Familiares de mujeres privadas de su libertad en los Centros Penitenciarios “Xolol” y “La Pila” denuncian marginación, violencia, exclusión y vulneración de derechos. Piden se apliquen medidas y servicios integrales que les permitan tener contacto con sus familiares y organizaciones de la sociedad civil.

En un comunicado, el Colectivo de familiares de mujeres privadas de la libertad en los Centros Penitenciarios relata que desde 2023, las mujeres privadas de su libertad fueron trasladadas injustificadamente y sin notificación previa a la penitenciaría Xolol, a más de 350 kilómetros de la capital de San Luis Potosí, lugar donde se agudizaron las violencias.

En una entrevista, José Luis Ruiz Contreras, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de San Luis Potosí, dijo el día 22 de enero que el Centro Penitenciario que en de Xolol, ubicado en el municipio de Tancanhuitz, iniciara certificaciones a través de las auditorías correspondientes por parte de personal de la Asociación de Correccionales de América (ACA).

Sin embargo, diariamente las mujeres sufren de violencia patriarcal, violencia sistémica, discriminación, falta de atención médica, alimentación de calidad y hacinamiento. Ante la injusticia y la vulneración de los derechos humanos.

¿Cuáles son las denuncias? 

El Colectivo de familiares hace un llamado a recordar la situación de vulnerabilidad que atraviesa a las mujeres, especialmente a quienes no tienen redes de apoyo y sufren de violencia machista todos los días. Por lo mismo, señalaron que el traslado arbitrario y alejado de las mujeres privadas de su libertad a los centros penitenciarios significa quebrantar lazos familiares.

La violencia que se da por la separación provoca que las mujeres no puedan comunicarse con personas del exterior, lo que las inhibe de tener contacto, especialmente con sus hijas e hijos y prohíbe que sus madres, hijas y compañeras tengan comunicación accesible.

El Estado no ha podido garantizar condiciones dignas para las mujeres, así como procesos libres de violencia, eficaces, pertinentes, justos y protocolos para la reinserción social y, por el contrario, han sido vulnerados.

Estos procesos han sido violados, especialmente durante las implicaciones alrededor de los violentos traslados no notificados y el incumplimiento de audiencias previamente estipuladas.

Entre los problemas dentro del Centro Penitenciario Xolol, familiares denuncian escasez de agua, fallas eléctricas,  alimentos de baja calidad nutricional, presencia de plagas, falta de atención médica y poca higiene, lo que atenta en contra de la dignidad de las mujeres.

Medidas de cero tolerancia

La mirada punitivista, machista y patriarcal coloca a las mujeres y a sus familiares en una situación compleja, llena de asimetrías estructurales en la que se juega la posibilidad de la defensa y el acceso a la justicia, es por eso que las y los familiares abogan por el respeto a los derechos humanos de las mujeres, a la erradicación de las prisiones como espacios de tortura y deshumanización.

Por lo que exigen se garanticen los derechos de las mujeres, condiciones de vida dignas, respeto al principio de proximidad familiar y hacen un llamado a revisar las condiciones de los Centros Penitenciarios de la mano de asociaciones civiles y organizaciones feministas.

Mujeres privadas de la libertad en México 

El 5.7% de las personas privadas de la libertad en México son mujeres, según el Censo Nacional de Sistemas Penitenciarios Estatales y Federales de 2024. Datos del Inegi de 2021 arrojaron que hay aproximadamente más de 12 mil mujeres privadas de la libertad, de las cuales el 40% se encuentra en un penal femenil.

Las mujeres privadas de la libertad, que no tienen acceso a una defensa justa, generalmente tampoco tuvieron un proceso de detención transparente, y es que según datos de INMUJERES, más del 92% de mujeres no tenía antecedentes penales, la mayoría trabajaba, y un porcentaje menor pertenecía a una comunidad indígena o tenía hijas e hijos.

Según el Informe Diagnóstico sobre las Condiciones de Vida de las Mujeres de Comisión Nacional de Derechos Humanos, en los centros penitenciarios, tanto femeniles como mixtos “se deben deconstruir los estigmas y la toma de decisiones basadas en torno a las mujeres en reclusión, resultado de una visión histórica patriarcal y en algunos casos, sobreprotectora y paternalista”.

Y es que no sólo se debe pensar en los centros penitenciarios desde el género, sino también desde la interseccionalidad. Las mujeres privadas de la libertad son diversas y se requiere que se revisen todas las aristas para reformular el sistema penitenciario desde una mirada no patriarcal.