En 2025, las causas y los avances feministas no llegaron como un regalo: fueron el resultado del esfuerzo, el empeño y la resiliencia de mujeres que sostuvieron la lucha incluso en contextos de violencia, desgaste y criminalización. Nada fue concedido de manera espontánea. Cada avance respondió a años de organización, denuncia y presión constante.
Ya sea de manera individual o colectiva, la lucha feminista se expresó en múltiples frentes, desde la exigencia de justicia frente a la violencia feminicida, en la disputa por reformas legales, en la defensa del territorio, en la creación cultural y en la ocupación del espacio público, hasta el espacio cultural y de entretenimiento. Por ello, en La Cadera de Eva recordamos a algunas de las mujeres que le hicieron frente al patriarcado desde diferentes esferas.
Mujeres buscadoras, voces que desafían la criminalización estatal
Las mujeres buscadoras en México no sólo resisten, ponen en “jaque” al Estado mexicano mediante su capacidad de liderazgo, organización y protección, y es que aunque la mayoría de las personas desaparecidas son hombres, la enorme mayoría de quienes las buscan son mujeres, madres, esposas, hermanas e hijas.
Al no ser el Estado quien busca activamente, estas mujeres han tenido que ocupar ese espacio, lo que las expone a múltiples violencias y las obliga a gestionar recursos propios para la subsistencia y la investigación. Las buscadoras enfrentan un sistema que las revictimiza y discrimina, pues en su labor de búsqueda, el 97% de estas mujeres sufre algún tipo de violencia física, sexual o económica.
Uno de los hallazgos más graves documentados este año ocurrió el 20 de marzo de 2025, cuando el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco localizó cientos de restos humanos, así como hornos clandestinos y fosas utilizados para ocultar cuerpos de personas desaparecidas en el Rancho Izaguirre, en el municipio de Teuchitlán, Jalisco.
El descubrimiento volvió a exhibir la magnitud de la crisis de desapariciones en México y la omisión sistemática de las autoridades, así como el papel central de las mujeres buscadoras, quienes, ante la ausencia del Estado, continúan encabezando labores de búsqueda, verdad y memoria.
Las mexicanas que formaron parte de la Global Sumud Flotilla
Este año, el mundo se unió para hacerle frente a una crisis urgente: el genocidio y la ocupación del pueblo palestino en Gaza. La misión marítima civil internacional, conocida como la Global Sumud Flotilla, organizada con el motivo de romper el asedio ilegal de Israel sobre Gaza partió de Barcelona, España, el 31 de agosto con una coalición de aproximadamente 50 barcos con ciudadanas y ciudadanos de más de 45 países.
Las mexicanas, Sol González, activista con 30 años de trayectoria; Karen Castillo: defensora de derechos humanos y periodista; Dolores Pérez, politóloga y Arlin Medrano, periodista, formaron parte de la flotilla junto a los mexicanos Diego Vázquez, Ernesto Ledesma y Carlos Pérez formaron parte del histórico esfuerzo humanitario.
“Para mí Palestina es el mundo. Palestina es una especie de laboratorio en el que se prueban todas las tecnologías de espionaje y de control y de opresión. Pero además se prueban todas las técnicas de opresión, control y de terrorismo psicológico y físico que después se trasladan a otros espacios del mundo” explicó Sol González en entrevista con La Cadera de Eva, tras su regreso a México el pasado octubre.
El inquebrantable esfuerzo de las mexicanas que formaron parte de la flotilla y continúan ejerciendo su activismo es una muestra de cómo las mujeres actúan como activistas civiles independientes que, ante la negativa de las autoridades deciden navegar por la justicia.

Mujeres activistas con discapacidad
Este año, e históricamente, las mujeres con discapacidad le hicieron frente al patriarcado. Su lucha no sólo cuestiona la opresión de género, sino también el capacitismo, una estructura que el sistema utiliza para invalidar su autonomía y sus cuerpos.
Por primera vez, este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25N), se unieron en una contingenta exigiendo visibilidad y acceso a la justicia. Han desarrollado manuales de autocuidado colectivo donde se protegen entre sí mediante perímetros de seguridad, apoyo mutuo para la movilidad y traducción en lengua de señas, demostrando que la comunidad es su principal herramienta de resistencia contra el capacitismo y el patriarcado.
Para conocer más al respecto puedes visitar la investigación, Decisiones Robadas, de nuestra compañera Sandra Rojas.
Ana Karen Sotero, Premio de la Juventud 2025
Este año, las mujeres jóvenes no sólo demostraron que sus logros individuales importan, sino que pueden convertir los espacios institucionales en tribunas de denuncia política. Ana Karen Sotero Salazar, ganadora del Premio de la Juventud de la Ciudad de México 2025 en la categoría de Actividades Académicas, Profesionales, Tecnológicas y de Innovación, encarnó esa incomodidad necesaria.
Aunque el reconocimiento celebraba su trayectoria académica y profesional, fue su intervención en el Congreso de la Ciudad de México la que marcó un punto de quiebre. Desde la tribuna, Sotero cuestionó de manera directa a diputadas y diputados por su desatención sistemática a las problemáticas reales de las juventudes, entre ellas la violencia del crimen organizado, la precarización de la vida y la falta de oportunidades.
Olimpia Coral
La activista mexicana, Olimpia Coral, cuya historia de supervivencia la convirtió en un referente en Latinoamérica y el mundo en contra de la violencia digital tras impulsar la creación de un marco legal en México para combatir este tipo de violencia, conocido como Ley Olimpia sigue dejando huella en la historia de la región.
El legado de Olimpia Coral ha servido como base para la creación de leyes para combatir la violencia digital en diferentes países: en Argentina, la Ley Emma, en honor a Ema Bondaruk, estudiante 15 años víctima de violencia sexual digital, busca prevenir, detectar y actuar de forma adecuada frente a la violencia digital en los ámbitos educativos.
Por otro lado, la Ley Modelo Interamericana, que fue lanzada en diciembre de 2025 en Brasil en colaboración con ONU Mujeres, que fue una de las entidades fundamentales que participó activamente en la construcción de esta herramienta legal durante los tres años que duró su desarrollo.
Además, este año, el documental Llamarse Olimpia (2025), dirigido por la realizadora, Indira Cato, retrata la historia de la activista y su lucha por tipificar la violencia digital en México.

Cazzu
Este 2025, la cantante y compositora argentina, Cazzu, nos recordó que el éxito femenino es una forma de resistencia. En su libro, Perreo, una revolución, cuestiona por qué la pregunta sobre el machismo en la música siempre se les hace a las mujeres y casi nunca a los hombres, y cómo los estereotipos de género han invisibilización a las mujeres en la industria, criticando incluso gestos de supuestos aliados que no dan el crédito real que las artistas merecen.
Ese posicionamiento no fue arbitrario, desde el inicio de su carrera, la cantante ha defendido las luchas de las mujeres. Este mismo año, Cazzu enfrentó una oleada de acoso mediático y violencia simbólica en el contexto de su ruptura con el cantante Cristian Nodal, una cobertura marcada por el escrutinio moral, la maternidad juzgada y la narrativa sexista que responsabiliza a las mujeres del conflicto mientras absuelve a los hombres. Lejos de replegarse, la artista sostuvo su voz pública, defendió su autonomía y evidenció cómo el patriarcado opera también desde el espectáculo y los medios de comunicación.
Entre rumores y acoso, Cazzu desafió el mandato patriarcal de la cultura pop al reapropiarse públicamente de su narrativa personal y artística, defendiendo la autonomía de las mujeres frente al escrutinio mediático, la violencia simbólica y el linchamiento digital.


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