Semanas después de su estreno, Emilia Pérez, la película dirigida por el francés Jacques Audiard y protagonizada por Karla Sofia Gascón, Zoe Saldaña y Selena Gomez, sigue generando controversia.  

Uno de los puntos más discutidos ha sido la falta de representación de personas mexicanas en la película, y es que, a excepción de la participación de la actriz mexicana, Adriana Paz, la película no intenta contar su historia en las voces de personas actoras originarias de México.

Además, Emilia Pérez ha encendido debates sobre varios temas sensibles como la representación errónea que se hace de las mujeres trans, la violencia organizada, el feminicidio, las personas que han sido desaparecidas y la trivialización de la vida en México, así como de la explotación del dolor de familias mexicanas. 

Ahora es imposible no señalar que la película también contribuye a una práctica común del cine: el  brownface, un recurso que refuerza prejuicios raciales al caricaturizar o distorsionar las experiencias de comunidades racializadas.

El debate de la apropiación cultural en Emilia Pérez

Usuarios en redes sociales han avivado la conversación sobre esta forma de discriminación, que ocurre cuando quien interpreta a un personaje latinoamericano, árabe, nativo americano o indígena no pertenece al grupo étnico. 

Emilia Pérez es interpretada por Karla Sofia Gascón, una mujer española, que ha negado las críticas de personas mexicanas durante toda la promoción de la película. Esta práctica de apropiación cultural y discriminación lleva instaurada por décadas en la industria del entretenimiento. 

En la película de 1934 Viva Zapata!, una producción completamente estadounidense, todo el reparto fue interpretado por personas blancas y el actor Marlon Brando fue quien le dio vida al personaje de Emiliano Zapata.

Imagen

¿Qué es el brownface?

¿Al ver una película has notado que las actrices no encajan en el personaje que están representando? ¿Que los personajes generalmente son blancos  sin importar que el contexto en el que se sitúa la película es el de personas racializadas?

Pues esto es lo que se conoce como brownface, una práctica discriminatoria perpetuada por años en la industria del cine y del entretenimiento, en la que personas de piel blanca representan personajes de un origen étnico diferente al suyo.

El brownface refuerza estereotipos que trivializan y ridiculizan las problemáticas políticas, sociales y culturales que atraviesan a las personas racializadas, y es que en estas representaciones se fortalecen arquetipos dañinos. 

Exagerar el acento, usar maquillaje, e incluso pintura, para caracterizar al personaje, utilizar ademanes y expresiones sobredimensionados e incluso usar ropa que basada en los estereotipos también se considera brownface.

Además, esto también ha abierto la discusión sobre el colorismo en las pantallas y los valores que se asocian con el color de piel de las personas. ¿Se es bueno cuando eres una persona blanca, y por el contrario, mala cuando eres una persona morena?

En Emilia Pérez, “El Manitas”, es representado como un hombre un rudo, malvado, con rasgos grotescos, y sobre todo, moreno. Cuando El Manitas transiciona a Emilia Pérez, el personaje comienza a redimirse de sus actos como narcotraficante, y también adquiere un tono de piel blanca. Esta también es una forma de colorismo.

Representaciones discriminatorias en el cine

Este es un fenómeno racista que se rige por la exclusión de las personas de color comúnmente implementado por las producciones audiovisuales de occidente. Un ejemplo de ello es  Willem Dafoe, que interpreta a un narcotraficante mexicano en Once Upon A Time In Hollywood.

Aunque generalmente se asocia con producciones en la industria de Hollywood, en el cine mexicano también se hace uso de esta estrategia discriminatoria que excluye a las personas morenas e indígenas de contar sus propias historias. 

En la época del cine de oro en México, actrices como María Félix solían interpretar a mujeres indígenas y criollas cuando claramente no lo eran. Otro ejemplo es  el de las telenovelas, que contaba las historias de mujeres pobres y morenas que al final, después de ser revictimizada constantemente, terminaba en la opulencia y aparece mágicamente blanqueada, como Thalía en Marimar,  en donde interpretaba una mujer de la costa.

Este tipo de discriminación se ha reforzado y normalizado por décadas, tanto dentro como fuera de la industria. Justin Trudeau, quien acaba de abandonar el cargo de Primer Ministro en Canadá,  asistió a la gala “Noches arábicas” en 2001 con la cara pintada de color café, emulando a un hombre árabe.