La eliminación del impuesto a productos de gestación menstrual  —toallas sanitarias, tampones y copas menstruales— es una realidad en México desde enero de 2022, sin embargo, aún hay una deuda pendiente con las mujeres y personas menstruantes que utilizan insumos alternativos. 

Actualmente existen dos iniciativas presentadas este año en el Congreso del país para extender la eliminación del impuesto a todos los productos menstruales. De aprobarse, se consolidaría una política pública en nuestro país que reconoce la menstruación como un tema de justicia económica y de salud pública, no solo de consumo.

La primera iniciativa fue presentada por la bancada de Morena en julio de este año en el Senado de la República por parte del senador Emmanuel Reyes Carmona. La segunda reforma la impulsó la diputada de Morena, Anaís Miriam Burgos Hernández, el pasado 1 de octubre. Ambas proponen cambiar esta desigualdad, al reformar el inciso j) de la fracción I del artículo 2-A de la Ley del Impuesto al Valor Agregado (IVA).  

El objetivo central de ambas  reformas es ampliar la tasa del 0% del IVA a todos los productos necesarios para una gestión menstrual digna, diversa y saludable para garantizar que no se aplique el impuesto a ningún producto de gestión menstrual que pueda crear desigualdad de condiciones como pantiprotectores, calzones menstruales o ropa menstrual (desechables y reutilizables), toallas sanitarias (reutilizables o de tela), disco menstrual (desechable y reutilizable), o cualquier producto de gestación menstrual no especificado en la ley. 

Esta iniciativa está alineada con resoluciones internacionales, como la del Consejo de Derechos Humanos de la ONU (47/4) de 2021, que exhortó a los estados a eliminar o reducir los impuestos sobre los productos de gestión menstrual. De aprobarse, México sería el primer país en Latinoamérica en extender esta tasa 0 a todos los productos menstruales, uniéndose a países como Canadá, Reino Unido y Maldivas, y entraría en vigor el 1 de enero de 2026.

¿Por qué es importante para la justicia menstrual?

La iniciativa es un complemento a un avance logrado en 2021, cuando se incluyó en el Paquete Económico la tasa 0%  del IVA en las toallas sanitarias, tampones y copas menstruales. Organizaciones como Menstruación Digna México han trabajado desde 2019 para demostrar que la reforma fiscal es viable y urgente.

Ahora, para el Paquete Económico 2026, estas iniciativas buscan ampliar el beneficio fiscal. Esta ampliación, contemplada en el Dictamen de la Ley de Ingresos 2026, forma parte de la discusión legislativa que se votará antes del 31 de octubre. 

Sin embargo, aún quedaría pendiente aprobar la reforma a la Ley del IVA para que esta medida sea permanente y no solo aplicable por un año fiscal, lo que sería clave para garantizar una política sostenida de justicia menstrual.

Si bien el 90% de la población utiliza estos tres productos de gestión menstrual, las omisiones persisten y que gravan al 10% de la población menstruante que aún paga un impuesto del 16%, explica Anahí Rodríguez, activista y cofundadora de Menstruación Digna México, en entrevista con La Cadera de Eva. 

“La tasa cero del IVA beneficia únicamente a las personas que adquieren los productos, no a las empresas que los producen o los comercializan, porque ninguna compañía obtiene una ganancia adicional a esta medida. Es una acción de equidad tributaria”.

El tecnicismo de tasa cero significa que “el impuesto no pasa a personas consumidoras”. En México, el IVA tiene un carácter regresivo que repercute en quienes tienen menos, por lo que el impuesto de 16% profundiza las brechas de género y de clase. 

De acuerdo con su testimonio y a la iniciativa presentada, aplicar un trato fiscal diferenciado a productos que cumplen la misma función carece de justificación técnica u objetiva y vulnera el principio de equidad tributaria consagrado en el artículo 31, fracción IV de la Constitución. 

La exclusión actual implica una discriminación indirecta al impactar negativamente a las mujeres y personas menstruantes.

Pobreza menstrual y desigualdad

Las mujeres y personas menstruantes utilizan entre diez mil y 15 mil productos de gestión menstrual. Esta es una cifra que lleva consigo una carga económica desproporcionada, especialmente considerando que alrededor del 37% de las mujeres en el país viven en situación de pobreza, de acuerdo  con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad  (IMCO), mientras que las mujeres ganan alrededor de 15% menos que sus contrapartes hombres. 

Esta desigualdad muchas veces orilla a las mujeres y personas menstruantes a utilizar materiales inadecuados para gestionar su menstruación, como papel, cartón e incluso bolsas de plástico, cuyo uso puede provocar infecciones urinarias y —vulvovaginitis picazón, ardor, flujo vaginal y mal olor—. 

Por ello, es importante poner al frente las necesidades de grupos vulnerados como infancias,  adolescentes, personas con discapacidad, mujeres y personas menstruantes privadas de la libertad.  

A esto se le suma que los cuerpos de las mujeres y personas menstruantes son diversos, lo que significa que hay quienes experimentan alergias a ciertos materiales como el plástico, el látex, o productos químicos.