En nuestro país al menos 3.7 millones de niñas, niños y adolescentes de cinco a 17 años están en condición de  trabajo infantil, es decir el 13.1% de esta población, de acuerdo con la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), elaborada en 2022. El 51.1%, 1.9 millones tiene entre 5 a 14 años, mientras que el 48.9%, 1.8 millones se encuentran en el rango de 15 a 17 años.

Desde el año 2002, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) anunció que cada 12 de junio se conmemoraría el Día mundial contra el trabajo infantil, esto para erradicar y concientizar este problema. 

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define al trabajo infantil como aquel que priva a las infancias de experiencias propias para sus edades y que perjudifca su desarrollo físico y psicológico. 

De acuerdo con datos del INEGI, las tasas de trabajo infantil más altas se presentaron en Guerrero, con 24.5 %; le sigue Chiapas, con 20.8% y Nayarit con 19.1%. Para conocer más sobre este tema, La Cadera de Eva platicó con Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe.

“En México, los datos oficiales nos dan cuenta que de 2019 a 2022 hubo un incremento del 14% de trabajo infantil. Pasamos de 3.2 millones de niños y niñas a 3.7 millones implicados en actividades económicas entre los 5 y los 17 años de edad. Al menos a la mitad de ellos no se les paga por su trabajo”, indicó el experto.

Nuestro país tenía el compromiso internacional con la OIT de eliminar el trabajo infantil para 2025, pero causas como la falta de políticas públicas en pro de la niñez o la pobreza que afecta a gran parte del país, impidieron que se cumpliera con dicho objetivo, de acuerdo con el especialista. 

En la mayoría de los casos, las y los menores de edad que están ejerciendo labores casi siempre son originarios de pequeñas comunidades y el trabajo infantil está directamente vinculado con los bajos ingresos de las familias, explicó Juan Martín, por lo que en países donde hay brechas de desigualdad y pobreza es más frecuente.

El especialista indicó que la mayoría de los infantes que trabajan, lo hacen en actividades de servicios, como lo son el comercio informal, la agroindustria, las ventas, sistemas de comercio, pequeños restaurantes, o negocios y talleres familiares. Al decir que el trabajo es un derecho humano, destacó que en México se autoriza a partir de los 15 años de edad con permiso de la familia y supervisión de las autoridades del trabajo.

Causas del trabajo infantil en México

Juan Martín Pérez explicó que la falta de oportunidades, la pobreza y la brecha salarial orillan a los padres a mandar a sus hijos menores de edad a que trabajen, para ayudar con el sustento de las familias.

“Hay varios factores, no hay una sola explicación, pero la fundamental, la prioritaria en los estudios nos muestra a nivel internacional que ninguna familia envía a sus hijos e hijas a trabajar por gusto. Es una lógica de sobrevivencia y México es un país de profundas brechas de desigualdad. El 47% de la población enfrenta dificultades para poder adquirir la canasta básica, entonces eso genera que los niños y niñas se sumen a actividades económicas para sobrevivir”, explicó.

Otra de las causas es el nulo interés de figuras políticas para erradicar esta situación, agregó. Ejemplo de esto fue el desinterés de las candidatas y el candidato a la presidencia, pues no dieron propuestas sustanciales en beneficio de los menores de edad, ni pusieron atención a la agenda de las infancias en México. Destacó que uno de los desafíos para Claudia Sheinbaum, presidenta electa, es priorizar las problemáticas que aquejan a las infancias.

“El trabajo infantil, crímenes como el reclutamiento de menores, no fueron temas de conversación en las campañas. De manera un poco pálida y muy genérica lo usó el candidato Jorge Máynez, pero no tenemos evidencia de que eso pueda traducirse en una acción concreta de su partido (Movimiento Ciudadano)”, dijo Juan Martín. 

Asimismo, expresó que otra causa del trabajo infantil en nuestro país son las tradiciones y costumbres de algunas familias, ya que muchas veces enseñan oficios a sus hijos e hijas a muy temprana edad.

“Hay actividad económica vinculada al tema cultural, como por ejemplo en zonas rurales o con los artesanos y artesanas, pero en general las familias suelen ser cuidadosas y no exponen a sus hijos e hijas a horarios peligrosos. Repito, es obligación de la autoridad, incluso en esos casos de trabajo familiar, tener supervisión y orientación hacia las familias”, advirtió.

También destacó que el incremento del trabajo infantil está relacionado con la expansión de la industria textil, pues la moda rápida y los bajos costos de producción se deben a mano de obra precaria y que infancias laboren en estas fábricas. 

Por lo que es necesario que la Secretaría de Trabajo supervise a los establecimientos que cometen esta práctica y que los consumidores busquen prendas que compramos que no tengan detrás al trabajo infantil.

“Países como China, Estados Unidos, México se han sumado a esto, con manos de obra precarias: incluyendo bajos salarios y trabajo infantil. En el caso de México, con el Tratado de Libre Comercio, deben garantizar que la cadena de producción no tenga trabajo infantil. Pero las empresas subcontratan a través de maquinas familiares o pequeños talleres y es ahí donde se está dando el trabajo infantil; se puede ver en la prodicción de mezclilla y otras prendas”, alertó.

Por último, agregó que es muy común que al hablar del tema se señale y criminalice a las familias como las responsables de que sus hijos e hijas trabajen, pero esto desvía el verdadero problema: la situación económica de la familia.

“En este sexenio se avanzó, por ejemplo, al incrementar el salario mínimo y eso es una buena noticia. Los programas de transferencia están bien, pero no son suficientes porque se quedaron sin líneas de operación. Sobra decir que la cantidad de dinero que dan los programas públicos es muy pequeña. Nadie va a dejar de trabajar o va a poder resolver sus necesidades con becas que son simbólicas”, concluyó.

Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe se dedica a dar visibilidad a este tema, acompañan a las autoridades a través del Sistema Nacional de Protección Integral, específicamente de la Comisión para la Prevención y la Erradicación del Trabajo Infantil, con el objetivo de implementar programas y garantizar su funcionamiento.