El 20 de enero de 2020, madres y familiares de personas desaparecidas colocaron más de 100 mosaicos con nombres y rostros de migrantes y connacionales desaparecidos frente a la Fiscalía General de la República (FGR) y ayer por la tarde, la institución retiró el memorial sin dar explicaciones a los colectivos ni a representantes de los mismos. 

A través de un comunicado oficial del colectivo que inició este mural, “Huellas de la Memoria” informó que el Muro de la Memoria fue construido como forma de protesta ante los nulos avances de la fiscalía en la búsqueda de personas. 

Hasta marzo pasado, México acumula más de 115 mil desaparecidos, de acuerdo con cifras oficiales del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO). La base de datos también reporta que de esos 115 mil, 103 mil 095 son personas desaparecidas, es decir el 89.57% y 12 mil 010, 10.43% personas no localizadas.

Ante esta cifra, madres y familiares dedican largas jornadas para buscar a sus desaparecidos y concientizar a las autoridades, ejemplo de ello fue el Muro de la Memoria. “Huellas de la Memoria” explicó que los trabajadores de la fiscalía retiraron y destruyeron de manera violenta el memorial.

El vigilante del edificio señala que fue tan apurado que muchos de los mosaicos con imágenes de las huellas de la memoria, de las fotos de nuestros desaparecidos y sus nombres, fueron destruidos y tirados en costales”, publicó la cuenta oficial de X de la Glorieta de las y los Desaparecidos.

Al recordar que los funcionarios nunca apoyaron este memorial, el colectivo señaló que no lo habían destruido antes por el costo político y mediático que representaba:

“Siempre supimos que les molestaba el Muro de la Memoria frente a las puertas de sus oficinas, porque los rostros de las y los desaparecidos les recordaban su desprecio y falta de interés de su trabajo”, explicó el colectivo.

Este memorial se encontraba justo enfrente de las oficinas de la Fiscalía General de la República (FGR), en avenida Insurgentes número 20, en la Ciudad de México. En febrero de este año, la FGR se trasladó a Santa Fe, por lo que ya no hay personal en esas instalaciones.

Por último, los colectivos de búsqueda pidieron a las autoridades que respeten a familiares y amigos de las personas desaparecidas, restituyan el mural y entreguen las cámaras de seguridad del edificio, esto para esclarecer los hechos y dar tranquilidad a las personas afectadas.

“Lo que destruyó la FGR no son solo mosaicos. La dimensión del agravio a las familias tiene que ver con lo más sagrado que es la vida y la historia de sus familias que buscan y exigen que regresen con vida. Lo que destruyó la FGR es un sitio de memoria, de reunión, de encuentro y de consuelo para las familias”, lamentó el colectivo.

No es la primera vez que retiran memoriales en la CDMX

Los familiares y seres queridos de las y los desaparecidos han creado distintas actividades para acompañarse entre sí y exigir a las autoridades que atienda a la crisis de desapariciones que se vive en México.

Por lo que en distintas zonas del país, colectivos han instalado memoriales y muros con las fichas de búsqueda de sus familiares. En enero de este año, se colocaron cuatro memoriales en el zócalo de la Ciudad de México, frente a Palacio Nacional y el 15 de marzo, fueron retirados por militares. 

A lo que las familias afectadas solicitaron un amparo ya que este hecho violenta sus derechos humanos a la manifestación en vía pública. Este amparo fue otorgado por un juez federal de la Ciudad de México el 16 de abril y ordenó que se resguarden los memoriales y no se destruyan. 

El miércoles pasado, distintas organizaciones y colectivos se pronunciaron y condenaron el retiro de los cuatro memoriales, que pertenecían a Óscar Antonio López, migrante hondureño desaparecido en Jalisco en 2010; Antonio Verástegui y su hijo Antonio de Jesús, desaparecidos en Coahuila el 24 de enero de 2009; Alejandro Alfonso Moreno Baca, desaparecido en Nuevo León el 27 de enero de 2011 y Marco Antonio Amador Martínez, migrante hondureño desaparecido en Tamaulipas el 11 de marzo de 2013.

Además, exigieron a las autoridades que no repitan estos actos y pidieron respeto hacia las expresiones de memoria que los familiares hacen.