Una influencer sube un video. El maquillaje se ve impecable. Pero alguien comenta: “Te ves sucia”. No es por el labial. No es por la base. Es por su color piel. Y lo más duro es que ese tipo de comentarios no sorprenden. A muchas nos han dicho cosas parecidas. A veces sin malicia, “en confianza”, como si no doliera.
Otras veces, nosotras mismas hemos editado una foto para vernos “más claras”. Hemos dicho que cierto maquillaje “no nos favorece”... cuando en realidad lo que no encaja es el tono de piel en un mundo que sigue viendo lo blanco como lo deseable.
Eso también es racismo. Uno que no siempre grita, pero que está en todas partes: en los filtros, en los anuncios, en los silencios. Y que pesa. Especialmente si eres mujer en México.
¿Por qué lo blanco todavía se ve “mejor”?
En entrevista para La Cadera de Eva , Briana Gálvez, investigadora de Racismo MX, explica que la asociación de lo blanco con lo limpio y de lo negro o moreno con lo sucio no es nueva: se remonta a siglos atrás, cuando Occidente construyó su manera de interpretar el mundo.
Desde hace mucho, la vista se convirtió en la forma principal de comprender el mundo.. Y con eso, también se empezaron a juzgar los tonos de piel. Lo negro se volvió símbolo de oscuridad, peligro, irracionalidad. Lo blanco, en cambio, se relacionó con la luz, la razón, incluso con lo divino.
“Lo negro en general se ha cargado hacia lo negativo, y lo blanco hacia lo positivo” (Briana Gálvez.)
En América Latina, estas ideas se agudizaron con las políticas higienistas del siglo XIX. Ahí se empezó a ver a los cuerpos morenos o negros como “enfermos”, “sucios” o “peligrosos”. Y muchas veces, también eran cuerpos pobres.
Desde entonces, se nos vendió la idea de que ser más blanca era “mejorar la raza”. Que blanquearse era avanzar. Y aunque ya no lo digamos con esas palabras, esa lógica sigue viva en muchas prácticas y pensamientos de hoy.
Hoy, esa aspiración a “verse más blanca” sigue presente, aunque sea de forma más sutil. Está en los filtros de redes sociales que te aclaran automáticamente. En las cremas para “unificar el tono”. En los comentarios como: “ese maquillaje no te favorece”, “te verías más bonita con otro tono”, “ay, ya te quemaste, te pusiste más morena”. Y mientras tanto, las mujeres morenas —sobre todo si son visibles en redes— siguen recibiendo comentarios como “te ves sucia” solo por tener maquillaje sobre piel morena.
“La gente muchas veces se percibe más blanca de lo que realmente es, porque hablar de raza en México sigue siendo algo con lo que no se identifican. La blanquitud sigue viéndose como algo que queremos alcanzar, porque representa modos de vida que se consideran deseables” (Briana Gálvez.)
Foto: Cuartoscuro
Cuando el color de piel define tu futuro
El problema no se queda en lo estético. También impacta en las oportunidades que tienes —o no tienes— para avanzar en la vida. La Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2022 del INEGI revela que, a nivel nacional, el 24.5% de las mujeres en México ha sido discriminada. De ellas, el 10.4% dice que fue por su tono de piel.
Y eso no es todo. El informe "Movilidad social en México 2025" del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), advierte que ser mujer racializada y con un tono de piel oscuro es un obstáculo casi insuperable para mejorar la situación económica y social en México.
Los datos del CEEY revelan que el 62% de las mujeres con tono de piel oscuro, nacidas en el grupo de recursos económicos más bajo, permanecen en esa misma posición en su edad adulta. Este porcentaje es drásticamente diferente al de las mujeres con tono de piel más claro, donde solo el 34% se mantiene en esa condición.
El trauma racial: una herida invisible
Más allá de lo económico, hay un daño emocional profundo. Uno que muchas veces no tiene nombre, pero que se siente todos los días: el trauma racial, una cuestión que muchas veces es invisibilizada y difícil de identificar, ya que la sociedad no siempre reconoce la violencia que sufren los cuerpos racializados como tal. Para muchas, la identificación de esta violencia solo ocurre ante una situación explícita.
"La raza se siente, tú todo el tiempo sientes la raza porque es algo que se encarna y tú no puedes escapar de tu cuerpo y no puedes escapar la forma en la que tu cuerpo es leído y entonces a partir de eso también es algo que al final te atraviesa de manera directa es algo que deja justo en ti esta huella de pensar que lo que está mal es tu subjetividad completa” (Briana Gálvez)
Es esa sensación constante de que hay algo mal en ti, de que no encajas, de que no eres suficiente. Y eso deja huella. Muchas veces, ni siquiera en la terapia se nombra. Porque todavía falta hablar del racismo como una violencia real, que también duele en lo emocional.
Briana señala que es fundamental reconocer y visibilizar que la raza es una "categoría sensible" que atraviesa y marca nuestras vidas pues el racismo no siempre es obvio. A veces llega en forma de “consejo”, de “filtro”, de “broma”. Pero sigue siendo racismo. Y sigue marcando los cuerpos, las mentes y las oportunidades de miles de mujeres en México.