Integrantes del Seminario Interdisciplinario de Mujeres, Género y Feminismos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) enviaron una carta al director general de la institución, José Antonio Romero Tellaeche, en la que expresaron su inconformidad por la forma en que se dirigió a trabajadoras durante una reunión informativa con la comunidad sindical, realizada el 1 de octubre.

En la misiva, recibida por la Dirección General el 2 de octubre, las firmantes señalaron que estas conductas son motivo de “grave preocupación por el contexto histórico de exclusión de las mujeres en espacios públicos y académicos”.

En entrevista para La Cadera de Eva, Celine González Schont, profesora asociada de la División de Estudios Políticos del CIDE, señaló que la actitud del director no es un incidente aislado, sino parte de un comportamiento sistemático que se ha mantenido desde su nombramiento al frente de la institución.

“A mí fue a quien me arremedó y me envió un beso... no sé qué hizo, se parecía a eso”, relató la profesora, quien es una de las afectadas durante la reunión. 

¿Qué fue lo que hizo el director del CIDE?

El documento detalla que, durante la sesión del 1 de octubre, Romero Tellaeche evadió responder preguntas clave sobre la falta de planeación financiera, las irregularidades en pagos y la discrecionalidad en la asignación de plazas académicas.

En lugar de contestar, “el director general optó por evadir o descalificar dichas preguntas”, incurriendo, según la carta, en varias acciones como:

  • Interrumpir a una compañera mientras planteaba una pregunta.
  • Mostrar gestos de molestia y pedirle a otra que “bajara el tono de voz”.
  • Descalificar una intervención al decir que era “tan larga que ya la había olvidado”.
  • Responder con gestos de burla y lo que pareció ser un beso hacia una participante.
  • Revisar su teléfono mientras una trabajadora hablaba.

Las académicas advirtieron que estos comportamientos contravienen el Código de Ética de la Administración Pública Federal y reproducen prácticas que desincentivan la participación de las mujeres en espacios institucionales.

“Constantemente a las mujeres se nos pide que bajemos la voz. Ese tipo de actitudes buscan mermar nuestra participación política y desacreditar preocupaciones legítimas, como la falta de pagos o las irregularidades financieras” (Celine González Schont)

¿Por qué se habla de violencia simbólica?

Lo ocurrido constituye un ejemplo de violencia simbólica, un concepto acuñado por el sociólogo francés Pierre Bourdieu en la década de los setenta para describir las formas de dominación que se ejercen sin recurrir a la fuerza física, sino mediante la imposición del poder, la autoridad y las normas sociales.

Esta violencia opera de manera sutil y casi invisible: se reproduce en los gestos, los silencios y las prácticas cotidianas que perpetúan jerarquías de género y relaciones de subordinación.

“El director siempre ha sido de silenciarnos, de decir que nuestras preguntas son demasiado largas o que por qué estamos enojadas, por qué no sonreímos más”, explicó Celine González Schont

Acoso laboral sistemático

Celine González Schont detalló que mantiene una denuncia por acoso laboral contra el director desde 2021, la cual no ha tenido resolución, y que otras cuatro profesoras han presentado quejas similares ante el Órgano Interno de Control.

En su caso el acoso laboral comenzó cuando presentó una denuncia por irregularidades cuando se desempeñaba como Directora de Evaluación Académica. De acuerdo con la profesora, el director comenzó a sabotear sus funciones: cancelaba o “reventaba” sesiones de evaluación y gradualmente la fue excluyendo de reuniones y comunicaciones clave, dejándola sin acceso a decisiones importantes.

Además, Celine y otra académica, Catherine Andrews, ese mismo año fueron objeto de amedrentamiento directo: se les comunicó que estaban “removidas” de sus puestos y se les hicieron cuestionamientos personales, como si tenían problemas con el alcohol o si asistían a terapia, mientras se intentaba alterar su evaluación académica.

A pesar de que presentó su denuncia ante el Órgano Interno de Control, a la fecha no se ha emitido ninguna resolución, y la situación derivó en revictimización institucional: bajo el supuesto de protegerlas, Celine y otra colega fueron obligadas a someterse a evaluaciones psiquiátricas, siendo las únicas afectadas por este procedimiento.

“Es un proceso sistemático desde hace varios años; no hay resolución y, en vez de protegernos, se nos revictimiza”, afirmó González Schont, subrayando que este patrón refleja la normalización de la violencia dentro de la institución.

“Espero que esto sirva para pensar lo que significa la violencia simbólica y cómo se normaliza en la academia. Porque lo que hace el doctor Romero, al no reconocerlo, es institucionalizarlo todavía más” (Celine González Schont)

Hasta el momento, el CIDE no se ha pronunciado al respecto. 

Un deterioro institucional

Las acusaciones de violencia simbólica se suman a una serie de controversias que han marcado la gestión de Romero Tellaeche.

Su nombramiento en 2021, avalado por el entonces el entonces Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en noviembre de 2021 durante la gestión de María Elena Álvarez-Buylla Roces, fue impugnado por presuntas irregularidades en el proceso de designación, el descontento del profesorado y la toma pacífica de las instalaciones por parte del estudiantado.

En 2022, el director fue señalado por plagio, al incorporar fragmentos de un texto del Nobel de Economía, Amartya Sen, sin el debido crédito. Aunque la Comisión de Ética del CIDE determinó que incurrió en una falta grave, el caso no derivó en sanción por falta de votos.

Además, en 2023 la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó irregularidades en el CIDE, como que carecía de manuales para manejar sus recursos financieros, que no documentó registros contables y que no entregó evidencia del depósito de cargas financiera correspondientes a recursos no ejercidos el año pasado.

A pesar de esto, en 2024 Romero Tellaeche fue nombrado investigador emérito por el Sistema Nacional de Investigadores.