América Latina avanza con lentitud hacia la igualdad de género: al ritmo actual, es "poco probable" desatar los nudos estructurales de la desigualdad para 2030.
El panorama de América Latina y el Caribe hacia la igualdad de género continúa siendo crítico. Según los datos analizados por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), solo el 25% de las metas de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) avanzan lo suficiente como para prever su cumplimiento para el año 2030.
Esta cruda realidad fue el telón de fondo del XXVI Encuentro Internacional de Estadísticas de Género (EIEG), inaugurado en el Complejo Cultural Los Pinos de la Ciudad de México, un evento que se realiza del 5 al 7 de noviembre.
El encuentro, organizado por el INEGI, la Secretaría de las Mujeres , la CEPAL y ONU Mujeres, se convirtió en un llamado urgente para transformar las cifras en acción.
La reunión, bajo el lema "Una década de acción para la igualdad sustantiva y la sociedad del cuidado", busca que las Oficinas Nacionales de Estadística (ONE) y los Mecanismos para el Adelanto de las Mujeres (MAM) fortalezcan el uso de los datos para revertir estas tendencias.
¿América Latina avanza hacia la igualdad?
El análisis regional conjunto de ONU Mujeres y CEPAL sobre la Agenda 2030 indica que la región se encuentra estancada en el esfuerzo por alcanzar la paridad. Una gran parte de las metas (48%) presenta una tendencia correcta, pero el ritmo es insuficiente. Además, casi un tercio de las metas (27%) incluso muestra una tendencia en retroceso.
A pesar de que América Latina ha avanzado mucho en la formulación de políticas y la adopción de normativas—el único indicador ODS5 que se encuentra en un pronóstico favorable—, hace falta "acelerar el ritmo para lograr la igualdad ahora en los resultados o en la implementación de estas normativas”, de acuerdo con Karen García, estadística de la División de Asuntos de Género de la CEPAL.
Los indicadores clave del ODS5 (Igualdad de Género) y ODS1 (Fin de la Pobreza) demuestran que las mujeres siguen siendo las más afectadas por la violencia y la precariedad económica.
El indicador de femicidio o feminicidio, recolectado anualmente por el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL, revela que alrededor de cuatro mil mujeres son víctimas anualmente de este delito en 28 países o territorios de América Latina y el Caribe. Esta cifra equivale a al menos 11 muertes diarias.
Además, en 2023, tres de cada 10 mujeres en América Latina se encontraban en situación de pobreza. La brecha de pobreza es mayor en las mujeres que en los hombres, ampliándose específicamente entre los 25 y 44 años.
La desigualdad de ingresos es extrema: el 40% de las mujeres en el quintil de ingresos más bajo no percibe ningún tipo de ingreso. En contraste, este porcentaje es del 23.3% para los hombres.
Otro factor es la disparidad en el trabajo de cuidados: el indicador de tiempo total de trabajo muestra que las mujeres invierten sistemáticamente más horas en trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que los hombres.
Esta disparidad es especialmente visible en la población juvenil (15 a 24 años) que no estudia ni está empleada en el mercado laboral: una cuarta parte de las mujeres jóvenes se encuentra en esta situación, frente al 10% de los hombres.
¿Cómo convertir las cifras en decisiones políticas?
Los participantes del Encuentro reiteraron que el esfuerzo no debe limitarse a la producción de datos, sino a su uso efectivo.
Graciela Márquez, presidenta del INEGI, señaló que la información con enfoque de género no puede surgir "del vacío" y requiere de "personas dispuestas a utilizarla en el diseño de políticas públicas".
Citlalli Hernández Mora, secretaria de las Mujeres, insistió en que los datos no son neutrales y deben usarse para "tomar decisiones con datos, que históricamente nos han tenido olvidadas".
La directora regional de ONU Mujeres, Bibiana Aido Almagro, reafirmó la misión del EIEG: que las estadísticas no solo describan realidades, sino que ayuden a transformarlas, convirtiendo "los datos en acción y las cifras en igualdad".
Con ese fin, México está trabajando, junto con ONU Mujeres, para que el Gender Snapshot México —una publicación que busca posicionar los datos de género producidos en el país— se convierta en una herramienta interactiva, posiblemente un tablero, para facilitar su uso y desagregación a nivel territorial y subnacional.
El Compromiso de Tlatelolco, adoptado en agosto, fue señalado como un marco fundamental, ya que convoca a una Década de Acción (2025-2035) para avanzar hacia la sociedad del cuidado. Este acuerdo reafirma la necesidad de mediciones del desarrollo que vayan más allá del Producto Interno Bruto (PIB) e impulsen la valorización del trabajo no remunerado en las cuentas nacionales.

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