Silvia Pinal es un icono de la cultura del entretenimiento mexicana, desde sus aportaciones a la época de oro del cine mexicano, hasta Mujer, casos de la vida real, la exitosa serie televisiva que muchos Gen z aman en redes sociales. 

Tras el fallecimiento de la actriz, han surgido notas que recuerdan su fructífera vida en la industria del entretenimiento de México, sin embargo, muchos de los enfoques retratan y minimizan sus aportaciones, se piensa en ella como una mujer que inspiró el trabajo de hombres como el cineasta Luis Buñuel y el muralista mexicano Diego Rivera, siendo su “musa” e inspiración. 

¿Silvia Pinal, una musa?

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En la mitología griega, las musas eran hijas de Zeus, dios del cielo y el trueno, y de Mnemósine, diosa de la memoria. Se cree que ellas descendían del cielo para susurrar y dar consejos a los humanos sobre arte, para crear piezas sublimes y ornamentar la vida mortal. 

En la actualidad, se entiende a la figura de la musa como una fuente de inspiración, alguien que motiva al artista para crear; generalmente se piensa a la musa como una mujer joven, delgada, dulce y apaciguada, es un estímulo que existe para meramente para proveer de lucidez al hombre, generalmente. 

Se dice que durante muchos años, Silvia Pinal persiguió al director de cine, Luis Buñuel, hasta que le dio un papel en la cinta Viridiana, en 1961. Muchos artículos y textos se escribieron al respecto, acusando a la actriz de buscar a Buñuel para convertirse en su musa. Silvia Pinal participó en dos películas más del director: El ángel exterminador y Simón del Desierto, de 1962 y 1965 respectivamente.

“Yo escogí a Buñuel, no él a mí; cuando conocí su obra me enamoré de su cine” Así lo declaró Silvia Pinal en una entrevista hace años. Buñuel era el director en boga, considerado una de los más grandes referentes del cine hispano; para una mujer con una gran trayectoria como la de Silvia, trabajar con un director de renombre era algo simplemente natural. “Es una vanidad muy grande”.

Para ese entonces, Silvia Pinal ya tenía más de 10 años de carrera en la industria del entretenimiento; realizó su primer trabajo actoral con tan sólo 17 años de edad, en la película El pecado de Laura como coprotagonista. Para ese entonces, ya tenía una filmografía de más de 60 producciones y había participado en proyectos internacionales, no sólo en latinoamérica, también en en Europa.

Y no sólo eso, para 1961, Silvia Pinal ya había ganado tres premios Ariel, lo equivalente a unos premios Óscar en México, por las películas Un rincón cerca del cielo, Locura pasional y La dulce enemiga, entre 1953 y 1958.

Por otra parte, se habla del cuadro que el muralista, Diego Rivera, pintó con ella como protagonista. Al respecto, Silvia Pinal contó en varias ocasiones que fue una tortura posar por horas para el pintor, pero que ella se había ganado ese cuadro. Silvia posó a los 25 años para Diego Rivera, que en ese entonces ya tenía 70.

Diego Rivera aseguró que le hubiera encantado pintar a la actriz desnuda, ya que la belleza no debería ser “propiedad privada”. Los comentarios de Rivera simplifican a Silvia como una modelo bella, razón por la que ameritaba ser retratada por él.

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La mentira de la musa   

Usualmente se piensa que los artistas más grandes en las historia del arte occidental  fueron influenciados e inspirados por una mujer de belleza incomparable, tal es el caso de Silvia Pinal con Luis Buñuel y Diego Rivera, o de Jeanne Hébuternea en los retratos del artista plástico Amedeo Modigliani y de la modelo Lee Miller para Picasso.

Mientras se celebra la obra de estos artistas hombres, las llamadas “musas” pasan a la historia como inspiración, pero nunca como persona, con una vida propia, logros, aciertos y errores. Su única aportación es ser hermosa. 

Pasa en el arte plástico, en la música, e incluso en la vida cotidiana; es una herramienta bastante patriarcal que utiliza el sistema para demeritar las vidas de las mujeres y sostener un estándar hegemónico de belleza.

¿Silvia Pinal fue una musa? tal vez, si se entiende desde una mirada sesgada y patriarcal, pero lo cierto es que fue muchísimo más que eso, fue una figura emblemática en el cine y la cultura mexicana, una mujer llena de ambición y convicción.