Los animales de compañía son seres que forman parte de nuestras vidas cohabitan espacios con sus propias necesidades y merecen ser tratados con respeto y responsabilidad. A finales de 2024, el Senado de la República aprobó una reforma constitucional para que el Estado mexicano garantice el bienestar animal, prohíba el maltrato del que son víctimas  y les reconozca como seres sintientes.

A pesar del cambio encaminado hacia la protección de los animales, la negligencia por parte de las autoridades se ha manifestado en la colonia Guerrero en la Ciudad de México, en el Panteón de San Fernando, lugar en el que habitan alrededor de 36 gatos, según reportan distintas activistas.

Catacumberitos, una organización conformada por vecinas y vecinos de la colonia se han manifestado en contra de las medidas restrictivas impuestas por la Secretaría de Cultura para permitirles el paso y atender a los animales que requieren de atención médica.

En entrevista con La Cadera de Eva, Diana Arredondo, fundadora de la organización, nos cuenta sobre los problemas a los que se enfrentan.

¿Quiénes son Catacumberitos?

Catacumberitos es una organización que se encarga de esterilizar, desparasitar y dar atención médica a los gatos del Panteón de San Fernando, así como de promover estrategias de adopción para proveer de un hogar a los felinos. 

Hace dos años, Catacumberitos fue fundada por Diana Arredondo, vecina de la colonia Guerrero. El proyecto inició con el propósito de esterilizar masivamente a los gatos de la zona  debido a que la proliferación de los animales ya implicaba un problema de salubridad pública. “Cuando entré para esterilizar pudimos controlar casi al 100% de la colonia”, cuenta Diana Arredondo.

Junto con la asociación cívil Gatos Pingos, Catacumberitos y las y los vecinos pudieron esterilizar, vacunar y desparasitar a 27 gatos de una colonia de aproximadamente 50. Las cuotas de recuperación se solventaron completamente por los vecinos.

Actualmente, Diana es la tutora legal de la colonia conformada por 36 gatos, registrados en el Registro Único de Animales de Compañía (RUAC), esto después de que la Secretaría de Cultura se negara a registrarlos y solventar sus necesidades. 

Las relaciones comunitarias han permitido que los vecinos de la Guerrero vigilen el estado de salud en el que se encuentran los gatos, la coordinación es la herramienta que utilizan  para brindar atención veterinaria a los animales, que padecen de distintas enfermedades, y comunicar de la situación a Diana, la única persona a la que le permitían el paso al Panteón de San Fernando.

“Los recursos para sacar a un gatito son altos, hay que pagarle a los veterinarios, la mayoría de las veces hay que pagar pensiones, pero al final los gatitos se van con personas grandiosas porque yo hago filtros estrictos y les doy seguimiento”.

¿Cómo inició el conflicto?

El caso inició después de que el los gatos dejaran de tener alimento por la trabas que ponía el personal del panteón hasta el punto de negar el acceso. “No puedo entrar para ver a los gatos tímidos que están enfermos”. A pesar de ello, tanto Diana como los vecinos se coordinan para alimentar a los gatos fuera del panteón. 

Las y los vecinos están inconformes, y es que el cuidado de los felinos también implica mejoramiento en la zona y sus espacios públicos. “Cuando llegamos (se percibían) los olores a animalitos muertos, a orines y era muy fuerte ahora lo que se huele, desafortunadamente,  a las personas (en situación de calle) a las que también les hemos fallado. La colonia Guerrero es una zona muy complicada”. 

Diana solicitó un permiso en febrero de 2024 al Museo del Panteón de San Fernando para ingresar cuatro días a la semana pero finalmente sólo se le permitió entrar dos días, la mitad de tiempo con el que ya contaba en sus primeras visitas.

También solicitó que le permitieran hacer trampeos grandes cada tres meses para esterilizar a un grupo de entre cinco y siete gatos,  y eventualmente darlos en adopción.

Y finalmente, pidió que se le diera acceso a los vecinos voluntarios para realizar las tareas de cuidados, como la alimentación, limpieza y mantenimiento de los gatos.

“Los trabajadores del Museo del Panteón de San Fernando deciden que no me van a dejar entrar, que no es una negociación. No importaba quién me diera permiso si su líder coordinador, si la Secretaría de Cultura eran los que iban a decidir y la decisión iba a pasar a través de ellos”.

Antes de que el caso se hiciera viral en redes sociales, Diana intentó contactar sin éxito a Ana Francis Mor, titular de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. Fue con el estallido del caso en internet que la Secretaría de Cultura se contactó con Diana y entablaron un diálogo sin resoluciones el 4 de enero.  

Ana Francis Mor sostiene que los trabajadores sufren de agravios. “Los mismos directores (del panteón) y la Secretaría de Cultura les pregunta a sus trabajadores cuáles son esos agravios y no pueden explicarlos, dicen que se sienten agraviados por las redes sociales”.

A pesar de que Catacumberitos no hace mención de sus nombres o ha mostrado sus rostros en redes, este argumento y la reacción del público en redes sociales ha permitido que la Secretaría de Cultura se niegue a llegar a algún acuerdo, relata Diana.

Después de la promesa de retomar el ingreso de la organización al panteón y de entablar mesas de trabajo en conjunto para solucionar los posibles agravios, las juntas fueron canceladas sin previo aviso y se cortó la comunicación con la Secretaría y los directivos del panteón.

Catacumberitas

“Me resuena que la mayoría de las personas que cuidamos animalitos de la calle somos mujeres”. Diana reflexiona sobre la participación de las mujeres en el rescate animal, especialmente como la colonia Guerrero. “Es una zona importante porque es una zona roja, así le dicen a nuestro barrio”.

Catacumberitos es un grupo integrado en su mayoría por mujeres de todas las edades, desde personas de la tercera edad hasta jóvenes que se encargan de alimentar a los felinos, incluso en horarios de media noche y a pesar de la intimidación por parte del personal del panteón. 

¡Protesta por los gatitos del Panteón de San Fernando!

Ante la falta de comunicación, diálogo y pronunciamiento por parte de la Secretaría de Cultura, el viernes 24 de enero, la organización Catacumberitos, protestará para que se les permita el paso al Panteón de San Fernando y se pueda brindar atención a los 36 gatos que habitan el lugar.

Vamos a luchar por esta causa, que creemos es justa y que lejos de perjudicar a alguien, ayuda a los más débiles, mejora el espacio y crea lazos comunitarios”, se lee en la invitación a protestar por el bienestar de los gatos de San Fernando en las redes sociales de Catacumberitos.

Esta invitación surge después del fallecimiento de una gatita que no recibió atención médica a tiempo, un escenario común entre los gatos del panteón. Está no es la única situación a la que se enfrentan los animales, también corren riesgo de ser atropellados, sufrir de malnutrición y contraer enfermedades.

“Esta protesta sale de cuidar el bienestar de estos seres que a final de cuentas están ahí. no llegaron por voluntad propia. No nos parece justo que no permitan que hagamos esta labor para la cual no les pedimos absolutamente nada más que una facilidad administrativa, que es abrir la puerta y dejarnos pasar en el horario que ellos digan”.

La cita es en Avenida Hidalgo, enfrente de los arcos del jardín de San Fernando a las 15:00 horas y se espera la asistencia de vecinos y seguidores en redes sociales.

Para contribuir a la causa, Diana Arredondo de Catacumberitos recomienda hacer un llamado de atención en redes sociales a las autoridades pertinentes, a la Secretaría de Cultura y a su titular Ana Francis Mor, al Secretario de Gobierno de la Ciudad de México, César Cravioto Romero. Así como cuidar a los gatos desde el hogar y esterilizarlos.