La serie coreana Si la vida te da mandarinas, protagonizada por la actriz y cantante IU junto a Park Bo-Gum ha ganado popularidad rápidamente y se ha convertido en uno de nuestros k-dramas favoritos. La serie no sólo retrata el amor romántico adolescente, sino que sale del molde y explora la vida de los protagonistas desde una mirada crítica que evidencia los comportamientos misóginos perpetuados en la sociedad coreana.

Si la vida te da mandarinas es una serie que aborda temas como la maternidad, los lazos familiares y la histórica resistencia de las mujeres, especialmente de aquellas más vulnerables. Sin embargo, ha generado controversia en ciertos círculos masculinos de Corea, quienes han criticado la serie en redes sociales, argumentando que no refleja la realidad de las masculinidades coreanas y, en su lugar, acusa a la producción de promover un discurso de odio hacia ellos.

Ae-Sun, la protagonista de la serie, es una mujer originaria de Jeju, una isla al sur de Corea y la provincia más grande del país. La serie comienza en la década de 1960, tiempo en el que la pobreza después de la guerra azotaba a esta población.

Desde 1960 hasta el presente, la vida de Ae-Sun ha sido marcada por un factor enraizado en la sociedad coreana: la misoginia. Desde que es una niña hasta que es una adulta mayor, la serie retrata cómo la vida de las mujeres pobres es desigual e injusta y cómo tiene repercusiones en las relaciones madre e hija. 

La historia refleja como la misoginia trasciende generaciones, pues se presenta la vida de Ae-Sun, su hija, Yang Geum-Myung  y su madre, Jeon Kwang-Ry  .

Es por ello que aquí te dejamos las enseñanzas que nos dejó la serie sobre amor, maternidad y supervivencia.

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¡Advertencia, hay un par de spoilers!

1. La maternidad es una forma de resistir

La maternidad en la historia se refleja a través de las generaciones como cruda, compleja y muchas veces, solitaria. Kwang-R, madre de Ae-Sun es una mujer haenyeo, una buceadora tradicional de la isla de Jeju que se dedica a recolectar mariscos sin el uso de un equipo de oxígeno. Ella representa la fortaleza y resistencia femenina de las mujeres de la época, pues los estándares para las mujeres eran sumamente estrictos. 

Kwang-R siempre veló por el bienestar de Aen-Sun, y aunque no lo hizo de la forma más convencional, sembró en su hija una semilla de rebeldía y la animó para culplir sus sueños de ser poeta. 

En un tiempo en donde las hijas estaban destinadas a ser amas de casa, o en el peor de los casos para Kwang-R, una haenyeo, ella le enseñó a su hija a soñar en grande y defender su posición como una mujer inteligente  y aguerrida. Estas cualidades son las que Ae-Sun le enseña a su hija años después, pues jamás le enseña a someterse ante las expectativas de terceras personas, todas atravesadas por estereotipos de género.

2. La sumisión no es comportamiento innato de las mujeres, es enseñado

La serie se viralizó en redes sociales gracias a la frase “Parece que es menor nacer como una vaca que como una mujer en esta isla”. Está oración encapsula los sentimientos de tristeza y desesperación que experimenta Ae-Sun, pues todo en su vida como niña y adolescente le dice que debe servir a las demás personas, especialmente a los hombres y a las expectativas familiares tradicionales.

El sueño de Ae-Sun siempre fue estudiar en la capital de Corea y convertirse en poeta, sin embargo, la vida tradicional se lo impide. Ella jura que su hija no vivirá lo mismo, por lo que decide oponerse a las expectativas y no le enseña a doblegarse ante nadie.

3. La educación es una forma de autonomía y liberación 

Si bien el sueño de Ae-Sun no pudo concretarse, su hija Geum-Myung logró entrar a la universidad para estudiar Literatura. Este es un hecho histórico en el árbol genealógico de su familia, pues ninguna mujer había logrado llegar a la educación superior. 

La felicidad por este logro trasciende el simple orgullo, también se trata de autonomía económica, de liberación y decisión. 

4. No hay una sola forma de ser mujer, los sueños lucen diferentes para todas

Aunque en la actualidad parece se cuestionan las decisiones de las mujeres que vinieron antes que nosotras y muchas veces se les recrimina haber “elegido” un estilo de vida, un marido o los trabajos de cuidado sobre su bienestar personal, la realidad es que no tenían elección. 

La serie refleja como tres generaciones de mujeres sueñan por autonomía y libertad a diferente ritmo, sin embargo, todos y cada uno de los actos de sublevación son rebeldes y buscan la independencia de sus vidas, así como la de sus hijas. 

5. Las raíces son una muestra de orgullo

El origen es parte de la identidad de las personas. Una vez en la capital, la familia de Ae-Sun se enfrenta con discriminación por ser de Jeju, una isla que parece perdida en el tiempo. 

En Seúl se juzga no ser lo suficientemente rico, moderno y hegemónico. Geum-Myung se enfrenta a todas estas expectativas inalcanzables que la obligan a sentir que no es digna de tener una vida llena de bienestar, sin embargo, ella se da cuenta que Jeju, sus padres y las mujeres que estuvieron detrás de ella conforman parte de su identidad, por lo que no siente vergüenza, y por el contrario, se enorgullece.