A unas semanas de que termine el año, los refugios que brindan protección, alojamiento seguro y atención integral a mujeres y sus hijas e hijos que huyen de la violencia  siguen sin recibir la totalidad del presupuesto 2025. La Red Nacional de Refugios (RNR) lo nombra como violencia institucional, pues señalan que no es solo una demora administrativa, es “una omisión que puede costar vidas”.

En entrevista con La Cadera de Eva, Wendy Figueroa Morales, directora de la RNR, advierte que el impacto más inmediato y visible es la interrupción del derecho a la vida y a la protección integral de miles de mujeres, niñas y niños que acuden a estos espacios huyendo de la violencia feminicida.

¿Por qué es violencia institucional la falta de presupuesto?

Para Wendy Figueroa, hablar de presupuesto tardío es hablar de violencia.

“El retraso no es un error técnico: es violencia institucional, porque frena la operación cotidiana de Refugios y Centros de Atención Externa”, explica.

El problema no es nuevo, pero sí cada vez más grave. El presupuesto para refugios se entrega en ministraciones, es decir, en partes que deben llegar en fechas específicas para garantizar su operación continua. Sin embargo, la segunda ministración llegó apenas hace unos días, lo que dejó a los refugios con menos de tres semanas para ejercer recursos que debieron cubrir cuatro meses de trabajo. La consecuencia, advierte la RNR, es precarizar de manera urgente servicios que literalmente salvan vidas.

“En un país donde la violencia feminicida es una realidad diaria, el Estado incumple su obligación cuando retarda o fragmenta los recursos” (Wendy Figueroa, directora RNR)

La RNR recuerda que esta inestabilidad presupuestal se repite año con año y eso obliga a los refugios a trabajar con incertidumbre, a frenar contrataciones, recortar turnos y postergar compras esenciales. Para mujeres que llegan en riesgo extremo, cada vacío presupuestal se traduce en menos capacidad de respuesta.

Los servicios que sostienen la vida están en riesgo

Los refugios son espacios especializados que requieren personal 24/7, atención médica inmediata, psicología, acompañamiento jurídico y alojamiento seguro. Todo eso depende de presupuesto oportuno.

Wendy Figueroa detalla que los servicios más afectados son:

  • Alojamiento seguro y alimentación, que necesitan operación constante.
  • Atención psicológica y contención emocional, imprescindible para quienes llegan con trauma severo.
  • Acompañamiento jurídico, clave para órdenes de protección, denuncias y custodia.
  • Atención médica, especialmente para mujeres embarazadas y sobrevivientes con lesiones.

Cuando el dinero no llega, la cadena completa se quiebra. Turnos de seguridad que no pueden cubrirse, falta de medicamentos, traslados de emergencia que no pueden pagarse. 

“Operar sin presupuesto completo es poner en riesgo vidas y sumar la violencia institucional a la violencia machista” (Wendy Figueroa, directora RNR)

Aun así, la Red no ha dejado de recibir a mujeres. No por garantía estatal, sino por el esfuerzo y compromiso de sus equipos. Y eso —dice Wendy— “no debería depender de la voluntad de la sociedad civil”.

2026: opacidad, retrocesos y un presupuesto sin nombre

La preocupación no termina en 2025. En el Paquete Económico 2026, el rubro específico que identificaba recursos para refugios —el programa U012— desapareció. Ahora está mezclado en un rubro genérico y sin desglose.

“Un presupuesto sin nombre es un retroceso. La transparencia no es un lujo: es una obligación del Estado y una garantía de derechos humanos” (Wendy Figueroa, directora RNR)

En el análisis del Paquete Económico 2026, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) confirma la preocupación. Aunque el gasto federal para la igualdad subirá a 1.5% del PIB, la mayor parte se concentra en programas asistenciales como la Pensión para el Bienestar de Personas Adultas Mayores, cuya alineación con la igualdad sustantiva es baja. Es decir: crece el gasto etiquetado, pero no necesariamente la política feminista.

“El crecimiento del gasto no garantiza avances si no viene acompañado de una política fiscal feminista integral”, advierte el CIEP.

Refugios: política feminista, no asistencialismo

La RNR insiste: los refugios no son caridad ni asistencialismo. Son una política feminista de vida, autonomía y justicia. Por eso exigen:

  • La liberación inmediata del presupuesto pendiente de 2025.
  • Asignación progresiva y plurianual.
  • Un diálogo público y resolutivo con la Secretaría de las Mujeres y el Poder Legislativo.

Wendy Figueroa señala que, si las mujeres llegan a un refugio, es porque el Estado ya falló una vez y que además falle al financiar su protección es repetir la violencia.

“La protección de mujeres y niñas debe ser un compromiso estructural del Estado mexicano y no depender de la voluntad política del año en curso” (Wendy Figueroa, directora RNR)