La cocina, un espacio históricamente feminizado y relegado a las mujeres en el ámbito doméstico, se convierte en un terreno hostil cuando se trata de su profesionalización. El 42% de mujeres han sufrido abuso físico —principalmente por parte de jefes o superiores—en el sector gastronómico en México, de acuerdo con el informe “El lado B de la gastronomía”, elaborado por el Observatorio de Género y Salud del Mapa de Barmaids & Afines.
El impacto de la violencia de género en el sector es devastador, sólo dos personas tienen una denuncia o causa legal abierta, según revela el reporte. Las razones por las cuales no se denuncian son variadas, pero unas de las más señaladas son: pérdida de oportunidades laborales o no querer ser considerada “una persona conflictiva” en el ambiente laboral.
Otro dato preocupante es que el 77.2% de las participantes conoce a otras mujeres o disidencias sexo genéricas que estuvieron en situaciones de abuso físico o psicológico en su trabajo.
La encuesta fue realizada a 656 mujeres y disidencias sexo genéricas en distintos países de América Latina, entre ellos Argentina, con el 58.8% de las entrevistadas, Chile, con el 23.78% y México con el 17.38%. Con estos datos, el Observatorio de Género y Salud del Mapa de Barmaids & Afines reveló una realidad alarmante: acoso sexual por parte de compañeros, superiores e incluso clientes, abuso físico, discriminación de género en los procesos de contratación y machismo.
El Mapa de Barmaids & Afines es una plataforma pionera en la visibilización y empoderamiento femenino en la industria gastronómica latinoamericana. Fundada en 2018 en Argentina, ha expandido su alcance en México, Chile, Uruguay, Ecuador y Perú.
Con un enfoque en género, salud y formación, trabaja para transformar el sector de la hospitalidad en la región. A través de su Observatorio, realiza investigaciones y publica informes sobre violencias de género, equidad e informalidad en el sector.
Machismo en la gastronomía
En el caso específico de México, las prácticas machistas son comunes en el sector gastronómico, el 100% de las personas encuestadas detectaron al menos una práctica de micromachismo en su lugar de trabajo. Un 74.56% incluso reportó dos o más de estas prácticas.
En el caso de nuestro país, fueron entrevistadas 114 personas entre 19 y 46 años de edad; el 54.4 % son originarias de Ciudad de México, el 7% de Puebla, y el resto de lugares como Oaxaca, Jalisco, Querétaro, Yucatán, Baja California, entre otras.
¿Cuáles son estas prácticas? La más común es la duda sobre las habilidades profesionales de una mujer debido a su género. Un 61.40% de las encuestadas enfrentó este tipo de cuestionamiento. Le siguen los comentarios indebidos sobre el físico o vestimenta, con un 57.89%, y los comentarios sobre capacidades o tareas, con un 54.39%.
Pero no solo eso, 31.58% de las mujeres sufrió acciones indebidas o avances físicos en el trabajo, mientras que el 28.07% se vio excluida de comunicaciones o reuniones importantes debido a su género.
Esto se ve reflejado desde las entrevistas de trabajo en las que el 35.1 % de las participantes mexicanas afirmó que se sintió incómoda o fue tratada de manera indebida. Muchas de las situaciones mencionadas como incómodas en las entrevistas son preguntas sobre tener pareja, la posibilidad de atravesar un embarazo y tener hijos, comentarios y/o miradas incómodas hacia el físico o hasta alusiones sexuales.
La falta de perspectiva de género en el ámbito gastronómico es evidente. El 97% de las participantes considera que falta perspectiva de género en el sector, y el 99% piensa que deberían organizarse más eventos con presencia de mujeres y disidencias.
Además, el 75.4% señaló que no le dieron ciertas oportunidades por el simple hecho de ser mujer. Las participantes coinciden en los ejemplos: diferencias salariales, distintas posibilidades de ascenso, distinción en las tareas, horas extras desiguales… siempre el beneficio o la ventaja era del hombre sobre la mujer.