Un día antes de ser asesinada, Yuri Cristel pidió ayuda. Lo hizo casi a gritos, pero nadie acudió. Este martes, su voz fue silenciada: un hombre —presuntamente su pareja— la estranguló y después le prendió fuego dentro de la vivienda que rentaba en el andador Miniatura, de la colonia Infonavit El Rosario, en esta ciudad.
Aunque la Fiscalía General del Estado (FGE) únicamente informó —mediante un escueto comunicado— que inició las investigaciones con base en el protocolo de feminicidio, se dio a conocer que el cuerpo de Yuri fue hallado boca arriba, en el suelo de la sala, por una familiar cercana. Junto a ella, un sillón completamente calcinado. La misma fuente, identificada como Elsa Guadalupe, relató que minutos después de la medianoche del martes, su sobrina —originaria de Huimanguillo, Tabasco— la llamó para decirle que se sentía sola. Según el portal Chiapas 24/7, tras salir de su jornada laboral, Elsa acudió al domicilio y al ingresar encontró el cuerpo sin vida de Yuri, con quemaduras en el 80% del cuerpo. Cerca del cuerpo, se localizó un teléfono con funda roja. De acuerdo con fuentes policiacas citadas por el medio, Yuri podría haber estado sobre el sillón cuando fue incendiado. Desde su cuenta de Instagram, la saxofonista y activista María Elena Ríos —sobreviviente de un intento de feminicidio con ácido en 2019— exigió justicia. Dirigió su mensaje a la Fiscalía de Chiapas y al gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, y criticó que en un estado “tan presumiblemente maravilloso, lleno de cultura”, persista esta violencia brutal contra las mujeres. “Yuri, de oficio costurera, tenía solo 30 años. Es el feminicidio número 16 en lo que va del año y el tercero del mes en Chiapas”, denunció. Exigió una investigación con perspectiva de género y la pronta captura del feminicida: “A Yuri la quemaron por el simple hecho de ser mujer; que caiga todo el peso de la ley”. La Comisión Estatal de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia de la colectiva 50+1 también condenó el crimen, señalando que Yuri fue golpeada y calcinada presuntamente por su pareja, “con quien —según vecinas y vecinos— discutía con frecuencia”. Este feminicidio, señalaron, es la expresión más extrema de la violencia machista. No solo le arrebata la vida a una mujer, sino que deja una herida profunda en la sociedad y en quienes luchan por erradicar la violencia de género. “El horror de los hechos, el fuego sobre su cuerpo, es un mensaje de saña y terror. Así actúa la violencia feminicida en nuestra entidad”, afirmaron. Recordaron que el asesinato de Yuri no es un hecho aislado, sino parte de una crisis estructural de violencia contra las mujeres que sigue cobrando vidas en Chiapas y en todo el país.“A Yuri la quemaron por ser mujer”
Una violencia que duele a todas