“Abajo, donde el declive monstruoso se suaviza, postrado humildemente a los pies del castillo el pueblo amontona sus casitas de ladrillos crocinos, con techos de pizarra azulosa y esbeltas chimeneas ahumadas”.

Estas palabras son de María Luisa Ross Landa, una escritora, poetisa, cuentista, periodista y maestra, apasionada por los textos, fue considerada como una de las mujeres más cultas de su tiempo. Su vida estuvo atiborrada de reconocimientos, un primer paso en muchas áreas en las que ser mujer dificultaba acceder al prestigio y reconocimiento.

Así como sus textos, suaves, retadores y sublevados, María Luisa Ross, periodista y maestra, dedicó su vida a la lucha dentro de las aulas de clase a través de las palabras. Si aún no conoces te contamos sobre su labor.

María Luisa Ross Landa, maestra, periodista y visionaria 

María Luisa Ross Landa nació en Pachuca, Hidalgo, en 1891, según el archivo del personal sobresaliente de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Aunque otras fuentes extraoficiales señalan que fue en 1880 o en 1887 en el municipio de Tulancingo.

Fue hija de Alejandro Ross, quien fue teniente coronel y subdirector del Hospital Militar de México  y Elena Landa. Desde muy pequeña tuvo interés por la literatura y las artes, lo que hizo que ya en 1900 se graduara de la Escuela Nacional de Maestros como docente. 

Tiempo después ingresó a la carrera de Letras en la Escuela de Altos Estudios de la Universidad Nacional Autónoma de México, actualmente la Facultad de Filosofía y Letras, y realizó estudios en el Conservatorio Nacional de Música en donde obtuvo el título de maestra en Recitación y Declamación, una disciplina que consiste en interpretar un texto ante el público.

En la adolescencia comenzó a trabajar como redactora en el periódico El Mundo Ilustrado con tan sólo dieciséis años de edad, y fue secretaria de redacción de la Revista de Revistas en 1910.

El periodismo que nace en la Revolución

En 1916 publicó su primer libro Cuentos sentimentales, se desempeñó como escritora, cuentista y periodista, y es que María Luisa Ross colaboró con El Imparcial , El Universal,  El Universal Ilustrado, donde fue editora y redactora entre los años de 1917 y 1920, sin embargo, su vida estuvo marcada por la docencia.

Durante su tiempo en el periódico El imparcial fue una de las primeras mujeres en ser reportera, un rol que se consideraba solo era para hombres en aquel tiempo. Como periodista, María Luisa Ross escribió artículos y columnas sobre el género y la condición de la mujer, y es que siempre llevó como consigna el feminismo.

En el contexto de la Revolución Mexicana, un periodo lleno de inicios en conversaciones públicas respecto a los derechos de las mujeres, como el derecho al voto, el derecho al aborto, las condiciones laborales dignas y, en general, la participación de la mujer en la vida pública, es en el que María Luisa Ross desempeñó su labor como escritora, periodista y maestra. 

La conversación sobre los derechos de las mujeres, y la democratización de la educación para todas las personas la llevó a desempeñar un gran papel en la educación mexicana. La ideología instaurada por el imperialismo estadounidense también representó un problema, por lo que junto con otros profesores se dedicó a mejorar la calidad de los textos educativos. 

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Al no tener recursos del Estado, María Luisa Ross, junto con los profesores Gildardo F. Avilés y Longinos Cadena, convocó una colecta de libros escolares escritos por diferentes autores mexicanos para salvaguardar la educación de las infancias. Eventualmente fundaron la Sociedad de Autores Didácticos Mexicanos, y la maestra María Luisa Ross fue la elegida para presidir la organización.

La Sociedad de Autores Didácticos Mexicanos se propuso criticar el imperialismo estadounidense de los libros de texto, con el objetivo de cambiar los libros escolares con órdenes del Estado. La lista de textos se declaró insubsistente y se designó una nueva comisión para implementar mejores textos a nivel primaria. 

Su trabajo periodístico la hizo Embajadora del Arte y la Cultura en España, por nombramiento del entonces presidente interino, Adolfo de la Huerta. A su regreso, fundó la Unión Feminista Latinoamericana, donde busco crear lazos entre las mujeres de países iberoamericanos.

María Ross Landa dedicó su vida a la docencia y a la escritura, a pesar de venir de una familia porfiriana de clase alta, siempre tuvo inclinación por la lucha de la Revolución y por los intereses de los más afectados, especialmente dentro de las aulas de clase.

Pionera en la radio mexicana

Una etapa relevante de la vida de María Ross fue su participación en la creación de la radio en México en 1925, cuando el presidente Plutarco Elías Calles le encargó organizar el Departamento de la Radio de la SEP que se había fundado en 1921, lo que fue un logro único para las mujeres en ese tiempo.

En diciembre del mismo año fue nombrada Directora de Extensión Ejecutiva por Radio, posición que tuvo durante años de manera no consecutiva, el cargo se le era renovado cada año, según algunas fuentes. 

Mientras trabajo en la radio, tenía destinados programas específicamente para las infancias, especialmente para aquellos que cursan la primaria, y lo hacía en el formato de cuento, para atraer la atención de los más pequeños en lo que ahora es Radio Educación.