En México, las mujeres dedican 63.7% de su tiempo en la semana al trabajo doméstico, mientras los hombres sólo lo hacen en un 27.9%, según datos del INEGI de 2023. Aunque en el país aún no existen estudios claros sobre la carga de trabajos domésticos durante la temporada de las fiestas decembrinas, mujeres en redes sociales han expresado sentir agotamiento, tristeza y depresión debido al aumento de labores doméstica y de cuidados.
El trabajo doméstico o trabajo en el hogar es una práctica que se ha visto poco valorada a lo largo de los años. Se ha invisibilizado la importancia de estas acciones y se han leído como obligaciones. Para descansar es necesario que el lugar de descanso, en este caso, el hogar esté limpio y cómodo. Para comer se deben hacer las compras, preparar y cuidar el alimento; para vestir hay que lavar, doblar, planchar y cuidar la ropa. Los detalles hacen el cambio, pero esos detalles llevan horas y mucho esfuerzo de por medio.
Históricamente el trabajo doméstico se le ha atribuido mayormente a las mujeres. El esfuerzo físico y mental de lavar, limpiar, preparar, arreglar y servir es poco valorado y en ocasiones se invalida su cansancio. Esto fomenta que se siga observando como un trabajo gratuito y estas acciones y prácticas se traducen como muestras de cariño, afecto y cuidado y/o no como explotación.
La Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados 2022 (ENASIC) del INEGI señalan que en México 31.7 millones de personas brindaron cuidados a integrantes de su hogar o de otros hogares, de las cuales, el 75.1% corresponde a mujeres y el 24.9 a hombres. Se ha demostrado que cuando un hombre decide hacerse cargo de las labores domésticas normalmente es elogiado.
Fatiga invisible
El cansancio y fatiga que esta labor implica en muchas ocasiones no se toma en cuenta. Sin embargo, el espacio familiar y doméstico provoca un notable esfuerzo psicológico, físico y mental. Las responsabilidades en el hogar producen presión y preocupación para aquella persona que las realiza. Existen tres aspectos importantes que desatan la fatiga mental en el trabajo doméstico: sentimiento de sobrecarga, trabajo poco gratificante y trabajo poco reconocido.
El sentimiento de sobrecarga es muy común en el trabajo doméstico no remunerado y este factor puede afectar directamente la autoestima y autosuficiencia de la persona. Por otro lado, la demanda de trabajo, contratiempos y necesidades provocan el esfuerzo de una regulación emocional para solucionar problemas, conflictos o dificultades. Por último, el poco reconocimiento del trabajo puede provocar un malestar constante en la persona y/o estrés.
¿Celebración o agotamiento mental en diciembre?
Durante la temporada de diciembre, la carga de trabajo doméstico y de cuidados aumenta para las mujeres; en las vacaciones de fin de año, las mujeres no pueden descansar, muchas veces se encuentran condicionadas a realizar las tareas del hogar solas, la compra y preparación de la cena de Navidad y Año Nuevo, y el cuidado de las infancias.
Existen términos para describir el agotamiento mental en Navidad en relación a lo profesional, el burn out navideño, que describe el agotamiento físico y mental por la compra de regalos, la llegada tardía del aguinaldo, el cumplimiento con las metas laborales antes de vacaciones y la falta de control sobre lo imprevisto. Sin embargo, este no contempla que el agotamiento también se da en el hogar y que las mujeres son quienes lo resienten en mayor proporción.
La carga mental va más allá de las labores de limpieza y cuidado, se trata de racionalizar el dinero durante la temporada, pensar en lo que hace falta para completar el pago de los juguetes, pensar en la lista de pendientes por hacer para que la casa reciba limpia el Año Nuevo. Estas son tareas que a menudo comprometen la salud mental de las mujeres durante las fiestas.