Tener el sueño de ser una ingeniera, científica, médica o abogada reconocida, pero enfrentarte a los constantes estereotipos que intentan convencerte de que son profesiones de hombres; buscar oportunidades de crecimiento en tu trabajo, pero darte cuenta de que en tu empleo algunas personas ganan más que otras por realizar el mismo trabajo, son algunos de los muchos obstáculos y desigualdades que enfrentan las mujeres a lo largo de su vida y su desarrollo profesional.
La brecha salarial es uno de los obstáculos más grandes para la igualdad de género, tan sólo en México las mujeres deben trabajar 51 días extras para tener el mismo sueldo que los hombres, esto de acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Además, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señala que las brechas de género tienden a aumentar durante los años de formación de la familia, ya que la maternidad tiene efectos negativos sobre la participación de la mujer en la fuerza de trabajo, su remuneración y su progresión profesional.
“Cuando las mujeres trabajan, son más propensas a hacerlo a tiempo parcial, tienen menos probabilidades de avanzar a puestos directivos, son más propensas a enfrentarse a la discriminación y ganan menos que los hombres”. (OCDE)
Datos sobre la desigualdad
En México es clara la desventaja que enfrentan las mujeres que trabajan con respecto a los hombres, pues su ingreso anual promedio es 54.5% más bajo, la tercera brecha de género más alta de los 37 países que conforman la OCDE. Ejemplo de ello lo podemos ver reflejado en el informe “Derecho Desigual: las brechas de la abogacía en México”, un análisis descriptivo de la situación de las mujeres abogadas en el país elaborado por la organización Abogadas MX en colaboración con el IMCO y Data Cívica.
Alguno de los datos más relevantes contenidos en el documento señalan que las abogadas siguen ganando menos que sus contrapartes masculinas en el derecho: para ingresos menores a 13 mil pesos mensuales (aproximadamente el promedio de los ingresos de los abogados hombres), las mujeres están sobrerrepresentadas, mientras que, para salarios mayores a esta cantidad, se observa lo contrario. Las mujeres representan 43% de les abogades que ganan menos de 13 mil al mes y 37.7% de les abogades que ganan igual o más que esa cantidad.
Además de estas desigualdades, existen también disparidades entre las abogadas en sí por la diversidad de realidades laborales que enfrentan las mujeres en México. Estas realidades varían según la maternidad, nivel socioeconómico, origen étnico y tipo de universidad donde una abogada estudió, en este último rubro el informe señala que las abogadas que estudiaron en una universidad pública ganan en promedio 12% menos que las que estudiaron en una universidad privada.
Estos datos demuestran que, a pesar de los avances logrados, aún queda mucho por hacer para eliminar las barreras que impiden a las mujeres desarrollarse plenamente, en igualdad de condiciones que los hombres. De ahí la importancia de seguir impulsando políticas públicas con perspectiva de género que permitan acelerar la participación y el empoderamiento de las mujeres en todos los ámbitos, lo que permitirá eliminar estas brechas en beneficio no solo de las mujeres, sino de las familias y de la sociedad en su conjunto.