Si este año sentiste que algo se estaba moviendo raro en temas de derechos, no fue tu imaginación. El 2025 dejó varios focos rojos en la agenda de género que vale la pena poner sobre la mesa antes de cerrar el año.
No hablamos de un solo golpe, sino de retrocesos chiquitos pero constantes: decisiones políticas, leyes frenadas, discursos que regresaron y prácticas que se normalizaron otra vez. Cosas que, vistas por separado, pueden parecer aisladas, pero juntas dibujan un panorama preocupante.
Este es un recuento en cinco claves de los principales retrocesos que marcaron el 2025.
1. “Limpieza social” rumbo al Mundial 2026
México será una de las sedes de la Copa Mundial de la FIFA 2026 y la euforia ya se siente en varias ciudades. Sin embargo, organizaciones sociales y vecinales advierten que, detrás del discurso de “fiesta” y proyección internacional, se están activando prácticas de violencia urbana que afectan de forma directa a las poblaciones más vulnerables.
Una de ellas es la llamada “limpieza social”. Luis Enrique Hernández, director de la organización El Caracol, define esta práctica como desalojos de personas en situación de calle sin orden judicial, realizados para “maquillar” la ciudad ante el turismo y los grandes eventos internacionales.
En Guadalajara ya se documentan operativos para desplazar a poblaciones vulnerables de zonas turísticas. Y en la Ciudad de México, este proceso se cruza con la gentrificación. En Santa Úrsula Coapa —zona cercana al Estadio Azteca— vecinas como Norma Piñón han denunciado que las construcciones irregulares no solo afectan sus viviendas, sino también las labores de cuidado y el uso cotidiano del espacio público por parte de las mujeres.
A esto se suma la amenaza directa sobre la Glorieta de las Mujeres que Luchan, un punto clave para las movilizaciones feministas. Activistas alertan que los proyectos de “renovación urbana” buscan desplazar antimonumentas que incomodan a la narrativa oficial rumbo al Mundial.
2. El avance de la ultraderecha en América Latina
El 2025 consolidó un bloque político abiertamente antifeminista en la región. De acuerdo con un informe de la Fundación Friedrich Ebert, el antifeminismo dejó de ser solo una reacción cultural para convertirse en una estrategia política organizada, con financiamiento y respaldo desde gobiernos e iglesias.
Los ejemplos se multiplicaron:
Argentina: bajo el gobierno de Javier Milei se desmanteló el Ministerio de las Mujeres y se prohibió el lenguaje inclusivo. La ministra Patricia Bullrich llegó a declarar que el feminismo “pisoteó a los hombres”, responsabilizándolo de una supuesta reacción violenta contra las mujeres.
Chile: la victoria del ultraderechista José Antonio Kast encendió alertas por posibles retrocesos en derechos sexuales y reproductivos, dada su oposición histórica al aborto y su propuesta de eliminar el Ministerio de la Mujer.
El Salvador: Nayib Bukele oficializó la prohibición del lenguaje inclusivo en escuelas públicas para evitar “injerencias globalistas”, en un país donde el aborto sigue penalizado de forma absoluta.
Este clima se alimentó también desde Estados Unidos. El triunfo de Donald Trump impulsó el resurgimiento del movimiento #RepealThe19th, que busca derogar la Decimonovena Enmienda y quitar el derecho al voto a las mujeres, bajo el argumento de que suelen votar por proyectos liberales.
3. Obstáculos persistentes para la despenalización del aborto
Aunque el discurso público habla de avances, el acceso al aborto siguió encontrando muros institucionales.
En la Ciudad de México, a 18 años de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), las carpetas de investigación por el delito de aborto aumentaron: pasaron de 131 en 2015 a 181 en 2023. Para febrero de 2025 ya se registraban 44 nuevos casos, lo que evidencia que la criminalización sigue operando dentro de las instituciones, de acuerdo con la Comisión de los Derechos Humanos de la ciudad de México.
A nivel estatal, el retroceso fue legislativo:
Guanajuato: el Congreso rechazó por quinta vez en siete años la despenalización del aborto voluntario. La votación fue de 19 votos en contra y 17 a favor, con el voto decisivo de la diputada Luz Itzel Mendo (PVEM).
Querétaro: con mayoría del PAN, se frenó la reforma que buscaba armonizar la ley estatal con los criterios de la SCJN, bajo el argumento de “proteger la vida desde la concepción”.
4. Agresores en el poder y pactos de impunidad
Uno de los casos más simbólicos del año fue el de Cuauhtémoc Blanco, exgobernador de Morelos y actual legislador. A pesar de las acusaciones de tentativa de violación presentadas por su media hermana, la Cámara de Diputados desechó su solicitud de desafuero.
Para Yndira Sandoval, de Las Constituyentes MX Feministas, este caso evidencia un pacto de impunidad. Su organización ha identificado a 106 integrantes de Morena en cargos públicos que enfrentan denuncias por agresiones sexuales o son deudores alimentarios.
“Hay agresores más poderosos que otros”, ha señalado Sandoval, subrayando que el sistema sigue protegiendo a quienes cuentan con respaldo partidista.
5. Criminalización de la protesta y despolitización del movimiento
Otro retroceso visible fue el debilitamiento de la protesta social. Mientras la marcha del 8M de 2025 reunió a más de 200 mil personas, la del 25N registró apenas mil asistentes, según datos del gobierno de la ciudad de México.
Colectivas atribuyen esta caída a un despliegue policial excesivo, con encapsulamientos que impidieron llegar a puntos clave como el Zócalo. En el 28S ocurrió algo similar: las movilizaciones fueron contenidas antes de alcanzar espacios centrales.
En entrevista para La Cadera de Eva, Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios, advierte que el Estado intenta despolitizar estas fechas al convertirlas en actos simbólicos oficiales, mientras se evitan discusiones sobre presupuesto real para refugios y políticas de atención.
Frente a este panorama, la pregunta queda abierta: ¿qué derechos damos por sentados y cuáles están empezando a moverse sin que lo notemos? Revisar estos cinco retrocesos es también una invitación a mirar con lupa lo que viene y a no perder de vista cómo y desde dónde se están tomando las decisiones que impactan la vida de las mujeres en la región.

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