¿Cerca de dónde vives hay servicios médicos? ¿Tu colonia es segura para caminar? ¿Hay espacios verdes para el esparcimiento? Todos estos factores son importantes cuando se trata de brindar cuidados de calidad.
Vivir en un entorno que facilita el cuidado de nuestros seres queridos debería ser un derecho para todas las personas, sobre todo en un país donde casi la mitad de la población requiere servicios de cuidados, de acuerdo con la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC).
Estas preguntas se hizo el arquitecto y urbanista Jerónimo Monroy para desarrollar el Índice Chilango de Cuidados, un indicador que te permite evaluar si tu colonia es apta para los cuidados. Este índice analiza ocho aspectos clave: seguridad, movilidad, abasto (presencia de mercados y tianguis), salud, equipamiento de centros deportivos y culturales, servicios públicos y políticas públicas.
Este indicador se hizo con base en la plataforma de datos abiertos del gobierno de la Ciudad de México, en donde se calcularon alrededor de mil 500 colonias que están ubicadas en la zona urbana de la capital. Uno de los principales hallazgos fue que las colonias históricamente con población de mayores ingresos, como Polanco, salieron mal posicionadas, “debido a que muchos de sus servicios y equipamientos están proporcionados desde el ámbito privado”, dice Jerónimo en entrevista con La Cadera de Eva.
Este Índice arrojó que solo 113 colonias, es decir, el 7.3% de toda la ciudad tienen las “mejores condiciones” para el desarrollo de los cuidados. Para sorpresa de Monroy, una de las colonias mejor posicionadas fue la Peralvillo, una colonia popular ubicada en el Centro Histórico, con un puntaje de 78%, mientras que Tezozomoc, en Tláhuac, fue una de las peores rankeadas con el 11%.
Para el Índice, Monroy hizo una ponderación por variable, dando un mayor peso a la salud, seguido de la movilidad peatonal (entendiendo los trayectos de las mujeres al realizar las labores de cuidados), el equipamiento, servicios públicos y la seguridad; haciendo la sumatoria de las variables para llegar a un 100% lo que indicaría el ideal del entorno urbano dedicado a los cuidados.
Monroy aclara que este Índice se construyó de manera dicotómica, es decir se concentró en documentar si existe o no estas variables, dejando de lado la calidad. "No es posible determinar si las banquetas están de acuerdo con la norma o permite el libre tránsito de una persona en silla de ruedas, únicamente nos indica si existe o no en la manzana. Lo mismo para el equipamiento en salud, en asistencia social, no nos habla de la calidad de este, únicamente si hay presencia o no en un radio caminable", escribe el arquitecto.
Sin embargo, este es un primer esbozo que podría servir para determinar las necesidades que requieren las y los capitalinos respecto a los servicios con los que cuentan.
¿Qué Índice tiene tu colonia? Consúltalo aquí:
Monroy desarrolló este proyecto desde que en las campañas electorales pasadas se empezó a hablar de la necesidad de crear un Sistema Nacional de Cuidados en todo el país, el cual reconocería por primera vez en la historia la responsabilidad del Estado en la atención de las personas adultas mayores, con discapacidad, niños, niñas y adolescentes, para que las labores de cuidado se distribuyeran equitativamente y no solo entre las mujeres, como ha sucedido históricamente.
Otro de los indicadores que Monroy analizó para la elaboración de este Índice fue el de políticas públicas, el cual contempla los programas sociales enfocados a las personas cuidadoras. Lo que encontró fue que la mayoría de las políticas enfocadas a los cuidados se limitan a transferencias monetarias.
En su investigación, el arquitecto también evidencia que la ciudad ha sido hecha a la medida de una persona masculina, “en edad productiva, no inmigrante, con cierto poder adquisitivo, sin condiciones físicas o cognitivas especiales y heterosexual…en función de la velocidad, del automóvil”.
“Y en este contexto, se van construyendo las condiciones de vulnerabilidad y exclusión de todo el resto de la población que quedamos fuera de esta descripción hegemónica (en el discurso, más no en los números), vemos como a través de esta configuración de ciudad, se van destacando algunos rasgos de vulnerabilidad y se van convirtiendo a las personas en débiles o fuertes de forma desigual”.
Con este proyecto, Monroy busca que las personas tomadoras de decisiones tomen “información certera y más completa sobre los cuidados para proponer mejoras en servicios e infraestructura urbana, para identificar qué y en donde hace falta algo en alguna de las ocho categorías propuestas; pero también, por otro lado, sirve a la ciudadanía como una herramienta de exigibilidad de derechos desde una evaluación de las políticas públicas y de una mejora continua en los servicios públicos”.