natural de “niña a mujer” es sumamente peligroso.

Como madre de una niña, en un país como México, su capacidad gestante es una preocupación. Nos aterra saber que México es el país con mayor casos de embarazos infantiles[3], y cada vez que una niña o adolescente se embaraza hemos fallado como protectoras de sus derechos, hemos fallado como sociedad, hemos fallado culturalmente. Toda persona menor de edad debe ser acompañada en la toma de decisiones, ya que su capacidad intelectual es inmensa pero su integración en la escala moral y epistemológica, de la sociedad que le rodea, es algo que va adquiriendo con su experiencia de vida. No existe pleno consentimiento en personas en construcción social, sino abusos de poder y manipulaciones.

Sin embargo el temor que nos invade no debe ser un precursor de actos limitativos para el desarrollo libre e independiente de nuestras niñas y adolescentes. Las burbujas de cristal, en el privilegio de quienes las pueden construir, sólo conlleva a la perpetuación de la culpa de la mujer con respecto a su cuerpo y su capacidad gestante. La falta de educación sexual en casa y en la escuela es el cóctel perfecto para que todo tipo de abusos sexuales sucedan. El seguir creyendo que es mejor guardar silencio alrededor de nuestra menstruación, porque nos da pena, porque nos asusta, porque es "sucio", es igual de peligroso que seguir celebrando la metamorfosis social de la persona gestante, debido a un acto de desarrollo anatómico.

La menstruación es y únicamente será un proceso biológico, y así como cuando los dientes permanentes brotan, debemos enseñarles a nuestras niñas y adolescentes los procesos de higiene, salud y cuidado alrededor de; toda persona gestante tiene el derecho de acceder a productos y servicios de salud reproductiva, y esa es la lucha que debemos dar todo los días. La aceptación de nuestra biología como parte de lo que somos y no lo que nos define como ente social, es un primer paso de protección; iniciemos por dejar de psicosocializar la menarquia y el cuerpo gestante.

[1] Suárez, Karin (2023) Encuesta | El 45% de las mexicanas ha sufrido algún tipo de agresión o acoso sexual en su vida, en El País, publicado el 07 de marzo de 2023, en: https://elpais.com/mexico/2023-03-08/encuesta-el-45-de-las-mexicanas-ha-sufrido-algun-tipo-de-agresion-o-acoso-sexual-en-su-vida.html

[2] REDIM (2023) Feminicidio de niñas y adolescentes en México (a abril de 2023), en Blog de datos e incidencia política de REDIM, publicado el: 19 de mayo de 2023, en: https://blog.derechosinfancia.org.mx/2023/05/19/feminicidio-de-ninas-y-adolescentes-en-mexico-a-abril-de-2023/

[3] Boletín UNAM-DGCS-729, en: https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2021_729.html