La Catrina, un ícono popular en México, es una figura que representa la muerte con elegancia y belleza. Cada año, durante el Día de Muertos, miles de mujeres se disfrazan de esta emblemática figura, reviviendo su espíritu y simbolismo.
Pero la Catrina no es solo un disfraz, es un símbolo de la feminidad mexicana, su origen se remonta a la obra del caricaturista José Guadalupe Posada, quien la creó en 1913 como una crítica a la sociedad porfiriana.
Sin embargo, con el tiempo, esta figura se transformó en un icono de la feminidad mexicana, simbolizando la fortaleza, la resistencia de las mujeres.
¿Cómo surgió La Catrina?
Su nombre original es “La Calavera Garbancera”.“Garbancera” es la palabra con que se conocía entonces a las personas que aún teniendo sangre indígena, dejaron de vender maíz para vender garbanzos pretendiendo ser europeos ya fueran españoles o franceses y renegando así de su propia raza, herencia y cultura.
Originalmente, la calavera no estaba vestida, únicamente utilizaba un sombrero, lo que se ha interpretado como una crítica a la pobreza en que vivían los mexicanos.
"...en los huesos pero con sombrero francés con sus plumas de avestruz" (José Guadalupe Posada)
Fue hasta 1947, cuando el muralista Diego Rivera retrató a este personaje, dándole el atuendo elegante que hoy en día todas las personas conocemos, bautizándola como "La Catrina", en su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central.
La Catrina en la actualidad
Actualmente, La Catrina es una de las imágenes más representativas del Día de Muertos en México, pues muestra la fusión perfecta de tradición y modernidad y del folclor y vanguardia. Es la mujer que se niega a ser olvidada, que se impone en la memoria colectiva de México.
De acuerdo con la tesis doctoral "La representación de la muerte en la cultura mexicana" de la investigadora María Cristina García, en este ícono, vemos reflejada la historia de México, la lucha de sus mujeres por ser escuchadas, por ser vistas, por ser reconocidas.
De esta manera, la Catrina es el grito silencioso de las mujeres que han sido ignoradas, marginadas y olvidadas. Es la mujer que baila con la muerte, que la invita a unirse a la fiesta de la vida. Es la síntesis de la dualidad mexicana, donde la vida y la muerte se entrelazan en un abrazo eterno.