La Familia y el Cuidado: La familia ha generado un interés científico de diversas ciencias, en el caso de la sociología el interés responde a su impacto como consecuencia de la evolución social. Los cambios en la familia han sido objeto de atención desde E. Durkheim, hasta N. Luhmann. Los teóricos han señalado sus características, tipos y hasta su funcionamiento social como resultado de los procesos evolutivos.

Pero es en la segunda mitad del S. XX y principios del XXI, que a partir de los estudios feministas y de género se proponen debates en torno a la familia y el cuidado; se visibiliza el trabajo doméstico y de cuidados como un elemento importante en la reproducción del capitalismo. Esta trayectoria de los estudios feministas y de género permitirá el análisis del bienestar y la provisión de éste a partir de la familia. Sin embargo, la familia y su función de cuidado no queda ajena a las grandes transformaciones de la sociedad contemporánea.

En el marco de la modernidad, los cambios demográficos, el desarrollo del capital, los logros del movimiento feminista, el desarrollo tecnológico, la pandemia de COVID-19, etc. han traído aparejados impactos importantes en la familia. Y en el caso de México, el contexto de violencia e inseguridad se ha convertido en un factor de conmoción importante para la familia, pero sobre todo para su bienestar, y por ende para el cuidado. Ante ello, vale la pena preguntarnos cuál es la relación que guarda la familia con la inseguridad y el cuidado.  

Foto: Cuartoscuro
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Inseguridad y Cuidado

La inseguridad en este país, pero también su percepción, han sido un factor que ha afectado el bienestar social de las familias, tanto objetivo como subjetivo. El bienestar objetivo comprende lo material y son los componentes que coadyuvan a la satisfacción de necesidades humanas esenciales; ingresos, educación, vivienda, nutrición, empleo, salud (incluyendo la salud mental y la percepción de la salud (OCDE, 2011) que se ven afectados por el incremento de la delincuencia. El bienestar subjetivo es la dimensión que se va a referir a la evaluación que las personas vamos a hacer de nuestra vida; la felicidad, la satisfacción con nuestra vida (Martínez, 2018).

Estudios refieren que las personas en todo momento están preocupadas por ser víctimas de la inseguridad. La percepción de inseguridad en el país ha incrementado: en el año 2013 el 72.3% de la población se sentía insegura en su Estado, aumentando en el 2018 a un 79.4% (Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, 2018). Pero estas cifras cambian cuando son vistas por sexo, son las mujeres quienes se sienten más inseguras; el 82.1%, mientras que en los hombres es un 76.3%. Estas cifras de las mujeres no tienen gran variación si se incorpora una variable de años de escolaridad, o de edad, pero sí pueden variar si las mujeres tienen hijos/hijas o nietos/nietas bajo su cuidado. Las mujeres cuidadoras se sienten inseguras, pero, sobre todo, temen por la seguridad de las personas a quienes cuidan (Martinez, 2018; Nuñez, 2012; OMS, 2003).

En un trabajo cualitativo realizado por Óscar Martínez (2018) sobre bienestar subjetivo y percepción de inseguridad; las mujeres entrevistadas refieren que tienen mucho miedo de que les pase algo a las personas que cuidan; temen por que les pase algo en la escuela, en los trayectos, en el transporte público. Declaran las mujeres sentirse intranquilas, muchas de ellas con tristeza, preocupación, incluso deprimidas. En dicho estudio las mujeres manifiestan tener una preocupación constante por las personas a las que cuidan, sobre todo si éstas salen a la escuela o van al trabajo; por lo que constantemente están enviando mensajes en las redes sociales, queriendo tener una constante comunicación.

Foto: Cuartoscuro
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Otra confesión importante son las medidas preventivas contra la inseguridad que toman las mujeres; cambian constantemente de rutas, cambian sus rutinas en la medida de lo posible, evitan salir de casa si sienten que las personas que cuidan no estarán seguras solas, cancelan actividades fuera de casa, prefieren cuidar ellas; evitan salir de noche, evitan contratar personas para trabajos domésticos.

Todo esto está teniendo efectos negativos en el bienestar de las mujeres que cuidan. Mayor estrés, preocupación, enojo, intranquilidad, e incluso trastornos en el sueño.

Salud y bienestar de las mujeres y madres cuidadoras

Con base en la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC: 2022), el mayor porcentaje de hogares con personas susceptibles de recibir cuidados recae en las edades de 6 a 17 años; con un 15.8%. De este rango de población, el 81.7% son cuidados y cuidadas por sus madres. Dichos porcentajes dan cuenta de que siguen siendo las mujeres y las familias las responsables del cuidado de infantes y adolescentes. Vale la pena preguntarnos ¿cuáles son las condiciones de bienestar subjetivo, de salud física y mental en que las mujeres cuidan? La misma encuesta refiere que el 39.1 % de las mujeres que cuidan se sienten cansadas, el 31.7%  han visto disminuido su sueño, el 22.7% se siente irritada, el 16.3% deprimida, el 12.7% ha visto deteriorada su salud física.

Hay estudios que dan evidencia de la carga emocional y física que implican los cuidados, sin embargo, pocos estudios refieren a las condiciones del entorno de las familias y sobre todo de las madres o mujeres que cuidan. Las familias no son ajenas al entorno comunitario, estatal y nacional, y dichas condiciones de inseguridad se infiltran al ambiente familiar generando un contexto aún más adverso. La exigencia de políticas para el cuidado no sólo debe referirse a liberar de cargas de cuidado a las mujeres, se deben impulsar políticas para desfamiliarizar pero también para garantizar las mejores condiciones y bienestar para el cuidado.

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Bibliografía

Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. (2013). Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, México. https://www.inegi.org.mx/programas/envipe/2013/

Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. (2018). Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, México. https://www.inegi.org.mx/programas/envipe/2018/ 

Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. (2022). Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados, Mexico. https://www.inegi.org.mx/programas/enasic/202

Martínez-Martínez, O. A., (2018). Incorporating Public Insecurity Indicators: A New Approach to Measuring Social Welfare in Mexico. Social Indicators Research, 136 (2), 453-475.

Núñez, J., Tocornal, x. y Henríquez, P. (2012). Determinantes individuales y del entorno residencial en la percepción de seguridad en barrios del Gran Santiago, Chile. Revista invi, 27 (74), 87-120.

Organización Mundial de la Salud-OMS. (2003). Informe mundial sobre la violencia y la salud: resumen. Publicado en español por la Organización Panamericana de la Salud para la Organización Mundial de la Salud, Washington, d.c. https://www.who.int/violence_injury_prevention/violence/world_report/en/summary_es.pdf

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico-oecd. (2011). How’s Life?: Measuring well-being. oecd Publishing. http://dx.doi.org/10.1787/9789264121164-en