A dos años de asumir el cargo como CEO de X, Linda Yaccarino anunció este miércoles su salida de la empresa adquirida por Elon Musk en 2022, a través de una publicación en la red social.
“Cuando @elonmusk y yo hablamos por primera vez de su visión para X, supe que sería la oportunidad de mi vida para llevar a cabo la extraordinaria misión de esta empresa. (...) X es verdaderamente una plaza pública digital para todas las voces y la señal cultural más poderosa del mundo”, se lee en el comunicado con el que anunció su salida.
Aunque la exejecutiva no hizo pública la razón de su renuncia, algunos medios estadounidenses señalan que el rompimiento con la empresa se daría después de que “Grok”, el chatbot de Inteligencia Artificial (IA) comisionado a la red social, difundiera contenido supuestamente antisemita luego de una actualización en su código.
Así mismo, han circulado capturas de pantalla en las que Grok se autodenomina como “MechaHitler” y describe escenarios “hipotéticos” de violencia y abuso sexual.
Al momento, el millonario y dueño de X, Elon Musk, no ha emitido ningún comentario en relación con la salida de Yaccarino como CEO de la empresa, sin embargo, la “caída” de Linda Yaccarino ya estaba anunciada desde mucho antes, y a este fenómeno se le conoce como “glass cliff”.
Linda Yaccario y el “glass cliff”
Linda Yaccario asumió el cargo de CEO en X dos meses después de que Elon Musk adquiriera la empresa por un monto de 44 millones de dólares. Yaccarino era la apuesta segura, pues tenía una larga trayectoría como ejecutiva en Turner Entertainment, Ad Council y NBC Universal.
Elon Musk delegó a Yaccarino el puesto de CEO después de ostentar la posición durante dos meses. Entre críticas y el inminente cambio de la plataforma hacia una postura más conservadora, Musk eligió estratégicamente a una mujer como directora ejecutiva de X.
El rostro de una mujer experimentada y con una larga trayectoria en los medios y la publicidad era el perfecto método de contención ante el rechazo público por su llegada a Twitter, que después renombró como “X”, como parte de su visión para transformar la aplicación en una app “súper poderosa”, en la que la información y las finanzas dialogan con naturalidad.
A este fenómeno se le conoce como “glass cliff” o “acantilado de cristal”, una táctica en la que las mujeres o grupos minoritarios son promovidas a posiciones de liderazgo durante tiempos de crisis, aumentado el riesgo de su fracaso.
Aquí, las mujeres alcanzan posiciones de poder que, a la vez, implica alcanzar posiciones de alto riesgo y vulnerabilidad. Este término fue acuñado en 2005 por los investigadores de la Universidad de Exeter, Michelle K. Ryan y Alexander Haslam.
¿Cuáles son las consecuencias para las mujeres?
Según la investigación, The glass cliff: exploring the dynamics surrounding the appointment of women to precarious leadership positions, el “acantilado de cristal” es una forma de discriminación en la que las organizaciones cuentan con una mujer como líder cuando una empresa enfrenta dificultades o situaciones de crisis. El “acantilado de cristal” cobra vida cuando se elige un rumbo completamente diferente al del status quo patriarcal, a pesar de preferir a un hombre en la cima de la jerarquía corporativa.
Este es el caso de Linda Yaccarino, que tras su salida de X es señalada como una mujer menos exitosa, menos capaz y menos estratégica al momento de enfrentar períodos de tensión.
A pesar de que, para muchas mujeres, ascender en la escalera de jerarquías representa su primera oportunidad de acceder a una posición acorde con sus capacidades y habilidades, este fenómeno implica mayor posibilidad de fracaso, así como mayor exposición al escrutinio, falta de apoyo por parte de la organización y daño a la reputación y trayectoria profesional.
¿Qué nos dice el “cliff glass” de las mujeres en posiciones de liderazgo?
Según el estudio conducido por Harvard, How Women End Up on the “Glass Cliff”, cuando una empresa prospera, la gente prefiere líderes con las fortalezas comúnmente asociadas con los hombres, sin embargo, cuando una empresa está en crisis, se cree que es necesario cambiar la situación mediante las habilidades “típicas” de las mujeres, como empatía, comunicación efectiva e inteligencia emocional.
Este fenómeno ocurre en otros ámbitos de la vida pública, como en la política. Las mujeres son más propensas a romper el “techo de cristal” en situaciones de crisis, ejemplo de ello es el caso de Jóhanna Sigurðardóttir, la primera mujer en alcanzar el cargo de primera ministra de Islandia en 2009 y que asumió el cargo después del colapso del sistema bancario islandés.
En México, Claudia Sheinbaum, se convirtió en la primera presidenta de México en 2024. A pesar de que su principal contrincante también era una mujer, en la opinión pública Xóchitl Gálvez no cumplía con las características ni las habilidades para dirigir un país bajo una lógica diferente a la establecida, pues representaba los intereses de la política priísta y panista que gobernó el país durantes décadas.
De igual forma, la postulación de Kamala Harris a la presidencia de Estados Unidos en 2024, contra Donald Trump, ocurrió en medio de críticas hacia el entonces presidente Joe Biden, quien fue calificado como incompetente e incapaz de dirigir la nación en un segundo término.
Kamla Harris era la opción perfecta; Vicepresidenta de los Estados Unidos, una mujer que, además, pertenece a una minoría racial y, por consiguiente, más propensa al escrutinio nacional.