En un país en donde el 75% de las tareas de los cuidados recaen sobre las mujeres aún no existe ningún reconocimiento y mucho menos alguna remuneración a su trabajo, a pesar de que en México, las labores domésticas y de cuidado representan el 24.3% del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Es por eso que en 2020, la Cámara de Diputados aprobó la creación del Sistema Nacional de Cuidados (SNC), el cual reconocería por primera vez en la historia la responsabilidad del Estado en la atención de las personas adultas mayores, con discapacidad, niños, niñas y adolescentes, para que las labores de cuidado se distribuyeran equitativamente y no solo entre las mujeres, como ha sucedido históricamente.
Este dictamen, que modificaría los artículos 4 y 73 de la Constitución señala que “el Estado promoverá la corresponsabilidad entre hombres y mujeres en el cuidado de quien lo requiera y que deberá ser garantizado acorde a sus necesidades e intereses”.
Pero a casi cuatro años de esta aprobación, la intención de crear el Sistema Nacional de Cuidados se quedó solo en papel, pues hasta ahora está congelada en el Senado de la República, esperando ser discutida por las y los legisladores.
Éste es uno de los grandes pendientes que dejará el gobierno de Andrés Manuel López Obrador con las millones de mujeres que se dedican a las tareas de cuidado y es que la si lo vemos proporcionalmente, casi la mitad de la población total de México -que son 129 millones de personas de acuerdo con el INEGI– requiere servicios de cuidados, es decir, 58 millones de personas de acuerdo con la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC).
Ante la falta de voluntad en el Senado para discutir esta reforma constitucional, varias senadoras presentaron un año después, en 2021, la creación de la Ley del Sistema Nacional de Cuidados, con la cual se aceleraría la creación del Sistema Nacional de Ciudadanos, sustentada en el derecho al trabajo, a la salud y el derecho a ser cuidado. Es decir, construyeron otra vía, que no es la constitucional, para echar andar el Sistema. Sin embargo, ni la iniciativa de reforma ni la ley han sido aprobadas hasta ahora.
Los cuidados, la gran deuda en el sexenio de AMLO
Patricia Mercado, senadora por Movimiento Ciudadano, fue una de las legisladoras que impulsó la creación de esta ley. En entrevista con La Cadera de Eva, lamenta que no hayan existido acuerdos con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, para que se aprobara.
“Definitivamente en esta legislatura no va a salir, no se construyó un acuerdo, no hay posibilidades, sin embargo, esto no significa que no vayamos a seguir hablando del tema. El presidente envió 20 iniciativas (constitucionales), de las cuales, por lo menos 11, benefician a los trabajadores porque resulta que las trabajadoras no van a ser beneficiadas ni en las pensiones, ni en la vivienda ni en salario, ni en nada, porque ni siquiera están en el mercado formal”, lamenta Mercado.
Y es que el trabajo doméstico y de cuidados rara vez es pagado y no cuenta con protección social. De hecho, muchas mujeres no tienen la oportunidad de elegir entre quedarse en el hogar o salir a trabajar, “pues aunque quisieran encontrar un empleo para mejorar sus ingresos, se tienen que dedicar a cuidar a sus familiares, pues no tienen acceso a servicios de cuidados por falta de recursos y de programas públicos que les permitan mejorar sus condiciones de vida”, de acuerdo con el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
La senadora Patricia Mercado reconoce que uno de los principales obstáculos para acelerar la creación de este sistema, además de la voluntad política, es asignar el presupuesto adecuado para que se vuelva realidad.
La legisladora incluso recordó que Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), estimó que la creación de este sistema tendría un costo al erario público de hasta 1.4% del PIB.
“Mientras que el 24% del PIB lo aportamos en su mayoría las mujeres en las tareas, pues eso no se nos regresa. No es sencillo, hay que hacer una inversión gradual. Definitivamente gratis no va a ser, a pesar de que las mujeres sí hemos dado el trabajo gratis”, dice Mercado.
Aunque Patricia Mercado reconoce que el problema no debería ser la asignación de presupuesto, “para nosotras no es cuánto cuesta este sistema. Es decir, reconocer estos derechos sí es necesario hacerlo para saber cómo le vamos a hacer para garantizarlos, pero no tiene que ser primero tengo el dinero y después reconozco el derecho, no, debemos reconocer el derecho a la salud, al trabajo y a una vida digna”.
¿Por qué un Sistema Nacional de Cuidados?
El SNC contempla que existan más y mejores servicios como estancias infantiles, escuelas con horarios extendidos, centros de cuidado para personas mayores y con discapacidad.
También busca extender los servicios de rehabilitación, médicos, enfermería y terapéuticos, accesibles dentro y fuera del hogar. Esto permitiría que las personas que requieren cuidados accedan a servicios especializados reduciendo las desigualdades que limitan su movilidad social, apunta el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
En ese sentido, la senadora Patricia Mercado lamenta que en los últimos años, se eliminaran programas como el de las Escuelas de tiempo completo o las Estancias Infantiles, los cuales representaban un apoyo para las mujeres que además de dedicarse al cuidado de sus hijas e hijos, podían buscar un empleo formal. “En lugar de ir hacia adelante en el avance del reconocimiento de estas labores, estamos yendo hacia atrás”, dice.
Finalmente, Mercado explica que estas iniciativas que tienen que ver con la vida de las personas por su derecho de ser cuidadas pero sobre todo para la vida de las mujeres que seguimos cargando con estas responsabilidades y el Estado no lo está resolviendo”.
El SNC propone:
-Aprobar la reforma constitucional y propuestas de leyes para garantizar el derecho al cuidado.
-Proveer de más y mejores servicios de cuidados, accesibles dentro y fuera del hogar;
-Mejorar las condiciones de trabajo de todas las personas cuidadoras, que reciben pago y las que no
-Distribuir mejor las labores de cuidado entre la sociedad, el mercado laboral y las instituciones de gobierno;
-Reconocer la importancia del sector de cuidados como uno de los motores de la movilidad social, así como impulsar su crecimiento a través del gasto público