Hay algo de lo que no hemos hablado fuera de nuestras habitaciones; lo incómodos que son los brasieres y la falta de diversidad en la oferta textil nacional. No es raro que a partir de la adolescencia, e incluso antes, a las mujeres se nos presente la opción de utilizar un brasier para sujetar el busto. 

Las tiendas departamentales están llenas de esta pieza de ropa íntima en una amplia gama de tonos y colores, con moños, encaje y brillos, pero olvidan algo fundamental, acoplarse a nuestras cuerpas y necesidades.

Si has sentido que fuera de proporcionar el soporte que deberían te lastiman, hieren, e incluso te provocan dismorfia corporal no estás equivocada; la industria textil en México no está entendiendo las necesidades de las mujeres, e incluso podemos decir que se basa en una mirada patriarcal, ya que lejos de beneficiar el estilo de vida de las mujeres, se encasilla en la estética exterior en una limitada oferta.

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¿Qué es lo que no se está considerando? A la industria textil mexicana no le han informado que somos mujeres diversas, que nos movemos y habitamos está vida. Marcas  como Victoria’s Secret incluso masificaron su rebranding en 2021 para hacer más amigable la variedad de prendas íntimas y de lencería que desde su creación sólo asociaban con mujeres altas, delgadas y hegemónicas. 

Aunque esta medida surgió después de una caída en las ventas sí nos deja en claro algo, y es que las mujeres no somos iguales físicamente.

Esto genera violencia estética, ya que se imponen estándares estilísticos, en este caso de talla y copa, para perpetuar un sistema de belleza dominante.

La Talla Perfecta: una alternativa en México y Latinoamérica

La Talla Perfecta es la primera boutique especializada en copas grandes y surge como una  alternativa en el mercado textil de México para resolver esta problemática. En colaboración con el programa de emprendimiento InnovaUNAM, la posibilidad de encontrar un sostén que se adapte a las necesidades de cada mujer es una realidad. 

“El beneficio físico es que, por fin, algo te queda bien y no te lastima, pero lo más satisfactorio y conmovedor es saber cuánta gente ha desistido de reducirse el pecho por tener una percepción negativa de él”, señaló Alejandra Montemayor en entrevista con UNAM Global TV.

Alejandra Montemayor, diseñadora egresada de la UNAM, se dio cuenta que durante mucho tiempo no se sintió cómoda con esta prenda, no fue hasta los 30 años tuvo un sostén que no la lastimaba y que la hacía sentir cómoda con ella misma. 

En Latinoamérica sólo existen 17 tallas posibles de brasieres de las 200 posibles opciones, según datos de la UNAM. Esto quiere decir que en México, las mujeres tienen que elegir entre opciones que no se amoldan a los cuerpos, hieren con las varillas e irritan la piel.

Si una varilla se le encajara a un hombre 12 horas al día, durante la mayor parte de su vida, en la próstata, ya habría comisiones en las cámaras legislativas abordando esto como un tema de salud pública. Necesitamos más representación, nosotras vamos a anteponer el beneficio colectivo al negocio y al lucro. (Alejandra Montemayor)

La democratización del brasier 

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Actualmente muchas mujeres jóvenes optan por no utilizar brasier, sin embargo, no todas pueden hacerlo por varias razones. Por un lado, los cuerpos son diversos y el soporte en la actividad diaria es fundamental para la movilidad; utilizar brasier también implica una carga social e infiere en la forma en la que se es percibida en la sociedad. 

Es por ello que uno de los propósitos de Alejandra era crear piezas bonitas que realmente representaran la diversidad corporal de las mujeres y las hicieran sentir cómodas y seguras en sus cuerpos; cuentan con modelos para el uso diario, de maternidad, strapless, bustiers, trajes de baño, entre otros, todo pensado para cubrir necesidades y no reforzar inseguridades. 

La Talla Perfecta cuenta con un catálogo de 189 talla y 500 modelos en copas de las A a la P y en espalda desde 24 a 60. Usualmente, las tallas en México rondan entre las tallas 32 a 42 y en las copas B, C y D.

Este proyecto tiene tres cimientos fundamentales que combaten la violencia estética de la industria lencera:

Atender y tratar con cariño: Dignificar el uso de brasier para cualquier persona evitando la frustración que conlleva hacer compras en espacios que descalifican y objetivizan los cuerpos.

Conocer el cuerpo de la clienta: Reconocer las características corporales y necesidades de cada persona, no es lo mismo ser una madre a una persona de la tercera edad con diferentes estilos de vida. Así se evitarán hábitos como encorvarse y utilizar ropa holgada para disimular el tamaño del busto.

Proporcionar y recomendar información adecuada: Acompañar a la clienta en el proceso de compra , recomendando estilos y prendas según sus necesidades.