Factores como los discursos de odio, discriminación, acoso y bullying digital y leyes anti-LGBTI, repercuten directamente a las personas de la comunidad, advierte el informe Acceder a la conexión, cerrando la brecha digital de las comunidades LGBTQ en el mundo, publicado por la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA Mundo). 

“La brecha digital que afecta a las comunidades LGBTI no se reduce al mero acceso a la tecnología, sino que engloba toda una serie de barreras que obstaculizan la participación social y económica plena de las personas”, explica el informe.

Al presentar este tema, ILGA Mundo destacó que el internet permite a organizaciones y colectivos LGBTI emprender acciones en favor de la comunidad, pues en el mundo digital se recaudan fondos, se publica información y se concientiza a través de redes sociales o páginas web. 

Para entender la brecha digital y toda la desigualdad de acceso a la información que impacta en personas de la comunidad, la asociación identificó cuatro barreras clave que impiden la inclusión digital de esta población. 

1. Falta de acceso a la tecnología y a la conectividad a internet

El informe explica que la inaccesibilidad de internet a personas de la comunidad se debe a diversos factores externos: como la falta de servicios de redes inalámbricas y datos móviles, conectividad limitada, las precarias condiciones de infraestructura en algunas partes del mundo.

También se debe al estatus económico, la ubicación geográfica y el estatus social de la persona; los hallazgos de la investigación comprobaron que la falta de recursos para contratar servicios de internet, muchas veces se debe a que las personas de la comunidad sufren de discriminación a la hora de pedir trabajo.

Otras, pueden renunciar a sus fuentes de empleo debido al acoso, leyes hostiles o estigmas. Del mismo modo, hay personas que viven en zonas rurales o marginadas; lugares en donde no hay dispositivos para conectarse a internet.

2. Falta de inclusión de personas con discapacidad y alfabetización digital

A lo anterior se le suma que el internet, las aplicaciones y plataformas digitales no toman en cuenta a las personas con discapacidad; lo que trae consecuencias directas para quienes son parte de la comunidad LGBTI y tienen alguna discapacidad.

En el informe, también relacionan la brecha digital de género y la discapacidad, pues las mujeres tienen menores niveles de conexión a internet y acceso a dispositivos móviles. 

Por otro lado, “la accesibilidad lingüística, la censura y el filtrado de contenido se presentan como áreas que afectan la capacidad de las personas de hacer uso pleno de los sitios web y acceder a la información en internet”, señala ILGA Mundo.

Por ejemplo, la falta de subtítulos en pantalla o intérpretes durante las videollamadas y presentaciones, y las opciones de diseño no accesibles en cuanto a colores, fuentes y tamaño de letra.

Mientras que la falta de inclusión de comunidades LGBTI siguen presentes en sitios web, aplicaciones o inteligencia artificial. “Cuestiones como grupos de datos con sesgo de género, diseño sin perspectiva de género, o falta de evaluaciones de impacto de género son todos factores que contribuyen a la existencia de prácticas de diseño excluyentes”, explicó la asociación.

3. Discriminación y acoso en línea

El informe reitera que las comunidades LGBTI son violentadas en entornos físicos, lo que conlleva que opten por no utilizar redes sociales o internet por miedo a que sufran violencia digital

“Las mujeres cis y trans, las personas no binarias, de género diverso e intersex enfrentan una mayor exposición a la violencia y el acoso digitales. A su vez, esta situación se agrava por factores como la misoginia negra y las formas racializadas de violencia”, refiere ILGA Mundo.

El informe reportó que las personas LGBTI enfrentan violencia digital en redes sociales como X, Facebook y Youtube, lo que las hace alejarse de ellas y autoexcluirse. 

4. Barreras legales y políticas

Por último, ILGA Mundo documentó casos en donde la legislación criminaliza a las comunidades LGBTI. “En algunas regiones, como la de Asia Sudoccidental y África Septentrional, las personas LGBTI se enfrentan a emboscadas, extorsiones y abusos por parte de la policía y de otres pares en redes sociales y aplicaciones de citas”, se lee en el informe.

El documento expuso esta barrera al dar información sobre activistas y defensores de derechos humanos de las comunidades LGBTI, ya que han sido víctimas de detenciones sin motivos y arrestos violentos.

Mientras que la legislación anti-LGBTI atenta contra la libertad de expresión de dichas comunidades, lo que tiene como consecuencia la autocensura en medios digitales. 

“Además de la legislación hostil, la legislación sobre derechos digitales sigue siendo precaria en lo que respecta a la protección a las personas LGBTI, en especial por el estigma que existe a partir de las leyes criminalizadoras vigentes. En los casos en los que existen leyes que protegen contra el acoso digital, que evitan que se compartan imágenes íntimas de forma no consensuada, entre otros delitos cibernéticos”, explica ILGA Mundo.

A esto se le suma que gobiernos y políticos desinforman con el objetivo de violar los derechos humanos de la comunidad. Por ejemplo, decir que los hombres homosexuales son pedófilos o que la comunidad violenta a infancias con discursos sexualizantes.